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Terremoto de esperanza

La última voz de la gran saga jerezana María Terremoto demuestra en la Bienal que tiene cualidades para triunfar, pero que todavía está en proyecto

La cantaora jerezana María Terremoto, en el Teatro Lope de Vega Juan Flores
Alberto García Reyes

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La garra es un estilo dentro de los estilos del cante. María lleva en su sangre un seísmo que la compromete. Tiene que rendir tributo a su genética sin renunciar a su camino, está obligada a ser Terremoto y a ser distinta en ... una época flamenca que necesita luces nuevas. Y ha sabido encontrar un equilibrio que todavía está muy verde -la edad es inevitable- pero que huele bien. La bambera de la rima V de Bécquer , pastoreña y jerezana a la vez, es un resumen de su estética: dulzura en los graves y el paladar sangrando en los tercios duros. Tiene esa mezcla de oloroso con pedro ximénez que entra fácil y, una vez dentro, deja marca. Su cante pasa siempre caliente por el pecho. Pero todavía necesita tiempo. Las cosas buenas no se logran con prisa. Y la nieta del genio de los jereles sólo puede ya esperar al almanaque para conseguir que sus virtudes se cuajen.

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