En la histórica caseta, una de las más exclusivas del real, se produjeron las primeras conversaciones entre el futuro matrimonio. La 'celestina' fue Cynthya Kauffmann. Cuentan quienes compartieron esos momentos que el príncipe, de nombre Guillermo Alejandro, se presentó a Máxima como Alejandro para así evitar dar su verdadera identidad. El príncipe ya tenía a su princesa e inició la conquista entre sevillanas y rebujitos.
Aunque no sería hasta tiempo después en otra coincidencia en Nueva York cuando comenzó el noviazgo, los enamorados consideran aquel día en la Feria como el momento en que saltó la chispa entre ambos. Un recuerdo muy especial que han transmitido a sus tres hijas, a las que incluso trajeron hace un lustro para que vivieran la magia del real que sedujo a sus padres. Ellos aprovecharon para celebrar que cumplían 20 años de amor. Muy amables y divertidos los Reyes de Holanda pasearon por el real en un coche de caballos y acudieron de nuevo a la caseta del Aero, donde fueron recibidos como invitados de honor. En esta elitista caseta han disfrutado celebridades de todas las épocas como Jackie Kennedy, con Cayetana de Alba como anfitriona, o Rainero de Mónaco con Grace Kelly.
La familia real holandesa derrochó sencillez y amabilidad aquel día y quisieron vivir la Feria como unos sevillanos más. Máxima y sus tres hijas, las princesas Catalina-Amalia Beatriz Carmen Victoria (2003), Alejandra Juliana Marcela Lorenza (2005) y Ariadna Guillermina Máxima Inés (2007), se vistieron con vistosos trajes de flamenca. Tanto les gustó la experiencia que la princesa heredera, Amalia, repitió el año pasado.
Tanto cariño guardan de estos momentos Guillermo y Máxima, que el monarca ha vuelto a mencionarlo durante su discurso en la recepción que han ofrecido a los Reyes de España, en Visita de Estado al país holandés.
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