Susana Martín Gijón: «Camino Vargas no es como esos policías que están amargados, es una mujer disfrutona»

Cuando empezó a escribir la primera novela de la inspectora Camino Vargas, ¿se lo planteó como una trilogía?

No, yo suelo ir paso a paso. En un principio creé esa nueva protagonista y tenía claro el tema que quería tratar en 'Progenie'. Después ya fui esbozando la trilogía, pero más que con las tramas con los tres temas sociales que se abordan. 'Progenie' analizaba los modelos de familia, pero sobre todo la descendencia y las maternidades y no maternidades. 'Especie' se centraba en el trato que le damos a los animales, el animalismo y el veganismo. Y 'Planeta' aborda el problema que tenemos más acuciante ahora mismo: el cambio climático y el trato que damos no sólo al resto de las especies, sino a nuestro entorno, a nuestra casa, que puede dejar de ser habitable.

¿Es usted una escritora de brújula (más dada a la improvisación) o se guía por un mapa (esquemas previos)?

No es que sea una escritora pura de brújula, pero me dejo llevar bastante. Me cuesta más escaletar y planificar. Ha sido una escritura mixta. Para mí lo más premeditado es el tema social que quiero abordar, que de alguna forma me preocupa. Me documento sobre un determinado tema sobre el que quiero tener una mirada. Igual que la historia pasa por la protagonista, también pasa por mí y al final acabo adquiriendo esa mirada sobre cada uno de los temas.

El personaje de Camino Vargas es muy original porque no había ningún personaje semejante en la novela negra española, ¿no es así?

Quería un personaje que no estuviera traumado, porque ese arquetipo es un cliché que a mí me cansaba. Siempre había historias con un policía traumado y amargado, pero Camino es todo lo contrario. Se trata de una persona apasionada de su trabajo, por supuesto, pero también es una mujer disfrutona de la vida. Es ajena a los convencionalismos del género y de la propia sociedad. Va un poco a su bola. Es comilona, le encanta bailar salsa. Le gusta también jugar al ajedrez y tiene un terrario de hormigas, que es de lo que más le identifica, ya que son sus mascotas. Por fortuna, hay ya muchas mujeres protagonistas dentro del panorama de la novela negra, incluso en la novela negra española hay referentes, pero yo intenté dotar a Camino de una originalidad. Es una mujer también que tiene mucha gracia y retranca.

¿Cómo se consigue ese difícil equilibrio en el que tanto la crítica como el público alaban sus novelas?

No tengo ni idea (sonríe). Yo estoy viviendo todo esto con un poco de vértigo y mucha emoción. La recepción de 'Progenie' fue buena, pero 'Especie' gustó más aún. Ahora ha salido 'Planeta' y desde la primera semana la gente la ha leído muy rápido y he recibido muy buen 'feed back'. En general, está gustando más que 'Especie', algo que para mí es complicado y a la vez muy satisfactorio, porque he completado la trilogía y he visto que cada novela gustaba más que la anterior. ¿Cómo se consigue eso? No lo sé. Quizás por ese híbrido entre el thriller y el tema social que aborda, pues siempre queda un poso de reflexión. Y también hay mucha introspección psicológica de los personajes, algo que no me gusta dejar a un lado. Creo que se puede hacer una novela ágil y con mucho ritmo sin tener que dejar de lado meterte en la cabeza de cada uno de los personajes y dotarlos de una humanidad y de realidad para que los sintamos más cercanos. Igual la clave de todo sean esas tres patas: tema, personajes y thriller con una estructura ágil.

La novela comienza con un crimen en un campo de golf. ¿Es un pequeño homenaje a Agatha Christie?

La idea surgió porque me lo pedía la trama. Sí es cierto que parece que le haga un homenaje a las novelas enigma de ese tipo. Agatha Christie es un referente mío desde que era muy pequeña, pero luego meto otra serie de elementos. Es un campo de golf ficticio, pero muy similar a otros que hay por aquí en los alrededores de Sevilla. El cadáver aparece en el hoyo 14. Luego han jugado muy bien con la portada al reflejar una pelota de golf negra de la que cae sangre. Eso simboliza el crimen, el cadáver, el campo de golf y el negro del género, pero también esa esfera representa a un planeta herido.

En la novela se refleja también una imagen de Sevilla muy alejada de los tópicos y asolada por la lluvia.

Siempre trato de poner a los personajes al límite, sobre todo a los protagonistas. En 'Progenie' y 'Especie' había unas olas de calor extremas y en este caso he apostado por un temporal que juega con esos elementos de clima cambiante, pero que en la historia de Sevilla han estado muy presentes con las inundaciones del río. Hemos luchado contra las riadas con diques y con las murallas. Ahora me he planteado que si hubiera un cambio climático, ¿quién ganaría la batalla? ¿Somos tan avanzados como para dominar la naturaleza?

¿Habrá una cuarta novela?

Yo les tomo mucho cariño a los personajes y antes hice una saga extremeña con una protagonista de origen namibio. Ahora voy también por la tercera novela de Camino y su equipo. En cada novela desarrollo más un personaje. Fito, que era un subinspector chuleta en 'Progenie', crece ahora muchísimo como personaje en 'Planeta'. Puede que siga con la saga de Camino Vargas, pero sin querer contar nada que no deba saber el lector, sucede algo al final de esta novela que va a marcar su continuidad. Me gustaría que los lectores decidan si quieren más Camino Vargas y su grupo de homicidios después de leer 'Planeta'.

¿Qué me puede contar de la serie que se hará de 'Progenie'?

Estoy muy ilusionada con ese proyecto. Tendrá ocho episodios y me ha encantado participar en la adaptación del guion después de la experiencia que tuve al colaborar en el guion de 'La novia gitana' (dirigida por Paco Cabezas). Tenemos ya también a la directora, Juana Macías, que se está implicando mucho en la serie.