CEO de Accenture España: «Nuestros centros de Sevilla y Málaga son de los más productivos del mundo»

¿Qué representa Andalucía en el volumen de negocios de Accenture en España?

En Andalucía estamos desde hace 25 años y representa una parte muy importante de Accenture. Aquí tenemos una plantilla cercana a las 2.000 personas: 1.100 en Málaga y más de 800 en Sevilla. Eso son empleos directos, por lo que habría que añadir otras mil personas de contratistas nuestros. Hemos decidido hacer este año la reunión de Accenture en Andalucía porque queríamos poner en valor entre nuestros directivos nuestra posición en Andalucía y porque esta comunicad está viviendo un proceso también de renovación, de cambios políticos, de reposicionamiento... Nos hacía ilusión estar cerca de la nueva Junta de Andalucía y de las actividades estratégicas que están poniendo en marcha. Nuestros clientes tradicionales son grandes empresas de Andalucía, como Endesa o Airbus. Ahora estamos focalizándonos en desarrollar clientes que tienen prestigio en Andalucía pero que han quedado un poco atrasados en desarrollo tecnológico.

¿Para qué clientes trabajan vuestros centros tecnológicos de Sevilla y Málaga?

Mucho de lo que hacemos son trabajos para clientes internacionales y su resultado no se incluye en la cuenta de resultados de Accenture en España, que alcanza los 1.151 millones de euros. Los centros de Accenture de Sevilla y Málaga facturan todos los años entre 200 y 300 millones de euros en tecnología para el resto del mundo, lo que destruye el mito de que Andalucía no es un lugar productivo, de que falta talento... Nuestros centros de Sevilla y Málaga son de los más productivos de Accenture en el mundo. Aunque tenemos otros centros tecnológicos de Accenture en España y Portugal para clientes internacionales, Málaga es nuestro buque insignia internacional.

¿Qué servicios presta Accenture desde sus centros de Andalucía?

Nuestro centro de Sevilla está vinculado a dos actividades, ya que prestamos servicios a empresas eléctricas, como Endesa Enel, y a la Junta de Andalucía. Accenture da servicio de «helpdesk» (soporte de ayuda inmediata) a empleados de los centros públicos hospitalarios que trabajan con ordenadores, para lo que tenemos centros altamente especializados en incorporar inteligencia artificial y robótica a esos procesos para hacer que sea más eficiente la prestación de servicios. Usando Big Data y Analytics nos sirve, por ejemplo, para predecir y prevenir el mal funcionamiento de algunos servicios. Por otra parte, cuando decidimos traer a Europa toda nuestra actividad de marketing digital en el mundo, decidimos instalar la parte de contenidos decidimos en Málaga y desde allí servimos a toda Europa entera. La actividad del centro de Málaga está más relacionada con el desarrollo de tecnología alrededor de las nuevas plataformas emergentes como «sap» o «salesforce».

Hasta ahora, Accenture ha querido marcar distancias con las Big Four con la innovación y la tecnología. ¿Qué líneas va a seguir en 2020 para seguir marcando distancia?

Mantener el liderazgo en el mundo digital implica cambiar constantemente y lo que hacemos es incorporar nuevas capacidades en torno a las tecnologías que van surgiendo. Por ejemplo, ahora está de moda el «Dark Data», donde se maneja Data, Inteligencia Artificial y computación cuántica, junto con la realidad aumentada. Desde la Fundación Accenture estamos muy comprometidos para que en esta transformación digital que está viviendo esta sociedad nadie se quede descolgado y usamos cosas como la realidad aumentada para formar a gente vulnerable, que de otra manera no tendría acceso a la formación y a puestos de trabajo que hoy requieren tecnología. Con esa realidad aumentada estamos formando, por ejemplo, a camareras de piso para hoteles que nunca antes habían trabajado en ese entorno.

¿Para sobrevivir en el mundo de los negocios hay que ser necesariamente disruptivo?

No sé si la palabra adecuada es ser disruptivo, pero lo cierto es que hay que estar en constante transformación. Hoy hay que repensar todo. Si echas la vista atrás no sólo se ha redefinido la tecnología, sino la esencia de los negocios. ¿Quién nos iba a decir que íbamos a dejar de trabajar con las agencias de viajes, que íbamos a llamar a un taxi desde una App y lo íbamos a pagar por teléfono a una tarifa fija? Ahora estamos focalizados en usar la tecnología pero en ayudar a nuestros clientes a cambiar su modelo de negocio.

Más de 95% de las empresas andaluzas son pymes, para las que la transformación digital es algo costoso.

La transformación digital es una asignatura obligada para las pymes porque, de lo contrario, desaparecerán. Las pymes tienen que integrarse en este ecosistema digital. Si eres capaz de producir una experiencia buena para tus clientes, da igual que tu producto sea bueno y barato, porque no te lo van a comprar. De otro lado está la prescripción. No se trata tanto de vender tus productos por ti mismo, con tu esfuerzo, como de hacerlo a través de plataformas que prescriben tus productos y que te permiten llegar a más clientes. Está cambiando mucho el modelo de negocio. La buena noticia es que ésto es accesible a todo el mundo. El «cloud computing», el «software as a service», el marketing digital... permite a una pequeña empresa competir con las mismas armas que las grandes sin hacer grandes inversiones. Más que un problema de acceso a las tecnologías o de capacidad financiera, es un problema de cultura, de darte cuenta de que tienes que dar el salto y de que lo que estabas haciendo ya no vale, que tienes que replantearte las cosas.

¿Las empresas españolas y andaluzas están muy por detrás en digitalización respecto al resto de Europa?

Esto va por barrios. Ya no se trata de empresas andaluzas o castellanas o valencianas. Hay industrias tremendamente avanzadas en tecnología y en transformación digital en Andalucía, como Cosentino o Mayoral. En Andalucía hay dos retos importantes para la transformación digital. Uno está en el sector agroalimentario, ya que mucha de la innovación que hay está en torno a ese sector, y no tanto para decidir cómo producir, sino para desarrollar productos, venderlos y comercializarlos. El otro reto es la Administración pública andaluza, que es una de las razones por las que hemos celebrado en Sevilla la reunión de directivos.

La mayoría de altos altos directivos de las grandes compañías nacieron en la era analógica ¿Están preparados para la transformación digital?

No es cuestión de edad, sino de actitud. Una de las cosas que hemos hecho en Andalucía es llegar a un acuerdo con el Instituto Internacional San Telmo para que los empresarios andaluces tengan acceso a este conocimiento, a estas experiencias y sepan cómo otras empresas están abordando todo este cambio. No aspiramos a que el empresario se ponga unas gafas de realidad aumentada y las use él, pero que entienda que poniéndoselas a sus empleados éstos pueden ser más productivos.

Cuando el PP y Cs llegaron a la Junta se encontraron con que algunos documento aún se llevaban en coche de una consejería a otra. El Gobierno andaluz aprobará un decreto de digitalización de la Administración. ¿Aspira Accenture a algún contrato para llevar a cabo ese proceso?

Por su puesto, ya que somos líderes indiscutibles en transformación digital en España. Estamos en una fase de diálogo abierto con la Junta, explicándoles cómo en otras compañías y administraciones hemos sido capaces de hacer una transformación digital. Por ejemplo, en la Administración de justicia la transformación digital no sólo acelera la actividad y trámites, que es uno de los problemas de España, sino que ayuda a que haya más objetividad e independencia. Una de las barreras que ha habido en la transformación del sector público en España, y en Andalucía en particular, es pensar que la mejora de los servicios pasaba por añadir personas y hoy ya está absolutamente claro que no es así. Hoy la tecnología permite prestar servicios mucho más eficientes y adecuados a lo que el votante o el consumidor necesita, así como tomar decisiones con mayor información y datos. Por lo tanto, la transformación digital de la Administración es prioritario, sin que ello vaya en detrimento de las personas. Se trata de que las personas que trabajan en la Administración dejen de hacer tareas administrativas porque pueden hacerlas las tecnologías y pasen a hacer trabajos de valor añadido, como atender a los ciudadanos y resolver sus problemas en sanidad, justicia...

¿La actual legislación permite hace todo eso?

No sólo hay que encontrar la tecnología necesaria, sino que hay que cambiar la legislación y los procedimientos. Aspirar a que la legislación y la tecnología vayan a la par es imposible. Hay que aceptar que la legislación va más lenta. Vivimos en una sociedad en la que está todo prohibido, salvo lo que la legislación te permite hacer. Lo que ha propiciado el avance de las tecnologías ha sido el modelo americano, donde todo está permitido salvo que crees un conflicto y si lo crees se resuelve mediante una regulación.

¿Accenture trabaja sólo con las grandes empresas?

No hay cliente pequeño o grande, sino proyecto interesante o no. Es verdad que trabajamos de manera distinta cuando lo hacemos con clientes que facturan más de mil millones que cuando son más pequeño.

¿Qué planes tiene Accenture en Andalucía para 2020?

Seguiremos creciendo al mismo ritmo que lo hemos hecho, centralizándonos en Sevilla y Málaga. Cada año incrementamos la plantilla en Andalucía en 300 personas. No abriremos nuevos centros pero sí ampliaremos los edificios porque se nos quedan pequeños.

¿Está afectando ya a vuestro negocio la ingobernabilidad de España, la desaceleración económica y la falta de confianza del empresariado?

Venimos de una época en la que hemos crecido a doble dígito y aunque se ha ralentizado el crecimiento, sigue siendo importante. No atisbamos esa crisis en ciernes porque la economía española crece más que la media europea. Lo que sí es cierto es que vivimos un momento de gran incertidumbre. De mantenerse mucho tiempo esa incertidumbre terminará resintiendo la economía. Sí notamos la tendencia de qué compran nuestros clientes. Durante años la tendencia era invertir en desarrollar nuevos productos y servicios, expandirse, mejorar la relación con el cliente.. y ahora nos piden mejorar hacia eficiencia, la productividad y usar la hiperpersonalización para no perder ningún cliente ni incurrir en gastos innecesarios.