Un proyecto pionero en Europa recuperará tierras raras de las aguas de la mina de Aznalcóllar en 2024

Será Minera Los Frailes quien lidere este proyecto, que cuenta con 2,5 millones de euros de financiación y en el que también participan el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) o el Centro Tecnológico del Agua Cetaquea.

El objetivo es recuperar estos recursos de la corta de Aznalcóllar, un espacio donde se acumulan agua y restos mineros, y la misma a la que vertieron los lodos tóxicos tras el desastre medioambiental registrado hace 25 años. «En las próximas semanas, se adjudicará a una empresa la construcción de la planta para llevar a cabo este proceso», explica a ABC el coordinador de Minera Los Frailes, Antonio Barranco.

En primer lugar, este consorcio convertirá las aguas ácidas en una suerte de lodos de las que, posteriormente, se obtendrán los minerales. Una vez que se consigan estos, se les someterá a un proceso para extraer las conocidas como tierras raras. «Se hace con unas resinas que se encargan de absorber únicamente las tierras raras», añade Barranco.

Las tierras raras están formadas por 17 elementos que tienen aplicaciones muy variopintas. Uno de ellos es el escandio, que es un buen aliado para aumentar la dureza del aluminio en artículos como las bicicletas, raquetas o palos de golf y que también se emplea en algunas aleaciones de metales en la industria aeroespacial.

«Casi todas las partes de los vehículos eléctricos llevan tierras raras, que también se emplean en la industria química o en la fabricación de aceros», explica a ABC Teresa Llorens, investigadora del Instituto Geológico y Minero de España, perteneciente al CSIC.

La principal fuente de estas materias primas son las denominadas rocas ígneas, muy minoritarias en España. De hecho, por el momento no existe ninguna explotación de tierras raras en España y el 98% de este material importado por la Unión Europea procede de China.

«Es la primera vez que en Europa se va a recuperar este mineral del agua de una mina. En la universidad hemos estudiado cómo solucionar las aguas ácidas procedentes de la minería y hemos encontrado que, además de sulfato y acidez, poseen tierras raras en unos niveles mil veces mayores a los que hay en el mar o en cualquier otra agua superficial», explica el catedrático de la Universidad Politécnica de Cataluña José Luis Cortina.

Este proyecto se llevará a cabo al menos durante un año en Aznalcóllar. Tras ello, se valorará la viabilidad económica de extraer el mineral, la calidad del producto y el posible traslado del proyecto a nivel industrial. «Es una prueba de concepto, es importante porque equivale a validarlo a escala preindustrial», añade el catedrático.

La iniciativa está en sintonía con el propósito de la Unión Europea de impulsar la recuperación de metales críticos para reducir la dependencia del exterior y garantizar un suministro estable. «Estados Unidos tampoco dispone de grandes depósitos de tierras raras, pero tienen proyectos similares al de Aznalcóllar para recuperarlas», explica Cortina.

En paralelo a este proyecto, Minera Los Frailes espera que «en los próximos meses» se dé luz verde a la explotación de un yacimiento que lleva más de dos décadas sin actividad. Aún cuenta con una reserva de 50 millones de toneladas de minerales sin extraer, una cifra que se traducirá en al menos 19 años de actividad.

El complejo minero del municipio cuenta con dos cortas, que son las 'cicatrices' de donde se extrajo mineral anteriormente. En ellas se fueron acumulando agua y diversos pasivos mineros. El propósito de Minera Los Frailes es depurar hasta 14 millones de metros cúbicos entre la corta de Aznalcóllar —donde además tiene el proyecto de extraer tierras raras— y la de Los Frailes —es bajo esta donde se prevé reanudar la actividad minera—.

La primera se explotó desde 1975 hasta el año 1996 y, a partir de ese momento, se empleó como escombrera de la otra mina. Tras el desastre medioambiental de 1998, cuando se rompió la balsa, se depositaron en ella los lodos recogidos. Por su parte, Los Frailes estuvo en operación hasta 2001.

No fue hasta 2015 cuando la Junta de Andalucía otorgó los derechos de explotación de Los Frailes, con la condición de que el adjudicatario se hiciera cargo de los pasivos mineros de las explotaciones anteriores. A la mina siempre le ha acompañado la sombra de haber protagonizado uno de los mayores desastres medioambientales de Europa hace 25 años cuando la explotaba la empresa sueca Boliden.

La explotación ahora depende de que se le conceda la Autorización Ambiental Unificada (AAU) que determinará qué cantidad de agua depurada puede verter al río Guadalquivir en cada momento en función de su caudal. Tras ello, la Junta de Andalucía podría autorizar la puesta en marcha del proyecto minero, que contará con una primera fase de vaciado y depuración de las aguas así como de construcción de las galerías subterráneas.

En su mayoría, se obtendrá zinc, cobre, plomo y plata. Toda la extracción se desarrollará en el interior, donde también se triturarán los minerales. Posteriormente, el recurso subirá a la superficie a través de una cinta transportadora y allí se almacenará en una enorme bodega —conocida como domo— hasta pasar por la fase de la molienda, donde se obtendrá el tamaño deseado del mineral.

Para ello, la empresa ha previsto una inversión de 450 millones de euros, de los que la mayoría irá destinado a las infraestructuras industriales y a la construcción de galerías subterráneas. Su previsión es emplear los mismos lodos y restos de la explotación para sellar los huecos de los que se extraerá el mineral.

Por otro lado, el proyecto cuenta con el respaldo del Ayuntamiento y, a la luz de los resultados de las últimas elecciones, también tiene el visto bueno de los vecinos. El alcalde, un exminero que ha hecho siempre una férrea defensa de la recuperación de esta actividad, logró casi un 70% de los votos en los comicios del 28M.

«Mi proyecto personal es volver a ver la mina abierta porque será como si el corazón de Aznalcóllar volviese a latir», defiende con contundencia el regidor, Juan José Fernández Garrido. Según afirma, el Ayuntamiento tiene preparados varios planes de vivienda con promotores privados para «garantizar el asentamiento» de los empleados una vez que la actividad minera se recupere.

La previsión es que se generen 2.000 empleos directos e inducidos, la mitad de ellos durante la primera fase de construcción de las galerías subterráneas. El alcalde empezó a trabajar en este sector con 18 años y cree que la recuperación de esta actividad será «como si le tocara la lotería» a este municipio de 6.000 habitantes cuya tasa de desempleo supera el 20%.

La empresa que aguarda para volver a explotar el yacimiento es Minera Los Frailes, una filial de Grupo México, uno de los principales operadores de cobre del mundo. Este gigante posee el 97% de la propiedad, mientras que el resto pertenece a Minorbis, la firma adjudicataria de los derechos de explotación tras el concurso público de 2015.

Minera Los Frailes es la filial española de la citada compañía mexicana, que cotiza en la Bolsa de Valores desde 1966 y es una de las diez primeras empresas por facturación de su país. Con 86 años de historia, cuenta con más de 14 minas en operación y está realizando proyectos de exploración en busca de recursos en países como Perú, Estados Unidos, Chile, Ecuador o Argentina.

De contar con luz verde, este será el primer proyecto con el que Grupo México empiece a escribir su historia en el Viejo Continente y también el que vuelva a hacer latir el corazón de la mina de Aznalcóllar tras más de 20 años.