El fin de un intenso relato de crítica y compromiso
El autor de «Sostiene Pereira», gran referente de las Letras europeas y uno de los escritores italianos más originales, murió ayer en Lisboa a los 68 años
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Antonio Tabucchi (Pisa, 1943) ha muerto de cáncer a los 68 años. En su amada ciudad de Lisboa, en la que nació su mujer y vivía seis meses al año. Estaba ingresado en el hospital de la Cruz Roja de Lisboa. Sus funerales tendrán lugar el jueves en la capital portuguesa, según indicó su viuda, María José Lancastre.
Estaba considerado uno de los escritores italianos más originales de los últimos decenios, entre los más conocidos en el extranjero, y un referente literario en Europa. Entre sus obras más famosas se recuerdan «Sostiene Pereira», que le dio a conocer en todo el mundo; «Nocturno indiano» y «Réquiem». Ha sido uno de los mayores conocedores y divulgadores de la obra del escritor y poeta portugués Fernando Pessoa.
Se inició como novelista en 1975 con «Plaza Italia», una especie de saga familiar que cuenta noventa años de vida en un pequeño pueblo toscano, inspirándose en «Cien años de soledad», de García Márquez, transfiriendo la atmósfera en otro ambiente histórico y social.
Su gran éxito internacional
Su gran éxito internacional llegó con «Sostiene Pereira», una obra maestra, en 1994, con traducciones en más de 40 idiomas. Ambientada en la Lisboa de la época del dictador Salazar, narra la historia de un periodista obeso y católico que, después de las aventuras que vive con el revolucionario Monteiro Rossi, se convierte en antifascista. Recibió los premios Super Campiello, Scanno y Jea Monnet de la Literatura Europea. La novela inspiró un filme con el mismo nombre, dirigido por Roberto Faenza, con Marcello Mastroianni interpretando al experiodista Pereira. El protagonista se convierte en el símbolo de la defensa de la libertad de información para los opositores de todos los regímenes antidemocráticos. Era la época de la entrada en política de Berlusconi. Durante la campaña electoral, Pereira fue el símbolo de la oposición y de la lucha por la libertad informativa.
Tras esa gloria, siguieron otras novelas, libros de viaje y artículos sobre la política italiana, en la que Tabucchi se distinguía como voz crítica, incluso fuera del coro de la izquierda. Su último libro, «Racconti con figure», lo publicó el pasado año.
Obtuvo numerosos premios y reconocimientos en su carrera. Además del muy premiado «Sostiene Pereira», recibió en Francia el Prix Medicis a la mejor novela extranjera por «Nocturno indiano» (1984), llevada al cine por Alain Corneau en 1989. Otra obra que inspiró un filme dirigido por el portugués Fernando López es «La Línea del horizonte», novela de marcado carácter existencial.
El compromiso civil y el aura de misterio que predominan en su estilo literario se encuentran en sus últimas obras importantes, como «Tristan muere» (2004) , su novela epistolar «Se está haciendo cada vez más tarde» (2001), y «La cabeza perdida de Damasceno Monteiro» (1997). Esta última, basada en la historia real de un hombre, cuyo cuerpo fue encontrado en un parque de Lisboa. La obra pone al protagonista de la historia, el abogado Lotton, frente al dilema de la falta de credibilidad social que debe soportar un marginado. La novela se revela profética cuando el sargento José dos Santos, el asesino, finalmente confiesa el delito por el que viene condenado a 17 años de carcel.
La muerte de Tabucchi ha causado consternación en Italia. El presidente de la República, Giorgio Napolitano, expresó sus condolencias y «pésame a la familia y al mundo de la cultura por la pérdida de un escritor civilmente comprometido, que con su atención a las tradiciones y acontecimientos no solo de su país, además de con su estilo literario, ha sabido interpretar el espíritu europeo». «Nos ha dejado un hombre que ha sabido estar en su tiempo con pasión y rabia, un intelectual europeo, un grande escritor». Con esta nota comunicó ayer su muerte el editor Feltrinelli.
El director del filme «Sostiene Pereira», Faenza, se mostró consternado: « Su pérdida es como la de Pasolini, una de las pocas voces contracorriente en un país superconformista; por esto en Italia se sentía extranjero. En los últimos años vivía cada vez más entre París y Lisboa. Tenía una cierta rabia hacia Italia, por esta marcha atrás del país y por su corrupción cada día más extendida».
Infinidad son los mensajes de pésame del mundo de la cultura, coincidentes en la misma idea: «Con Tabucchi desaparece uno de los autores más cultos y amados de la literatura italiana».
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