Bodegas Barbadillo cumple 200 años tras sobrevivir a varias guerras y crisis económicas

En 1837 falleció Benigno pero su legado y la proyección de la firma eran imparables. Las siguientes generaciones de la familia tomaron las riendas del negocio, comercializando vinos singulares y hoy Manuel Barbadillo, sexta generación, preside el grupo Barbadillo, presente en seis denominaciones de origen. La empresa tiene 40 etiquetas (manzanillas, jereces, brandies, vinos blancos, rosados, tinto, brut o frizzantes). Entre sus marcas están algunas tan conocidas como las manzanillas Solear o Muy Fina, el frizzante Barbadillo Vi o los vinos blancos de la Tierra de Cádiz Castillo de San Diego o Maestrante.

El 40% de su producción está destinado al mercado exterior, con presencia en cincuenta países, especialmente Reino Unido, Alemania, Bélgica, Holanda, Dinamarca o Estados Unidos.

La compañía, primer comprador de uva del Marco de Jerez, tiene hoy una cuota de mercado de la manzanilla del 35% en España y del 17% en la denominación de Jerez y manzanillas. Además, cuenta con la bodega Vega Real (DO Ribera del Duero) y la mayor parte de bodega Pirineos (DO Somontano).

Sus dieciséis bodegas repartidas por todo Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), rodean el castillo medieval de Santiago y ocupan una superficie total de más de 70.000 metros cuadrados, a los que hay que sumar las 500 hectáreas de terreno propio en Jerez de la Frontera y una planta de uvas blancas y tintas.

Cuenta con 31.800 botas y capacidad de producir más de 12 millones de litros al año. Barbadillo vende en un año normal 850.000 cajas de 12 botellas en España y 450.000 en el internacional. Cada hora se abren 1.923 botellas de Bodegas Barbadillo en el mundo o, lo que es igual, se beben 13.461 copas.

Hoy, Barbadillo está dentro de las 13 empresas españolas más antiguas y presume de estar entre las 10 primeras compañías de propiedad 100% familiar con mayor veteranía del país. A pesar de ser una compañía tradicional, en su ADN está innovar. En sólo cuatro años ha sacado 20 referencias nuevas.

Su director general desde 2013, Víctor Veléz, destaca que la empresa, que ha sobrevivido a numerosa guerras y crisis económicas, ha tenido como principales armas el valor de la marca, el saber hacer y la capacidad de innovación en productos. De hecho, ha superado el primer año de la crisis sin entrar en pérdidas y en 2021 ha tenido incluso un resultado positivo, aunque sin llegar a los registros preCovid. Será en el ejercicio 2021-2022 cuando la firma espera alcanzar la facturación que tenía antes de la pandemia.

«Somos una empresa muy innovadora, lo hemos sido toda la vida. Fuimos -dice- la primera empresa en exportar manzanilla en 1827; la primera en embotellar vino andaluz; la primera en embotellar un vino blanco, que fue Castillo de San Diego, y se constituyó los Vinos de la Tierra de Cádiz porque en aquel momento no se nos quiso amparar en el Consejo del Sherry; fuimos los primeros en embotellar vino en rama en 1999; sacamos el primer tinto andaluz entendido como proyecto industrial. Gibalbín; hemos sacado un producto espumoso andaluz, vinos ecológicos, vinos bajo en alcohol... »

«Aunque Barbadilo puede parecer una marca muy tradicional, nuestro ADN es innova r, hemos lanzado muchos productos, intentando resolver las necesidades del consumidor. De ahí los frizzantes, los tintos o los espumosos. Ahora -añade Víctor Vélez- somos el 36% del las manzanillas de España. Hemos lanzado una gama de manzanillas que no tiene nadie, somos muy dinámicas en lanzamiento de productos».