Los carruajes, un museo sobre ruedas en plena Feria de Sevilla

En primer lugar, este dice que los carruajes se pueden distinguir de muchas formas, ya que los hay de campo, de ciudad, de viajes, etc. «Pero la clasificación que creemos más correcta de todas es la que marca la Asociación Internacional de Atelajes de Tradición, que establece la distinción de los carruajes por tres clasificaciones: los que sólo puede llevar un profesional, los carruajes que sólo lleva el propietario y aquellos que pueden llevar tanto un profesional como un propietario».

En la Feria se van a poder ver de esos tres tipos de coches de caballos. «Lo que no vemos -dice Morales- son carruajes de gala, es decir, ni berlinas, ni cupés, ni landós de gala. Esos sólo se usan para paradas oficiales, reales y todo tipo de ceremonias. Son coches de ceremonias. Pero de los demás, sí que vamos a ver todos en la Feria».

De este modo, este experto habla por una parte de los coches de servicio. «Los que más pasean son los break». Entre estos cabría mencionar el milord, el landó, la carretela y la victoria.

Respecto a los coches de caballos que sólo puede llevar el propietario, casi todos los de dos ruedas normalmente son guiados por sus propietarios. En esta clase entrarían distintos tipos de carruajes como los gig, curricles, el tándem car y el tilbury. También entrarían en esta categoría el faetón, «un coche que se hizo para la velocidad», dice Morales, y la araña, un Buggy que también lleva su propietario.

En cuanto a los carruajes que llevan tanto profesionales como propietarios, destacan la familia de los break y los coach. Entre los tipos de break cabe señalar el sport break, break largo, break corto, gran break, break vagoneta, body break y el rustic break. Todos esos los llevan profesionales y propietarios. Lo mismo ocurre con los road coach, private coach y los park drag.

José Juan Morales subraya por otra parte que todos estos coches de caballos descritos se pueden ver en la Feria. «Luego depende de cómo van enganchados. Las guarniciones que se suelen ver son guarniciones caleseras, que en Feria van con borlaje, o guarniciones continentales, que van con collerón o pecho petral. Se ven muy pocas húngaras auténticas», asegura este experto en atalajes. Este añade que hay asimismo caleseras catalanas, los tiros son de cuero y no de cáñamo. Asimismo, la collera es diferente. «El origen de las caleseras está en Sevilla en 1862 en una visita que hizo Isabel II. El Ayuntamiento de Sevilla le regaló una calesera nueva de lujo, con charol y campanillas de plata. Ese es el origen de las caleseras y los duques de Montpensier la pusieron de moda».

Otro capítulo importante se refiere a la vestimenta que llevan los conductores de los carruajes. Sobre este asunto, el vicepresidente del Real Club de Enganches de Andalucía señala que «el propietario puede ir vestido como quiera, siempre que lleve sombrero, traje con corbata, guantes y un mandil. El mandil para no mancharse es optativo. Tiene que ir con guantes de color marrón y de cuero. Eso es lo correcto».

En lo que se refiere a los lacayos y los cocheros profesionales, José Juan Morales indica que «tienen que ir vestidos de acuerdo a la guarnición que lleven. Es decir, si lleva una guarnición continental, van con levita, chistera, bridge y botas de vuelta. No llevan mandil, pero sí que van con guantes. Los zapatos y calcetines son negros. Si vas a la inglesa en coches menos importantes, se puede ir con un traje o con camisa blanca, corbata negra, zapatos negros y gorra de plato. Ahí se admite una guerrera del mismo color que los pantalones».

Las caleseras llevan dos tipos de vestimenta: una del siglo XIX y otra de principios del siglo XX. «La del siglo XIX es como las goyescas, con chaqueta de terciopelo, alamares, coderas de machos, botines o zapatos, con unas polainas que los cubra y caireles por fuera. El sombrero que llevan es el catite y calañé. La usanza de principios del siglo XX es el traje de corto, teniendo que ir con chaquetilla puesta, de terciopelo o tela. Llevan además un sombrero de ala ancha. También van con pantalones con caireles y polainas, zapatos o botines. En cuanto a los enganches de mulos, se permite el traje corto con pantalones de vuelta», dice José Juan Morales.

Sobre el tema del color, el propietario puede usar el color que desee para su coche, siendo estos más vistosos a principios del siglo XIX. A mediados de esa centuria, coincidiendo con Napoleón III, se fueron pintando los coches de un color más oscuro.

Dice este experto en enganches que todos los diseños de los carruajes están hechos por ingenieros. «La industria avanzó y se fueron haciendo en serie como los vehículos. De hecho, muchos fabricantes de automóviles como Bugatti o en menor medida Mercedes empezaron haciendo coches de caballos». Los diseñadores más importantes fueron los ingleses porque en el siglo XIX el imperio británico estaba en su apogeo. «Los coches de caballos que vemos ahora fueron diseñados en el siglo XIX casi todos por los británicos. El refinamiento vino en Francia en la época de Napoleón III. Llegó a haber hasta 1.400 carroceros en París. En España hubo también grandes constructores de carruajes como Enrique Vázquez». Finaliza José Juan Morales diciendo que «en la Feria los coches buenos que se ven son piezas de museo que se utilizan. Son coches antiguos que se están usando actualmente. En la Exhibición de Enganches se ve un museo, además dinámico».