Sevilla y los toros, entre los amores de Mario Vargas Llosa
El Nobel, fallecido este domingo a los 89 años, ofreció el pregón taurino a comienzos de siglo
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Las visitas a Sevilla de Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura fallecido este domingo en Lima a los 89 años de edad, han sido incontables a lo largo de las décadas. Confeso amante de la capital hispalense y de su provincia -suya fue la frase que hace que a Osuna se le conozca como la Petra andaluza-, y de sus tradiciones, el autor de 'La fiesta del chivo' disfrutaba aquí de una de las que más defendió: los toros.
Tanto es así que para la ceremonia de aceptación del Nobel de Literatura que le fue concedido en 2010, el escritor peruano posó con una montera de Curro Romero. Siempre rodeado de maestros, el autor apoyó la fiesta en los tendidos y en el atril.
El Covid le impidió presentar a Félix de Arzúa en 2022 para su pregón taurino de la Feria en la Real Maestranza de Sevilla, una labor que él mismo realizó en el año que inauguraba el siglo: «Cuando uno de mis amigos aficionados a los toros supo que me habían invitado a dar el pregón de la Feria de Sevilla, exclamó: «¡Pero eso es más importante que ganar el Premio Nobel!», abrió ese recordado discurso del 2000 y cuyo espíritu también impregnó otra de las intervenciones más trascendentales de su vida, la que dio en Estocolmo una década después cuando recibió el premio de las letras más importante del mundo. También en 2010 obtuvo por unanimidad el III Premio Manuel Ramírez de artículos taurinos que organiza ABC de Sevilla.
Gran amigo también de su compatriota Roca Rey, el escritor nacionalizado español disfrutó asimismo de una estrecha complicidad con Morante de La Puebla, al que acompañó incluso en su nombramiento como hijo predilecto de la localidad sevillana.

La Semana Santa fue otro de sus referentes en sus visitas a Sevilla, donde además se prodigó para participar en actos literarios, ya fuese para la presentación de sus títulos o en la difusión de las letras hispanas. Suyo fue el broche del XVI Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE) que se celebró en la capital andaluza en 2019, en un acto en la sede de la Fundación Cajasol y acompañado del también escritor Juan Cruz, además editor de Alfaguara, donde Vargas Llosa publicó su obra.
El novelista fue el impulsor de que el CILE, el congreso trienal que fomenta un idIoma que comparten 580 millones de personas, en todo el mundo, se celebrara en su Arequipa natal, pero la inestabilidad política del país andino obligó a cambiar esa sede por Cádiz, donde finalmente se organizó al inicio de la primavera de 2023 y a la que el literato no pudo asistir. Cuando esta cita finalmente se materialice en la ciudad peruana en 2026 servirá como homenaje monográfico a su vecino más universal.
«Ha sido el único y el primer intelectual global en lengua española. Ni en inglés ni en francés ha habido un intelectual con el calado de sus opiniones», ha destacado el también escritor peruano afincado en Sevilla Fernando Iwasaki. Su cercana amistad fue una de las muchas que el Nobel cultivó en estas tierras del sur. Un cariño que en varios municipios de la provincia le ha sido correspondido con la rotulación de calles con su nombre.

Recuerda Iwasaki la generosidad de Vargas Llosa cuando en 1991, apenas unos meses después de las elecciones a la presidencia del Gobierno en el que el Nobel se enfrentó a Alberto Fujimori, pasó toda una semana en Sevilla para participar en unas jornadas en su honor que el propio Iwasaki dirigió en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP). Al año siguiente volvió para hacer lo propio en el simposio 'El descubrimiento de Occidente', organizado en la capital andaluza por la Fundación San Telmo y dirigido por el historiador británico Hugh Thomas.
El autogolpe de Estado de Perú de Fujimori en 1992 pilló al autor de 'El pez en el agua' -autobiografía en cuya segunda parte aborda su breve pero intensa carrera política- en Sevilla, en la céntrica casa de su colega Iwasaki y junto a otros amigos. «Aquel día mi casa fue como hoy, centro de noticias», relata el articulista peruano, quien destaca que Vargas Llosa tuvo muchos círculos de amistad en Sevilla que le hacían venir mucho a trabajar, pero también a disfrutar del calor de su gente, su rica gastronomía y sus principales tradiciones.
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