Ángel Haro compra a la Junta de Andalucía el hotel Ziryab de Sierra Nevada por 6,7 millones

El Gobierno autonómico llevaba desde 2017 intentando deshacerse de este hotel de 145 habitaciones, que fue propiedad de Promone vada, una empresa participada por Patrimonio de la Junta de Andalucía, la empresa pública Cetursa y el Ayuntamiento. En 2015, Promoneda entró en causa de disolución y el hotel Ziryab salió a subasta. La empresa pública andaluza Epgasa terminó comprando el hotel por 7,7 millones de euros , mientras que la parte de cafetería, comedores y algunos salones del establecimiento fue adquirida por 1,4 millones por Inversiones Briján, del empresario Ricardo Arranz.

A continuación, Epgasa sacó a licitación la venta del hotel en 2016 pero su precio de salida era 12,7 millones de euros , cinco millones más de lo que pagó por él. Al no lograr venderlo, hizo una subasta pública de nuevo en 2020, aunque el valor de tasación del edificio era de 6,6 millones de euros. Ni por esas logró venderlo y en diciembre de 2020 Epgasa declaró desierta la subasta, con lo que se inició el proceso de adjudicación directa. Uno de los hándicap que presentaba la venta es que el comedor, cocinas, bares y unos salones del establecimiento del hotel estaban en manos de Ricardo Arranz.

Fue entonces cuando Inversiones Galdana, del empresario Ángel Haro, hizo una oferta por el hotel por 6,7 millones y depositó un aval, aunque «para la mayor transparencia y concurrencia en la enajenación» Epgasa publicó un anuncio en la prensa y en su web convocando a cualquier otro interesado. Al no presentarse ninguna oferta, la empresa pública andaluza adjudicó el hotel a Inversiones Galdana, que escrituró la finca el pasado 21 de octubre.

El hotel, con 7,640 metros cuadrados, está situado en Pradollano, en la zona de mayor atracción turística de la estación de esquí y con vistas espectaculares junto al telesilla Al Andalus y Borreguiles. Tiene tres estrellas con Q de Calidad Turística, 145 habitaciones y 147 plazas de aparcamiento adscritas a ese edificio, lo cual es una importante baza en una estación donde escasean las zonas de aparcamiento.

«Vamos a intentar reabrir el hotel a mediados de diciembre. Estamos trabajando contrarreloj para hacerle un lavado de cara al establecimiento. Nuestra intención es abrir de nuevo con tres estrellas, aunque durante esta temporada o en la próxima iniciaremos obras para subir su categoría», ha declarado Ángel Haro, quien ha entregado ya el establecimiento a la empresa GAT.

Para que el hotel Ziryab pueda alcanzar la categoría de cuatro estrellas, Haro calcula que deberá acometer una inversión de 6 millones . Si finalmente opta por alcanzar el estándar de cinco estrellas, la inversión se iría a 8 o 9 millones de euros, según las mismas fuentes. Algunas de esas mejoras pasarían además por construir una piscina o un spa. «Hay que estudiar si conviene ir a cinco estrellas porque a veces subir la clasificación no tiene una rentabilidad asociada», matiza.

«A pesar de llevar varios años cerrado, nos hemos encontrado que las habitaciones, calderas... estaban en muy buenas condiciones . No tiene sentido tener un activo como este improductivo. Intentaremos abrir en diciembre porque en Sierra Nevada faltan plazas hoteleras, hay más demanda que oferta», señala el empresario, quien resta importancia al hecho de que Ricardo Arranz tenga las cocinas, comedor o algún salón. «Podemos sacrificar algunas habitaciones para introducir la cocina y el comedor», indica Ángel, quien no obstante admite que ha ofrecido a Arranz llegar a un acuerdo aunque por ahora no se ha llegado a ningún entendimiento.

Con esta inversión, ya son dos hoteles los que suma en su cartera Ángel Haro, quien por ahora no contempla comprar otros establecimientos turísticos «porque -argumenta- se trata de inversiones muy intensivas en capital y hay que ir con cuidado». El empresario está, por tanto, en el sector de las energías renovables, con su grupo Prodiel; en el sector hotelero con el hotel de Conil y Sierra Nevada; y desde hace unos diez años tiene dos ITV en Lisboa. Además, ha hecho inversiones inmobiliarias de cara a la construcción de parques fotovoltaicos. El futbolístico no lo considera un negocio, dice, «porque lo hago de forma interesada, no gano un céntimo con eso, es mi hobby, mi pasión, algo que me alimenta el alma, aunque a veces las cosas no salen bien y me llevo sofocones».