cEO de osborne

Fernando Terry: «Para salir a bolsa, Osborne debería tener un mayor volumen de ventas»

La compañía portuense de bebidas espirituosas, vino e ibéricos facturó 248 millones en 2023, un 1% más, a pesar de la desaceleración de China

«Tenemos que ser más activos en el mercado exterior para que en cuatro o cinco años suponga el 50% de nuestras ventas»

«Es en el segmento de bebidas espirituosas donde estamos mirando con más hincapié para comprar alguna marca»

Fernando Terry, consejero delegado de Osborne, en la sede corporativa de la compañía paco martín

Fernando Terry (El Puerto de Santa María, 1966) trabajó seis años como auditor de Arthur Andersen y 18 como administrador de Torreal, el family office de la familia Abelló, antes de convertirse en 2016 en consejero delegado de la firma portuense Osborne, una empresa ... bicentenaria de bebidas espirituosas, vinos e ibéricos, con marcas de tanto prestigio como Cinco Jotas, Nordés, Carlos I, Veterano, Magno, Sánchez Romero Carvajal... Terry, sexta generación de la familia Osborne, cumplirá pronto ocho años al frente de la compañía, donde le ha tocado lidiar con el Covid, el encarecimiento de las materias primas, la rotura dela cadena de suministro, la inflación y la caída del consumo de productos 'premium' en China, uno de los principales mercados de ibéricos de la compañía.

-¿Cómo evoluciona el negocio de las bebidas espirituosas y vinos?

-Tanto a nivel nacional como internacional, los vinos y bebidas espirituosas están sufriendo después de dos años muy buenos. El año 2023 no ha sido bueno por varios motivos: la cadena de suministro se ha encarecido y también las materias primas, como el alcohol, el cartón o el vidrio, Además, ha seguido la inflación tras dos años de subida de precios, de forma que hemos visto una subida de precios del 3% tras haber subido un 7%. A eso se suma la inestabilidad política, social y económica en el mundo. Todo ello ha hecho que el consumo de vino y bebidas espirituosas haya caído.

-¿Cómo ha afectado a Osborne el encarecimiento de la cesta de la compra?

-Si hay inflación, suben los impuestos... la renta disponible es menor y por eso la gente tiene que ajustarse el cinturón. En 2023 se ha producido un cambio de tendencia en consumo de vinos y bebidas espirituosas, que no crece. Y además ahora la gente se dirige más a las marcas blancas, aunque en bebidas espirituosas el porcentaje de penetración de la marca de distribución es inferior. A nivel general la penetración de la marca general está en el 50% y en bebidas espirituosas está por debajo del 30%.

-¿Se han resentido las ventas de ibéricos de Osborne?

-Curiosamente, en 2023 hemos crecido en España pero en internacional hemos sufrido mucho. Hay que tener en cuenta que nuestro principal mercado de ibéricos es España y el segundo, China. En ese país, las ventas de ibéricos han caído un 20%.

-¿La política nacional ayuda a vuestro sector?

-Ha habido cambios en las políticas de deducciones en el Impuesto de Sociedades y eso nos ha obligado a modificar las medidas a medio y largo plazo. Lo que antes valía, ahora no vale. Además, en 2022 ese impuesto creció mucho. Tampoco ayuda demasiado que en 2023 las cotizaciones a la Seguridad Social hayan crecido una barbaridad.

-En 2022, la facturación de Osborne creció un 14% y su beneficio neto un 24%. ¿Cómo ha sido el año 2023?

-Nuestros ingresos han crecido un 1%, la rentabilidad la hemos mantenido y los beneficios han crecido medio millón de euros. Las ventas han sido de 248, el ebitda de 39 millones y el beneficio de 16 millones de euros. Por productos propios hemos ingresado 197 millones y 51 por el negocio de distribución. El 45% de los ingresos vienen de ibéricos, el 44% son bebidas espirituosas, y el resto son vinos y restaurantes. Ha sido un año de mucho desbarajuste. La primera parte del año se mantuvo el crecimiento pero el último semestre no fue bueno y tuvimos que reaccionar y ajustar los costes para conseguir resultados en ventas y beneficio neto, lo que es también importante para seguir manteniendo la remuneración del accionistas. En bebidas espirituosas hemos caído en España pero hemos crecido en internacional. En ibéricos hemos crecido en el mercado nacional pero hemos decrecido en el mercado exterior. Y en vinos hemos decrecido en ambos mercados. Sin embargo, hemos empatado con 2022 porque hemos compensado porque en bebidas espirituosas hemos crecido un poco, en ibéricos hemos caído y también en vinos.

-Osborne tiene restaurantes Cinco Jotas, donde vende sus productos. ¿La inflación ha afectado también a sus ventas o aquí no perdonamos la tapa pesar de que los precios se hayan disparado?

-Efectivamente, la gente se ajusta el cinturón cuando va al supermercado, pero la gente sigue yendo a los bares y restaurantes porque es nuestra cultura. Eso no quita que el tique medio de gasto ha bajado y es donde más sufrido el tema de vinos y espirituosos porque los restauradores también han tenido que subir sus precios. Donde más hemos sufrido es el canal horeca, el de hostelería.

-¿Quieren impulsar los restaurantes Cinco Jotas?

-Cuando llegó el Covid teníamos 11 restaurantes y ahora seis. La pandemia nos impactó mucho y en la salida del Covid no fuimos capaz de relanzarnos, como hizo el resto de la restauración. Tomamos la decisión de quedarnos con los restaurantes que tienen capacidad de generación de caja y el resto lo traspasamos. No podíamos establecer un plan ambicioso de crecimiento en restauración sin poner en orden la casa y a partir del próximo plan estratégico 2025-27 presentaremos un plan de crecimiento conservador aunque no es nuestro 'core'. El mejor cliente de nuestras marcas son nuestros restaurantes y nos da visibilidad. No perdamos de vista el punto de la captación del dato del consumidor.

-¿Ha repartido dividendos Osborne en 2023?

-Algo más de 7 millones de euros, igual que en 2022.

-¿Prevé alguna desinversión en activos el grupo?

-Si viene alguien y le interesa algunas de las marcas no estratégicas podemos estudiarlo. Ha habido algunos acercamientos. Tenemos muchas marcas de brandies y donde estamos más estratégicamente es en la gama del gran reserva, como Carlos I, Conde de Osborne o 1866. Por debajo de eso tenemos marcas como Veterano y Magno, que son muy de pulmón para este compañía porque nos genera mucha caja. Y luego, a partir de ahí tenemos otras marcas menos estratégicas.

-¿Ha logrado reducir su deuda Osborne?

-Desde 2019 hemos ido reduciendo deuda. En 2023 estábamos en 67 millones y este año hemos subido a 86 por las inversiones que hemos tenido que hacer. Estamos en un nivel de 2,2 veces el ebitda, que es muy razonable. Tenemos capacidad de endeudarnos si queremos comprar alguna marca.

Plan estratégico 2025-2027

-En 2024 finaliza el plan estratégico de la compañía. ¿Sobre qué pivotará el próximo plan?

-Ya estamos trabajando en el nuevo plan porque lo tenemos que presentar al consejo en julio. Se siguen manteniendo los principios de diversificación del portafolio, que desarrollamos a través de vía interna y de posibles adquisiciones; la internacionalización, siendo más activos en el mercado exterior para lograr pasar de un 37% de las ventas a un 50% en el plazo de cuatro o cinco años; y debemos poner el foco la digitalización, la eficiencia... Nosotros tenemos el objetivo de que Osborne se reconozca no sólo como empresa del sur de brandies y vinos de jerez, sino también como compañía de productos 'premium' enfocada a la gastronomía nacional y que quiere diversificarse en el exterior, llevando el nombre de España fuera.

-Osborne tiene algo más de 350 accionistas, todos ellos familiares, que gracias a una valoración interna de los títulos pueden comprar y vender entre ellos las acciones, aunque no tiene la misma liquidez que si estuviera en bolsa. ¿Se ha planteado Osborne salir a cotizar teniendo en cuenta que dentro del accionariado está ya la octava generación?

-Sí, la compañía ha tratado muchas veces este tema pero la salida a bolsa tiene que ir acompañada de muchas cosas. La salida al bolsa no sólo garantizaría la liquidez del accionista, sino que podría ser una fuente de financiación, pero debe ir acompañada de un proceso claro de crecimiento. Es verdad que hay compañías con menos facturación en bolsa pero hay que tener un marcado mayor para en nuestro caso salir a cotizar. Tendríamos que tener más tamaño en ventas como en ebitda.

-¿Ha recibido Osborne alguna oferta de compra total o parcial?

-No. Hace mucho tiempo hubo algún acercamiento pero fue para algún negocio pero no para la compañía en su globalidad, pero no estábamos interesados.

-Ha mencionado la posibilidad de crecer comprando alguna marca. ¿Tiene en órbita alguna marca en concreto de vinos, espirituosas o alimentación para su adquisición?

-Siempre estamos mirando marcas con el afán de diversificar el portafolio. La categoría donde debemos mejorar es en la categoría de bebidas espirituosas y a un nivel secundario está el nivel de la alimentación y de los vinos. Por tanto, es en el segmento de bebidas espirituosas donde estamos mirando con más hincapié para comprar alguna marca porque aunque sabemos que es una categoría que sufre con la moda 'healthy' y de 'no consumo de alcohol' tiene su público porque crecemos en población, sobre todo los inmigrantes, que tienen una tendencia al consumo de alcohol muy interiorizada.

-¿Qué barreras encuentran para la exportaciones de vuestros productos en vuestros mercados estratégicos, como son Alemania, China, Estados Unidos, Canadá y México?

-Igual que antes estábamos en la globalización, ahora hay una tendencia internacional al proteccionismo. No sólo se nota porque haya restricciones fiscales, sino porque hay cambios en las normativas. En la parte de alimentación, Estados Unidos está poniendo importantes restricciones a las importaciones industriales de carne, exigiendo mayores requisitos sanitarios, lo que nos afecta a nuestro mercado de ibéricos. El resto de países está adaptando su normativa a la estadounidense, que es la más restrictiva. Nuestra industria del ibérico es muy artesanal porque tiene 150 años y tiene más dificultades para cumplir esas exigencias en los procesos y las líneas productivas, lo que nos obligará a realizar inversiones en capex para reformar y adaptarnos a la exigencias normativas de los países. La cadena del despiece del cochino tendrá que ser reformada. Si en 2023 estábamos en 10 millones de inversiones en capex, lo hemos subido este año a 14,5 millones.

Inteligencia artificial y falsificaciones

-¿Utilizan la inteligencia artificial en vuestra estrategia comercial?

-Empezamos con el cambio del sistema informático de la compañía y esto lo estamos sufriendo aún porque lleva su proceso. Eso es un cambio cultural porque la gente tiene que adaptarse a cómo se hacen las cosas a partir de ahora, lo que exige mucha formación. Eso nos obliga a ser más transversal y eso permitirá que la información sea más compartida, lo que nos ayudará a manejar el dato y, por tanto, a tomar mejores decisiones. No estamos aún en el uso de la inteligencia artificial porque necesitábamos antes cambiar el sistema informático.

-La empresa que dirige no sólo tiene marcas de bebidas espirituosas, vinos, ibéricos y restaurantes, sino que también es propietaria del famoso Toro de Osborne, símbolo cultural de España. ¿Sufre Osborne también las falsificaciones?

-Sí, mucho. Tenemos un departamento dentro de asesoría jurídica que se dedica a la protección legal de las marcas de productos que intentan parecerse a los nuestros con el nombre, la imagen, el envase... En China hay un tema candente ahora con Cinco Jotas porque intentan llevar productos que se llaman Cinco T o le cambian las bellotas en la etiqueta. La mayoría del intento de falsificaciones son chinas. También detectamos a veces que hay productos de merchandising que aparecen con el toro de Osborne y no nos han pedido licencia para usarlo.

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