La movilidad sostenible, el gran reto del sector de la automoción

En el acto de apertura, celebrado ayer en Caixaforum Sevilla, José López-Tafall, director general de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), desgranó el 'Plan automoción 20-40'. El economista le auguró mucho futuro al sector, inmerso en un maremágnum de cambios, si es capaz de encajar todas las piezas del puzle: la descarbonización y la digitalización, al mismo tiempo que se mantiene a salvo una industria que supone el diez por ciento del PIB del país y que da empleo, directa o indirectamente, a casi dos millones de personas.

López-Tafall recordó que, a pesar de ser un sector fuerte, el mayor contribuidor neto a la balanza comercial, la automoción sufrió un revés en 2020, cuando se desató la pandemia, del que aún sigue doliéndose: «En el año del Covid, las plantas cerraron; no ocurrió como con otros sectores, que incluso crecieron, como el de la alimentación o el del medicamento. La coyuntura no fue buena y el problema es que no ha mejorado, las matriculaciones han caído en torno al diez por ciento y la producción, al seis». A esto se suma, asegura el director general de ANFAC, la crisis de los microchips, la guerra que enfrenta a Rusia y Ucrania, así como un proceso inflacionista.

Es cierto que toda esta amalgama de obstáculos no impidió que, según los datos que arroja la asociación, se haya pasado de producir 17.000 vehículos eléctricos en 2019 a 195.000 en 2021. Sin embargo, como expresó López-Tafall: «Hemos multiplicado la producción por más de diez, pero el ritmo no es el adecuado, nos quedamos atrás con respecto a nuestros competidores europeos»; algo que también incumbe a la dotación de puntos de recarga: «Está bien para el parque [automovilístico] que tenemos en este momento, para los consumidores que compren ahora, el problema es el ritmo, no vamos bien, en 2035 ya no puede haber más vehículos de motor de combustión, hay que acelerar la electrificación […] la infraestructura de mercado: en 2023 debe haber 100.000 puntos de recarga y ahora hay 45.000», adujo el economista.

El director general de ANFAC aseguró que, desde la asociación, se han llevado a cabo varias iniciativas para poner de relieve la importancia que la infraestructura tiene en el camino hacia la electrificación, para darle visibilidad. «El Gobierno empuja y tiene interés, le pedimos una mesa de trabajo sobre los puntos de recarga porque, aunque haya dinero y las eléctricas estén interesadas, no hemos hecho ningún progreso; dijimos que era necesario estar coordinados, hacer una mesa donde estén las energéticas, las comunidades autónomas, el Ministerio de Infraestructura, el de Energía, las empresas [fabricantes de coches]… sentarnos juntos no cuesta dinero, los holandeses ya lo han hecho; a esa mesa de trabajo yo le asigno mucho valor, pero es llamativo que no se haya creado hasta junio de 2022 siendo asunto urgente», lamentó el experto.

Manuel Larrasa, secretario general de Energía de la Junta de Andalucía, quien también participó en el acto, se mostró en consonancia con López-Tafall: «Si la infraestructura no está creada, lo demás no sirve de nada»; y ejemplificó: «Tenemos redes de distribución que están saturadas […] en la provincia de Córdoba han recibido una subvención pero la red no sirve, no tiene capacidad, hay que incentivar redes pero también poner infraestructuras». «Hay gente que no compra vehículos eléctricos porque se pregunta: «¿Qué pasa si de madrugada tengo que ir de aquí a 400 kilómetros de distancia, dónde recargo?»», agregó.

Otro hándicap al que se tiene que enfrentar el coche eléctrico para lograr implantarse de manera definitiva es, según López-Tafall, la fiscalidad: «Si hay urgencia climática, la hay para todo, y la fiscalidad no está ayudando a impulsar al vehículo electrificado; los países que nos están superando tienen medidas fiscales más específicas para lograrlo […] Es imprescindible [por tanto] que la fiscalidad en España sea más positiva, también hay urgencia para fijar las medidas».

Tras analizar la problemática actual del sector y mirando hacia el futuro, el director general de ANFAC defendió que en España se debía implantar un modelo de movilidad a la española, ya que su industria automovilística no es comparable a la de otros países que ni tan siquiera poseen un tejido empresarial y de fabricación fuerte en este ámbito. Respaldó un sistema «verde y multidimensional en el que cada ciudadano pueda elegir el medio de transporte que le venga bien, algo que, incluso en una misma persona, puede cambiar en los diferentes momentos del día. El experto afirmó que lo ideal será que cada ciudad, en función de su tamaño, sea capaz de ofrecer este abanico de posibilidades de una manera y apostilló: «No estamos de acuerdo con eliminar el vehículo particular, lo importante es que sea limpio. ¿Puede España prescindir del vehículo, de un turismo? No, no sería entendible que el país defendiese un modelo de movilidad sin coche». Para él, «el automóvil es una parte más de un ecosistema donde aparecen otros vehículos, como la bicicleta; es algo que el sector no solo afronta de cara, sino que lidera», a lo que añadió: «Hay que luchar, pero hay que ir más rápido, adoptar unas medidas más eficientes, el orgullo del sector hay que tenerlo, mirar de frente y pelearlo […] hay que priorizar en la lista de políticas el sector de la automoción».Zona expositiva de Ecomueve 2022J. M. Serrano

Además, López-Tafall espera que el vehículo eléctrico acabe triunfando por sí mismo, por las ventajas que ofrece, y no por el encarecimiento de los carburantes: «No soy partidario de que la gente cambie su forma de comportamiento porque les fastidie el precio de la gasolina. El incentivo [del coche eléctrico] es, en primer lugar, probarlo; cuando lo haces, ves que es una nueva tecnología, una maravilla de producto. Luego, unas ayudas a la demanda muy eficientes. Y, por último, una cierta seguridad de dónde están ubicados los puntos de recarga y qué disponibilidad tienen. Lo que queremos es una base de datos pública común que los ubique, diga si están ocupados…». «Son productos que cada vez se valoran más, una auténtica maravilla de 'software' y servicios» que, según explicó el economista, no solo implican cambiar una tecnología por otra, sino ir más allá y meterse de lleno en la digitalización: «Lo primero es traer aquí la producción de baterías; se han anunciado proyectos muy interesantes […] Las cosas se están moviendo. Vamos a poner esto en marcha, pero todo el engranaje debe trabajar en la misma longitud de onda». A colación de esto, Larrasa lanzó una petición: «Tenemos talento, ingenieros que se rifan en Alemania y en EE.UU., economistas fantásticos, sol y viento, pero no tenemos fábricas; como representante de los fabricantes, pido que se valore poner fábricas [en Andalucía], queremos llegar a cubrir el 75 % de la energía que se consume con energía renovable en esta legislatura».