Sevilla contada a través de siete miradas del arte y la ilustración

La colección se titula 'Libros de artista' y es un proyecto, señala Tabernero, que comenzó a gestarse hace quince años. La finalidad no es otra que ofrecer «nuevas y sorprendentes visiones de la luminosa ciudad andaluza» a través del arte y la ilustración, realizadas «con las más variadas técnicas artísticas —en los primeros siete volúmenes se alternan lápices de colores, ceras, pastel, acrílico, óleo, plumilla...—, con el objetivo de aproximarnos a la ciudad, su cultura y sus gentes como quizás nunca antes se había hecho».

Para ello, el editor hace entrega a cada arista participante de un libro en blanco con papel de algodón que adquirió en la India para que cada autor desarrollo su visión de Sevilla con total libertad. Todos los autores han trabajado con anterioridad con Pedro Tabernero.

Así, participan el Premio Nacional de Ilustración de 2017 Alfredo González; Jacobo Pérez-Enciso, colaborador de El Europeo y Vogue, y autor de logos para instituciones como el Museo de Altamira; el artista plástico argentino Pablo Racioppi; el pintor e ilustrador madrileño Roberto Sánchez Terreros; el veterano dibujante valenciano José Antonio Loriga; y los pintores sevillanos David López Panea y Cristina Lama, ambos con obras en reconocidas instituciones museísticas.

Cada uno de ellos realiza una aproximación diferente, tanto en motivos, como en técnicas y número de ilustraciones incluidas. Así, por ejemplo, Alfredo González y Racioppi plantean sus volúmenes como si fuera un libro de viajes, relatando ambos su llegada en tren a Sevilla. Esa condición de diario la posee especialmente la entrega del argentino, que acompaña sus dibujos con comentarios, donde lo monumental predomina, pero también el acercamiento a sus habitantes, como los camareros del Rinconcillo. El ilustrador asturiano, por su parte, se detiene en los grandes espacios de la ciudad, como el Puente de Triana que presenta con gran dominio de la perspectiva, pero también en la Semana Santa, con dibujos de nazarenos o de la salida de la Macarena.

Jacobo Pérez-Enciso, quizás por su condición de arquitecto, se decanta por edificaciones, como la Torre del Oro, pero también por detalles como el remate de la torre de una iglesia o monumentos como las columnas de la Alameda o el monumento a Colón de Lorenzo Coullaut-Valera.

El recorrido del madrileño Roberto Sánchez Terreros, fiel a su estilo en el que distorsiona la perspectiva, tiene paradas en la parroquia de Santa Ana o la plaza de toros de la Real Maestranza, pero sobre todo le interesan las calles y el paisaje humano, lo que incluye desde religiosas de Sor Ángela a esa mezcla de sevillanos y turistas que bulle habitualmente en las Setas de la Encarnación o el Barrio de Santa Cruz.

Por su parte, José Antonio Loriga, con el volumen más extenso de la serie, presenta un detallado y muy trabajado dibujo a lápices de colores que se centra, sobre todo, en lo monumental, con atención al Real Alcázar, la Catedral, el Hospital de la Caridad... pero con espacio también para internarse en bares de tapas, asomarse a la Campana y pasear por lugares poco transitados por el turismo como Fibes y la Plaza de Cuba.

Pero quizás las miradas más originales y sorprendentes las aporten los dos sevillanos, que ofrecen los recorridos más personales y con mayor implicación sentimental. Es el caso de David López Panea, que reproduce conversaciones oídas en plena calle, recuerda enclaves históricos —como el lugar donde se ubicaba el quemadero de la Inquisición en el Prado— e, incluso, rinde un homenaje a las pinturas murales de Juan Miguel Sánchez de la Estación del Prado que, a buen seguro, no han visto muchos sevillanos.

Cristina Lama, finalmente, ofrece un enfoque muy depurado, con una mirada muy personal sobre monumentos como la Giralda o la Plaza de España, donde se detiene en sus balaustradas, pero también de fiestas como la Feria y la Semana Santa, y de la gastronomía, del gazpacho al serranito. Una última mirada, entre las siete publicadas, que invitan a volver a mira la ciudad con otros ojos.