Diez curiosidades que no sabías de la Feria de Abril de Sevilla 2025

Para encontrar la explicación hay que trasladarse a los primeros años de la feria. En aquel momento, se dice que los cocheros cobraban un real (25 céntimos de peseta) por llevar a las personas hasta la feria. De ahí que el recinto pasase a ser conocido como el real.

El origen de este elemento tan decorativo está relacionado con un acontecimiento ocurrido en 1877. Aquel año, con motivo de la visita de la reina Isabel II, las autoridades decidieron que el recinto ferial debía tener un aspecto más ordenado. Fue entonces cuando surgió la figura del pintor Gustavo Bacarisas, que se basó en las lámparas chinas para diseñar los farolillos. Tanto gustó el resultado final que se comenzaron a utilizar durante los años posteriores hasta que en 1983, una ordenanza municipal declaró su uso como obligatorio.

La feria supone un gran impulso económico para varios sectores de la ciudad como la restauración, el sector hotelero y los transportes, además de los hosteleros de las casetas de la feria. La edición del año 2023 generó un ingreso total de 930 millones de euros, la mayor cifra de la historia. Esta fiesta supone el 3% del PIB de Sevilla.

Esta tradición surgió cuando la Feria se celebraba en su anterior formato que se recupera este año, comenzando la noche del lunes. Los pescadores no suelen faenar los domingos, por tanto, la gente tomó la costumbre de rebozar el pescado del día anterior para conseguir que durara más tiempo. De ahí que se popularizara comer pescado frito durante la noche del lunes.

Los caballos son una de las señas de identidad más reconocidas de la Feria. Sin embargo, y aunque parezca increíble, hubo año en el que los caballos estuvieron prohibidos en el real. En 1990 no hubo caballos en la Feria debido a un brote de peste equina.

En 1964, cuando la Feria aún se celebraba en el Prado de San Sebastián, se produjo un terrible incendio que tuvo consecuencias devastadoras. Ardieron 67 casetas, se registraron más de 50 heridos de gravedad y falleció un hombre mayor debido a las lesiones. Sin embargo, la Feria siguió adelante gracias a la solidaridad de los sevillanos y sevillanas, que reconstruyeron la mayoría de las casetas quemadas.

Desde que se celebró la primera edición, en 1847, la Feria de Abril sólo ha dejado de celebrarse en cinco ocasiones. Fue durante los años 1937, 1938 y 1939 debido a la Guerra Civil, y más recientemente en los años 2020 y 2021 debido a la pandemia del coronavirus.

La Feria de Abril de Sevilla 2025 contará con un total de 1.057 casetas. Esta cifra incluye las casetas privadas, las casetas públicas y algunas casetas de servicios y emergencias.

El real de la Feria está dividido en 15 calles, todas ellas con nombres de toreros sevillanos. Esto se debe a la fuerte vinculación que existe entre el mundo de la tauromaquia y la Feria. Cabe recordar que la Feria de Abril surgió como una Feria de ganado en la que, entre otras cosas, se premiaba cada año al mejor toro de lidia. Por eso, cuando la Feria se trasladó al barrio de Los Remedios en 1973, se decidió que las calles tuvieran nombres de toreros ilustres sevillanos a modo de homenaje.

Las calles son: Antonio Bienvenida, Costillares, Curro Romero, Espartero, Gitanillo de Triana, Ignacio Sánchez Mejías, Jiménez Chicuelo, Joselito el Gallo, Juan Belmonte, Manolo Vázquez, Pascual Márquez, Pepe Hillo, Pepe Luis Vázquez, R. Torres Bombita y Rafael Gómez Ortega.

La bebida por excelencia de la Feria de Abril es el rebujito, una mezcla de manzanilla y gaseosa. Una teoría afirma que esta curiosa bebida nació durante la Feria del Corpus de Granada. Se dice que durante los años 80', los camareros de una caseta llamada 'La Rebotica' quisieron beberse unas botellas de vino de jerez del año anterior que no se encontraban en buen estado. Para maquillar el sabor, decidieron agregarle gaseosa. El resultado final fue una bebida que terminó llegando a Sevilla para convertirse en un emblema de la Feria de Abril.

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