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Locus amoenus

En los toros con Thomas Mann

La última escena de la novela póstuma de Thomas Mann recrea una tarde de toros en La Maestranza, que reverberó coruscante en su memoria durante más de treinta años

Portada del libro «Confesiones del estafador Félix Krull»
Fernando Iwasaki

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En Relato de mi vida (1930) -publicado un año después de haber recibido el Nobel de Literatura- Thomas Mann evocó en unas hondas líneas su paso fugaz por Sevilla: «Recordaré siempre el día de la Ascensión en Sevilla, con la misa en la ... catedral, la magnífica música de órgano y la corrida de fiesta por la tarde». Aquella visita tuvo lugar en 1923 y sabemos que Mann recorrió Barcelona, Granada y Madrid, donde impartió una conferencia sobre Tolstoi y otra sobre espiritismo. Como el mismo Mann admitió: «el sur andaluz me atrajo menos que el territorio español clásico, Castilla, Toledo, Aranjuez», y en una entrevista para ABC declaró: «desde mi primera juventud sentí interés enorme por el mundo ibérico en general, y por España en particular, y esto se explica por el hecho de que en mis venas corre sangre ibérica. Mi abuelo materno se casó en Brasil con una criolla». Nada más dejó escrito Thomas Mann sobre España, aparte de su memorable Travesía marítima con Don Quijote (1934).

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