Joaquín Caraballo, experto inmobiliario: «Es mucho más barato pagar una hipoteca que pagar un alquiler»

En su explicación, Caraballo pone números concretos sobre la mesa. Según sus cálculos, «una hipoteca de ciento cincuenta mil euros a treinta años y al dos coma cinco por ciento de interés tipo fijo sale una mensualidad de quinientos noventa y dos euros». Y compara esa cifra con el precio de alquiler de un piso similar en Sevilla: «Un piso de media, de estas características, no lo encuentras en alquiler por menos de setecientos cincuenta, ochocientos, ochocientos cincuenta euros». Y añade: «Encima no es tuyo y encima no se va pagando. Por tanto, es mucho más barato la hipoteca que el alquiler».

El mensaje de Caraballo no se limita a destacar la ventaja económica de ser propietario. También señala cuál es, en su opinión, el principal obstáculo: «¿El problema? Conseguir la financiación y obtener la entrada». Consciente de que no todos los compradores potenciales pueden dar este paso por sí solos, ofrece ayuda a través de su inmobiliaria: «Si eres de Sevilla y quieres que estudiemos tu caso, escríbenos un MD y te ayudamos».

Si analizamos los datos, lo que afirma Caraballo tiene sentido. Una hipoteca de 150.000 euros a 30 años con un tipo fijo del 2,5 % arroja una cuota aproximada de 592 euros al mes. Comparado con el alquiler medio en Sevilla, que suele oscilar entre 11 y 13 euros por metro cuadrado, un piso de unos 70 metros cuadrados puede costar entre 770 y 910 euros mensuales. En este contexto, pagar una hipoteca puede resultar más barato que alquilar, tal como señala Caraballo.

Sin embargo, es importante tener en cuenta lo que él mismo reconoce, la dificultad de reunir la entrada inicial y los gastos asociados a la compra. Para una vivienda de 150.000 euros, se requiere aportar alrededor del 20 % del valor del inmueble, más aproximadamente 10.000 euros en impuestos y gastos. Esto implica que, aunque la cuota mensual sea más baja que un alquiler, el comprador necesita contar con un ahorro inicial importante.

Además de la entrada y los impuestos, ser propietario conlleva otros gastos que el inquilino no paga, como el IBI, la comunidad de propietarios, seguros o posibles reparaciones. Aun así, Caraballo insiste en que, para quienes pueden asumir estos costes, la hipoteca ofrece una ventaja importante: «Lo que pagas al mes va para ti, no para otro». Es una forma de construir patrimonio y seguridad a largo plazo, algo que muchos inquilinos no logran con el alquiler.

Caraballo deja claro que, aunque la hipoteca puede ser más barata que el alquiler, cada situación es distinta. Por eso, recomienda analizar bien las posibilidades de cada persona antes de dar el paso y, si hace falta, contar con ayuda profesional para que la compra sea segura y sin sorpresas.

Es por eso que la decisión entre alquilar o comprar no solo depende del dinero que se paga cada mes, sino también de los objetivos personales y familiares de cada uno. Para quienes buscan estabilidad, tranquilidad y la posibilidad de construir patrimonio propio, dar el paso hacia la propiedad puede ser una opción inteligente, siempre que se haga con planificación y conocimiento de todas las implicaciones.