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Díaz-Granados (CAF): «Si Trump decide 'encuevarse', América Latina y Europa deben tener la respuesta contraria»
«América Latina está más expuesta al cambio climático que los países que emitieron el CO2»
«La última década ha sido la peor de crecimiento en América Latina desde 1950»
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Iniciar sesiónFérreo defensor de la integración y la creación de un mercado único en América Latina, Sergio Díaz-Granados (Santa Marta, 1968), presidente del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, se muestra convencido de que la relación de esta región con Europa ... vive un momento de «inflexión» que traerá «más prosperidad» para las empresas y los ciudadanos.
Lamenta que América Latina esté más expuesta al cambio climático que aquellos países que han emitido el CO2 y considera que la última década ha sido la peor en mucho tiempo para el crecimiento de esta zona.
Hay un sol abrasador, pero posa sonriente frente a una reja sevillana y se asoma con curiosidad para observar las obras en las Atarazanas. Ya se imagina organizando allí algún evento para conmemorar el centenario de la Exposición de 1929. Son las 15,30 horas, Díaz-Granados no ha podido almorzar, lleva todo el día de reuniones en el marco del Congreso Iberoamericano Ceapi, que reúne en Sevilla a más de 500 presidentes de compañías y familias empresarias.
—¿Qué radiografía hace la economía de Latinoamérica y cuánto cree que van a afectar los aranceles de Donald Trump a su crecimiento?
—La coyuntura de 2025 está muy marcada por la disrupción que se está dando en el comercio global, con los anuncios de aranceles de Estados Unidos a todo el mundo. En América Latina y del Caribe han generado un escenario de reducción en los pronósticos para este año, con un impacto del 0,3 ó 0,4 puntos menos de crecimiento. Algunos países como México o, probablemente, Colombia, tendrán un impacto mayor. También hay que ver qué pasa con las remesas, un asunto que está en discusión en Estados Unidos.
—¿Cómo valora la evolución en los últimos años?
—La última década en América Latina ha sido la peor en términos de crecimiento desde 1950. Hay varias razones: hemos enfrentado tres crisis seguidas, con cuatro o cinco años de diferencia. Primero, la financiera de 2008, luego la caída de los precios de las materias primas entre 2015-2016 y el Covid. ¡A todo ello hay que añadir que América Latina tiene una mayor exposición al cambio climático que los países que emitieron el CO2! Paradójicamente, emite más el norte que el sur, pero el impacto se siente sobre todo en la franja ecuatorial.
La crisis hídrica ha elevado también las tensiones sociales dentro de América Latina
La crisis hídrica ha elevado también las tensiones sociales dentro de América Latina, reduce los niveles de esperanza y de confianza, y se refleja, por supuesto, en una mayor tensión en la política. Por el lado de las inmensas oportunidades, es una región solución en materia de energía y va a ser clave para la transición energética con metales y minerales que posee en abundancia.
—¿Es lo suficientemente estrecha la relación entre la UE y América Latina?
—Es una relación que tiene en este momento un año de inflexión: debe reforzarse aún más. Europa necesita hoy más que nunca a América Latina y viceversa. Las notificaciones que ha hecho Estados Unidos al mundo a través de los aranceles indican la migración de un sistema de reglas multilaterales a uno de normas propias. Está haciendo justamente que la relación de Europa y América Latina sea hoy más intensa que en años anteriores. ¡Y el rol que tiene que cumplir España ahí es casi que de pivote! Es central para que la relación funcione entre Europa y América Latina.
—La apuesta verde de Europa, ¿es poco ambiciosa o excesiva a ojos de un latinoamericano?
—Recibimos, por supuesto, el nivel de compromiso, sobre todo en la mitigación. Vuelvo a insistir, nosotros somos la región más afectada por el cambio climático. Todo el esfuerzo que hay que hacer en los países que son mayores emisores de CO2 y de metano es clave para una región como América Latina. La gran mayoría de países latinoamericanos han suscrito casi todos los acuerdos de París de reducción de emisiones, siendo esta una región de pocas emisiones con entre el 7 y el 9%.
América Latina apenas aporta el 7% de las emisiones de CO2
Esa transición requiere entender el grado de diferencia que hay entre economías más desarrolladas y aquellas que están todavía con desafíos en el desarrollo. Nuestra apuesta sería esencialmente pedirle a todos los países que están contaminando más que lo hagan en menor medida y que diversifiquen más las matrices de energía.
—Usted es partidario de la integración, pero hoy en día existen muchas Américas Latinas. ¿Qué falla?
—En los últimos 30 años hemos avanzado en integración aérea, telecomunicaciones o empresas multilatinas. Sin embargo, persiste un bajo intercambio comercial en bienes y un nivel de desconexión entre nosotros porque las distancias geográficas son muy grandes con unas cordilleras inmensas. La integración se está dando no tanto por la voluntad de los gobiernos como por los saltos de la tecnología. Hay dos mercados que los gobiernos pueden impulsar tremendamente en el corto plazo: uno es la integración del energético (va a permitir a América Latina agregar un punto de crecimiento económico) y otro es el digital. Hay algunas señales en el firmamento que indican que es posible avanzar en la integración y superar las barreras de la fragmentación.
La integración no se da por la voluntad de los gobiernos sino por los saltos de la tecnología
—¿Cómo avanzan los esfuerzos para lograr un mercado único?
—Hay una serie de tratados de integración dentro de América Latina de comercio, de bienes, servicios e inversión que han funcionado. Todos los esfuerzos de integración han hecho su aporte, pero creo que la gran revolución va a ser la aprobación del Acuerdo de la Unión Europea y el Mercosur. Crearía el área de libre comercio más grande del mundo. Es una señal importante en este año, cuando unos países están por la autarquía y usan los aranceles como un mecanismo de nivelación de cancha. Si alguien quiere aislarse o 'encuevarse', hay que tener la respuesta contraria entre América Latina y Europa. Vamos por más comercio, desarrollo e integración para que las empresas se ensanchen y haya más prosperidad.
—¿Qué papel juegan las empresas españolas en la inversión en América Latina y cómo cree que va a evolucionar?
—Llevamos casi 30 años con cada vez una mayor presencia de empresas españolas en América Latina y en los últimos diez años también ha aumentado las empresas latinas dentro de España. Es una realidad que está pasando y hay que pensar cómo lo ensanchamos. Las normas de comercio nos van a ayudar mucho y las oportunidades que van a generar para el sector privado son amplísimas. La mejora del ingreso medio en América Latina va a repercutir también en Europa.
—¿Qué barreras encuentran las empresas al uno y al otro lado del charco?
—Una es el desconocimiento. Desde Europa se puede tener una visión de América Latina como territorio que no es predecible o que es inseguro. Hay que trabajar en la seguridad jurídica y creo que los mejores testimonios los pueden dar empresas españolas que siguen ahí como el Banco Santander. Una buena parte de sus ingresos proceden de América Latina.
—¿Cómo se podría impulsar la inversión latinoamericana en las empresas españolas y andaluzas en particular?
—Hay que cerrar las brechas de información y de conocimiento. Andalucía es muy similar culturalmente a los países de América Latina y tenemos vecinos muy importantes en África que van a crecer por el bono demográfico. Hay que imaginarse a Andalucía como una plataforma, entender las necesidades que tienen las compañías de crecer y cómo nuestras empresas pueden hacer alianzas para ir a terceros mercados.
—A finales de junio celebrarán una reunión clave con fondos árabes en Sevilla.
—Será la primera reunión de ministros de Economía y Finanzas de América Latina y el Caribe con fondos soberanos árabes para ver qué tipo de actividades se pueden financiar y cómo podemos escalar la inversión. Andalucía es el escenario perfecto, está a mitad de camino para todos. ¡Será una reunión histórica! Ya estamos movilizando recursos árabes y ahora nos interesa estructurar el proceso.
—¿Cómo lidera la inversión extranjera en América Latina?
—Si lo miramos como un pelotón de ciclismo, Europa está liderando el lote de lejos. Es indiscutible que hay presencia china o árabe, pero el mayor inversor históricamente es Europa. Y también es el que genera más empleo.
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