La revolución de Málaga: de crear los mandos de los mejores coches a detectar virus que quieren atacar el Pentágono

En los últimos años, han sido 72 las compañías internacionales que han elegido la capital de la Costa del Sol para implantar su sede o expandir su actividad. La previsión es que signifique la creación de 6.400 puestos de trabajo. Muy cualificados. Y a ellas hay que sumar las que emprenden desde dentro en un creciente pero ya arraigado ecosistema local que también sirve para explicar mucho de lo que ha venido a continuación.

No hablamos de unos cualquiera. Raro es el mes en que no se anuncia la llegada de una de estas empresas.Google estrenará este año su centro de ciberseguridad; Vodafone lleva ya año y medio operando desde aquí y en breve amplía sede. Están Dekra, Globant, Citi, EY. Multinacionales, empresas punteras, firmas que cotizan en la Bolsa de Nuev York…

«Tenemos unas condiciones naturales muy buenas. Aquí hay clima, paisaje y una conectividad fantástica. Hemos conseguido generar una ciudad muy atractiva, con una gran presencia cultural que tiene efectos para el sector turístico pero también en la atraccion de talento para el tecnológico», presume el alcalde de la ciudad, el eterno Francisco de la Torre, en declaraciones a ABC. Y aunque advierte de que ésta es una obra siempre «inacabada», se muestra convencido de que con las sinergias que aquí ya se han establecido y las oportunidades que se han dado a las empresas, la retención y atracción de ese talento siempre será más sencilla.

Mas resulta cicatero personalizar solo en el regidor el éxito de la ciudad. La clave, en realidad, se debe a un triángulo virtuoso entre el Consistorio, la Universidad y el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), ahora denominado Málaga Tech Park. Cada uno en un vértice pero con una estrechísima y fluida relación entre ellos.

La tecnópolis que preside Felipe Romera, con sus altibajos y crisis, ha venido siendo desde su creación en 1992, el polo de atracción primordial para la inversión puntera que recalaba en la Costa del Sol. Hoy el parque alberga más de 600 empresas que dan trabajo a 22.000 trabajadores y rara es la semana que no recibe una petición de alguna firma para implantarse allí.

En cuanto a la Universidad, aunque joven, o quizás por eso, ha sido pionera en sus estudios sobre tecnologías de la información y comunicación. Y el germen del gran 'hub' sobre ciberseguridad que se está desarrollando. Será la primera de toda España en ofrecer un grado, ya este próximo curso, de Ciberseguridad e Inteligencia Artificial.

Pero además de citar instituciones, hay que hablar de nombres propios. El de Bernardo Quintero es fundamental. Creador de VirusTotal, la empresa que fascinó a Google, impuso al gigante norteamericano seguir trabajando desde Málaga cuando fue adquirida. Y lo hizo en instalaciones de la Universidad. Ahora que estrenan el gran centro frente al Puerto, resulta de justicia reconocer que el anuncio de que Google asentaba sus reales en Andalucía puso el foco en esta ciudad.

Y sirvió además para reparar en una realidad cambiante. Ya no es sólo el Málaga Tech Park, en Campanillas, a las afueras de lka capital, el imán para las inversiones. Cada vez más, las empresas que llegan demandan implantarse en el centro o en aledaños, para poder disfrutar de las comodidades y servicios que ofrece una ciudad moderna y con una oferta de ocio creciente.

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Ha sido el caso de Google, pero también de Citi, o de Globant. Y es el de los dos ejemplos en los que ABC se 'empotra' para conocer el centro de la revolución tecnológica de Málaga. Un gigante recién llegado, Vodafone, y otro que surgido desde la iniciativa local ya es líder mundial en lo suyo, Freepik. Y lo hacemos de la mano de dos perfiles opuestos: una andaluza que regresó a trabajar aquí tras estar tiempo fuera y un mexicano que acaba de encontrar en la Málaga tecnológica el lugar donde establecerse junto a su familia.

En el centro que Vodafone abrió junto a la estación María Zambrano en enero de 2022 trabaja Mar Hérnández. Es cordobesa, pero estudió Teleco en Málaga. Terminada la carrera, en 2013, después de unas prácticas en el PTA tuvo que irse a Madrid. «Aquí solo encontraba malos sueldos y sobre todo, apenas vislumbraba proyección profesional», dice a ABC. Después de cursar también un master como experta en Neuroimagen, en la capital estuvo trabajando en Everis y en Prosegur. Pero de repente un día su suegra le envió la noticia de un periódico en la que se hablaba de la llegada de Vodafone a Málaga. Mandó el curriculum, le hicieron una oferta y no se lo pensó dos veces. Movió a toda su familia.

No es sólo el sueldo. «Aquí he encontrado motivación, más dinero y playa», ríe. «Pero sobre todo lo primero». Trabaja en un centro moderno, con puestos no fijos que se reservan desde el móvil, en el que hay empleados de 29 nacionalidades diferentes. Dos días en la oficina y tres en casa. Como Team Leader del proyecto Step (Safer Transport for Europe Platform) lo hace codo a codo, aunque virtual, con un equipo de más de 50 personas repartidas por toda Europa. Desde sus ordenadores, las soluciones al reto de mejorar la seguridad vial usando el 5G y todos los adelantos tecnológicos a su alcance. Cascos o chalecos conectados, conos para las carreteras que emiten señales inteligentes y la creación de redes privadas para instalaciones logísticas de primer orden.

No lo duda. «Hace unos años pensaba que esto sólo podría ocurrirme en Barcelona o Madrid; hoy estoy inserta en mi ciudad y eso me hace muy feliz».

Más azaroso es el caso de Carlos Cantú, actual Chief Marketing Office de Freepik, la compañía líder mundial en creación de recursos gráficos tanto gratuitos como de pago. Cantú era creativo publicitario en su México natal cuando lo fichó Twitter. Primero para dirigir su oficina en Hispanoamérica y luego como director de Márketing para toda Europa y Medio Oriente, ya desde Dublín. Tras cuatro años en la capital irlandesa, un cazatalentos le contacta y le habla de Freepik. «Conocía la empresa, pero ni sabía que estaba en Málaga», cuenta a este periódico. Pero tuvo un par de charlas con sus dueños, y «platicando con ellos, vi que era más que interesante el proyecto, que conjugaba las que eran mis dos pasiones: creatividad y tecnología».

Así que en agosto del año pasado se decide, primero, a fichar. Pero trabajando en remoto. «Estábamos muy cómodos en Dublín (tiene esposa y dos hijos) y nos daba cierto miedo dar el salto a una ciudad que creíamos pequeña», cuenta. Propuso incluso operar desde Madrid. Pero sus nuevos jefes le animaron a venir a Málaga y probar unos días. «Encontramos el lugar perfecto. Málaga tiene todo lo que necesitas para vivir. Buena calidad de vida, está bien conectada y es una ciudad cada vez más internacional. Además de que vivo a diez minutos de la playa», concluye. Ahora, también, trabaja en el centro. En el de Málaga y, cada vez más, en el de la revolución tecnológica de la Costa del Sol.