exterior
Constructoras andaluzas en Francia denuncian acoso y chovinismo
La oficina comercial española en París reconoce que las autoridades galas «miran con especial lupa» ante la creciente competencia extranjera
Vuelven de nuevo a la retina imágenes de los camiones de frutas y hortalizas andaluzas volcados en las carreteras francesas por agricultores galos que trataban de intimidar a los competidores del Sur . Y si en estos casos, que todavía en el año 2011 dieron portadas de periódicos, las autoridades francesas respondían endureciendo los controles a nuestros exportadores, sin darse por enteradas de los asaltos a los camiones, actualmente se está produciendo una situación similar, ahora en el sector de la construcción , aunque sin llegar todavía a la violencia.
La implantación creciente de empresas constructoras españolas en Francia, entre ellas muchas andaluzas, está desatando una dura respuesta por parte de sus competidoras y de las patronales galas .
Mensajes acusatorios de «competencia desleal» que ponen en la picota a las «empresas del Sur y el Este de Europa», a las que se acusa de «tirar los salarios» y favorecer «trabajos humillantes», han calado en las instancias políticas y administrativas galas. Así, las prefecturas francesas han sacado toda su «artillería» inspectora para «perseguir» selectivamente a las empresas foráneas que llegan de España, Portugal, Rumanía o Bulgaria.
«Trato insultante»
Así lo han denunciado a ABC empresarios andaluces que realizan trabajos en Francia para multinacionales en centros comerciales , y que han detectado en los últimos meses un endurecimiento de los controles, especialmente en el terreno laboral, que no está afectando de la misma manera a otras empresas europeas como británicas o alemanas. Estos empresarios hablan de «chovinismo» y «acoso» y afirman que están sintiendo en carne propia ese rechazo galo al extranjero que tantos ríos de tinta ha inspirado. Añaden que este «trato insultante» no se da en otros países socios europeos como Alemania o Suiza.
«Los inspectores franceses que acuden a las obras tratan a las empresas españolas ya de entrada como si fueran infractoras, incluso a las que llevamos casi cinco años aquí y tenemos todos los papeles en regla», denuncia un empresario sevillano que, ante una situación que califica de «amedrentamiento» , no quiere dar su nombre ni el de su empresa. Su relato apunta a la presencia recurrente de uno o dos inspectores de trabajo en la obra . Exigencias como demostrar que el propietario de la empresa vive en Sevilla , como sería el caso, o que la subcontrata española que aporta trabajadores llegados desde Andalucía ha abonado sus salarios; o inspecciones a los proveedores que no son franceses , es algo continuo, afirman.
La oficina económica y comercial española en París, adscrita a la Embajada, sí ha dirigido un escrito a las empresas españolas en el que constata el «malestar» entre las empresas galas del ramo, que se está manifestando ya en artículos de prensa local. Estas quejas, admite la legación, han sido recogidas por las autoridades regionales y nacionales francesas . La consecuencia ha sido que los prefectos (equivalentes a los antiguos gobernadores civiles de España), de acuerdo con el Ministerio de Trabajo, «han lanzado un plan de inspección específicamente dirigido a esas empresas» españolas. En esta misiva se detallan «los puntos críticos» de las normas laborales francesas «que suelen acarrear complicaciones ».
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