Transición energética
Hoja de ruta para 2030: Oportunidades y desafíos de la revolución verde
Estrategia energética: Andalucía tiene el reto de capitalizar más de 17.000 millones de euros de inversión
Fernando Arauz de Robles
La transición ecológica ha puesto a Andalucía en el centro de la estrategia de las grandes compañías y fondos de inversión de este sector en Europa. Las renovables no solo son el futuro inmediato del modelo energético español , sino que el cambio que ... están protagonizando discurre a tal velocidad que el desafío de las administraciones públicas, las empresas y la sociedad civil será lograr que el ritmo y las condiciones en las que se realiza esta transformación son las idóneos para garantizar la sostenibilidad económica y social de los nuevos proyectos que hay en marcha.
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¿Cuál es el punto de partida de nuestra comunidad autónoma? En este momento somos líderes nacionales en la generación eléctrica con biomasa , con 17 plantas y 275 MW; contamos con 22 centrales termosolares (que suman 997 MW); en fotovoltaica hay en funcionamiento más de 2.000 MW; y en eólica (que actualmente es la tecnología líder) hay en torno a 3.500 MW. Sumando todas las tecnologías finalizamos el año 2020 con una potencia instalada de unos 8.103 MW.
Un salto exponencial
Estas cifras son el fruto de un crecimiento muy relevante , ya que entre 2007 y 2019 se ha multiplicado por cinco la potencia. En 2019 se instalaron 1.100 MW de potencia proveniente de fuentes renovables y en 2020 otros 887 MW. Sin embargo, ahora el reto es aún mayor: estamos obligados a dar, de nuevo, un salto exponencial, cuadriplicando esas cifras con el desarrollo de 25.000 nuevos MW renovables hasta 2030 (que cubrirían el 45% de los objetivos que el Gobierno de España se ha marcado para 2030).
En Andalucía hay promotores que lideran más de 1.000 proyectos con derecho de acceso y conexión reconocidos por parte de Red Eléctrica de España (REE), que suman lo 25.000 MW citados anteriormente. Siguiendo la regulación establecida por el Gobierno, se deben cumplir una serie de hitos para que puedan estar operativos en los próximos años. La Junta ha realizado un esfuerzo extraordinario para lograr la admisión a trámite de 706 proyectos (que suman 21.402 MW) en 2020 y el objetivo es que también se puedan admitir el resto de iniciativas con acceso y conexión concedido en este ejercicio.
«Ya se han admitido a trámite 706 proyectos que suman más de 21.400 MW»
«Los nuevos proyectos generarán más de 3.500 empleos estables»
Pero es solo el inicio de una política encaminada a reforzar a corto plazo la estructura administrativa, simplificar trámites y coordinar las actuaciones entre todas las consejerías —bajo el liderazgo del Comisionado para el Cambio Climático y el Modelo Energético — para agilizar el ritmo de estas inversiones y evitar que puedan frustrarse proyectos que están llamados a crear empleo y riqueza. De estos 1.000 proyectos no todos son viables tal como están planteados, dado que la ubicación elegida inicialmente puede no ser la adecuada, con lo cual también debe existir agilidad administrativa para permitir que estas inversiones se puedan reformular con rapidez.
En total se moverán inversiones próximas a los 17.000 millones de euros, una cifra histórica . Sin embargo, para garantizar la rentabilidad económica y social de todos estos proyectos se requiere la colaboración a todos los niveles, tanto entre el Gobierno autonómico y el central, como entre las empresas y la administración. De cara al futuro es esencial ampliar las redes de transporte para poder evacuar y distribuir los nuevos proyectos por todo el territorio andaluz, pues de lo contrario se pondría en cuestión el propio desarrollo de estas iniciativas.
Necesidad de infraestructuras
La instalación de estos 25.000 nuevos MW generará cerca de 3.500 empleos directos permanente y más de 75.000 en la fase de construcción. Si no se amplían y mejoran las redes, especialmente en Andalucía Oriental, se corre el riesgo de que haya una concentración excesiva allí donde está garantizada la evacuación a la red , añadiendo complejidad al desarrollo los proyectos. La tecnología permite ahora ser más eficientes en el uso del territorio (con menos placas, y en consecuencia, con menos espacio, se puede alcanzar la misma potencia) y deben explorarse todas las vías posibles para propiciar la hibridación.
También es esencial mejorar las redes de transporte entre el Norte y el Sur peninsular porque Andalucía no consumirá toda la energía que se va a generar, con lo cual la sostenibilidad de estas inversiones dependerá de la capacidad de transportarla y distribuirla a los grandes centros de consumo. A largo plazo debería ser un objetivo estratégico para España crear las infraestructuras para exportar esta energía al resto de Europa.
El éxito de una buena gestión de esta gran oleada de proyectos debe ser la antesala de una segunda oleada para el futuro: la de las inversiones en iniciativas de almacenamiento de energía , la extensión de redes de recarga de vehículos para electrificar el transporte o los proyectos de producción masiva de hidrógeno verde (en este último caso ya hay propuestas muy prometedoras para Andalucía). La generación renovable masiva, unida al despliegue de redes inteligentes y al avance en el autoconsumo en hogares e industrias, anticipan una transición energética que será más rápida y profunda de lo que hubiéramos podido adivinar hace tan solo una década. En este nuevo mundo Andalucía tiene una posición privilegiada y debe aprovechar la oportunidad para generar conocimiento y experiencias que sus empresas y profesionales puedan exportar en el futuro, como ya ocurrió tras el primer boom solar.
Todas estas acciones vienen recogidas en las Directrices Energéticas de Andalucía, donde han participado en su elaboración más de 100 profesionales expertos de 74 entidades y que el pasado mes de enero se tomó conocimiento en el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía. Estas directrices son la base para el desarrollo y aprobación de la Estrategia Energética de Andalucia 2030, que se espera tener publicada en el verano de este año, alineada con la ley de medidas contra el cambio climático y para la transición hacia un nuevo modelo energético y con el futuro Plan Andaluz de Acción por el Clima.
Fernando Arauz de Robles es director general de Energía.
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