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Antonio Hernández Calleja, presidente de Ebro Foods: «Si la UE no toma medidas arancelarias vamos a hundir el cultivo de arroz»
Alerta de que las importaciones masivas de Camboya y Myanmar amenazan la producción nacional
Ebro Foods plantea su expansión por África y Oriente Medio
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Iniciar sesiónLos productores de arroz afrontan una etapa agridulce. La mejora de la situación hídrica ha permitido afrontar una campaña con el 100% de las hectáreas cultivadas. Sin embargo, las importaciones masivas sin aranceles amenazan la rentabilidad de estas cosechas.
«Si el Gobierno de España ... y Bruselas no actúan rápido se va a generar una situación muy complicada», advierte Antonio Hernández Callejas, presidente de Ebro Foods, un líder global en el mercado del arroz y la pasta, que tiene una de sus principales sedes en San Juan de Aznalfarache. «En Sevilla concentramos capacidades muy importantes en el área de producción, marketing, ingeniería y apoyo a filiales», remarca.
Con unos ingresos de 3.140 millones de euros en 2024 y presencia industrial o comercial en 60 países, la compañía está creciendo en mercados como Oriente Medio y África, y ha elevado su apuesta por el negocio de los platos preparados y refrigerados. «Cada vez se cocina menos, es una evidencia, y hay que ofrecer soluciones innovadoras, saludables y convenientes», remarca. Su próximo gran lanzamiento: una paella refrigerada con la marca Brillante «con una calidad cercana a la tradicional».
—Organizaciones agrarias como Asaja alertan del riesgo de las importaciones masivas de arroz sin arancel. ¿Cómo actúa la industria en esta coyuntura?
—La industria tiene que asumir las reglas del juego para ser competitiva y no desaparecer en un contexto en el que la distribución está cada vez más concentrada y aumenta la presión a la baja de los precios. Partiendo de esta base, coincido con Asaja en que es urgente que desde Bruselas cambien esas reglas si no queremos que el cultivo desaparezca en España. La UE importa actualmente unos 1.500 millones de kilos, que es más que toda la producción comunitaria; de esa cifra, 1.000 millones entra sin arancel, y la mitad procede directamente de Myanmar y Camboya. Y el arroz que entra con arancel está sujeto a unas tarifas establecidas en 2004 que no se han actualizado pese a que el acuerdo de la Organización Mundial de Comercio permitiría duplicarlos automáticamente.
Apoyo a los agricultores que piden la supresión del régimen comercial concedido a Camboya y Myanmar porque la UE cometió además un grave error de cálculo: lo implementaron pensando que serían 40 millones de kilos, y vamos por 500 millones (que es el doble del consumo en España). Y se hizo para estimular la transición hacia regímenes democráticos en estos territorios, lo cual no ha ocurrido. Carece de sentido mantener un acuerdo que está hundiendo al agricultor europeo.
—Asaja también denuncia que se está dinamitando la PAC con la reducción de su presupuesto…
—A corto plazo hay que solucionar el problema de las importaciones de arroz, porque con la mitigación de la sequía la producción nacional crecerá y el problema se agravará. Si el arroz que entra en la UE pagase el arancel correcto, se ingresarían más de 200 millones de euros, lo que permitiría aumentar las ayudas de la PAC sin tocar otros fondos. Es urgente que el Gobierno de España se haga cargo de esta cuestión y Bruselas tome medidas en el marco de sus competencias. A medio y largo plazo es cierto que los presupuestos de la PAC se reducen; se elevan las exigencias medioambientales, con restricciones en fitosanitarios más rigurosas que en Japón o EEUU; se renacionalizan la política agraria creando situaciones de desigualdad y discriminación entre agricultores europeos en un mercado que debería ser común… Se nos llena la boca hablando del medio rural cuando hay incendios o inundaciones, pero se olvida la realidad del día a día. Europa corre el riesgo de convertirse en un bosque ajardinado, comprando todo fuera y destruyendo su agricultura. Es un error estratégico acabar con la producción autóctona de arroz para beneficiar a Camboya.
—Y en EE.UU. ¿Cómo le afectan los aranceles a Ebro Foods?
—Somos líderes en arroz en este mercado con siete fábricas y el 23% de cuota de mercado, y somos uno de los principales compradores de arroz americano, pero EE.UU. también importa de otros países como Tailandia e India, a los que Trump ha impuesto un 19% y un 50% de arancel respectivamente. No queda más remedio que repercutir los aranceles en el precio final, aunque el arroz sigue siendo barato y la incidencia es menor que en productos más caros. En nuestro caso el mayor impacto es en la división de pasta. Ebro vende unas 120 millones de dólares al año en pasta a EE.UU. Antes no había arancel, pero ahora paga un 15% que supone un sobrecoste de 18 millones que hay que repercutir en el consumidor. Son esencialmente pastas italianas, tanto secas como frescas, elaboradas en nuestras plantas de Nápoles y Verona, y todas centradas en la gama premium.
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