Biodiversidad para lograr un cultivo de arroz sostenible

El proyecto, que se ha desarrollado durante el año 2017, tenía como objetivo principal analizar los factores que pueden favorecer la diversidad en un cultivo tan importante como el arroz. Así, se ha comprobado en un campo de actuación del Delta del Ebro que, por ejemplo, plantar lirios amarillos ayuda a mantener la estabilidad de los canales de drenaje.

Los lirios amarillos, según el estudio, crean con sus raíces una red que impide al cangrejo rojo americano construir galerías subterráneas que hacen muy difícil controlar el nivel de aporte hídrico. De esta forma, se ayuda a mantener una red de drenaje eficiente para gestionar el agua, uno de los principales intereses en la producción de arroz.

Por otro lado, el barrenador del arroz es el otro gran obstáculo para este tipo de cultivo, ya que se trata de un insecto cuyas larvas perforan las cañas de arroz para alimentarse, por lo que la instalación de nidos facilita el crecimiento de las poblaciones de sus predadores, especialmente murciélagos, controlando la plaga de forma natural.

Además de las medidas ya comentadas y extraídas del proyecto de investigación, el IRTA recomienda nuevas acciones, basadas en su aceptación inicial por los agricultores y los expertos. Estas consisten en favorecer hábitats adecuados para las libélulas , con el fin de controlar las plagas de quirómonos, y en sembrar cola de caballo, una planta silvestre con propiedades fungicidas e insecticidas que ayuda a combatir de forma natural hongos, pulgones y arañas rojas.

Por otra parte, los expertos también aconsejan la instalación de nidos y perchas para que proliferen las aves rapaces diurnas y nocturnas , ya que estas ayudan a controlar la presencia de roedores y otras aves silvestre que pueden causar daños al cultivo.

Según apunta el doctor en Biología e investigador de Ecosistemas Acuáticos del IRTA Carles Ibáñez el trabajo realizado permite «establecer un plan orientado a impulsar la biodiversidad incluyendo medidas agronómicas y de gestión del hábitat específicas, que se implementarán de forma experimental en colaboración entre agricultores e investigadores».

Además, los agricultores participantes en el estudio también forman parte del programa de agricultura sostenible «Origins» de Kellogg , que ha conseguido un incremento de rendimiento medio de las parcelas participantes de un 6,5% con respecto al rendimiento medio de su zona.

Pero este estudio no es el único que ha desvelado novedades respecto al arroz en las últimas semanas. No en vano, se trata de uno de los cultivos más importantes a nivel mundial y uno de los más analizados. Una colaboración internacional entre universidades europeas, japonesas y australianas ha descubierto un gen en el arroz, el LGF1, que proporciona mayor tolerancia a las inundaciones, a la sequía y más resistencia a las enfermedades, un primer paso que podría ser clave para la obtención de cultivos climáticamente inteligentes.