«Si escribes sobre la Guerra Civil, el éxito está garantizado»
El escritor peruano Fernando Iwasaki (Lima, 1961) se burla de los miles de premios literarios repartidos por la geografía de nuestro país en «España, aparta de mí estos premios» (Páginas de Espuma), siete relatos con un mismo argumento (el hallazgo de un brigadista japonés en ... las profundidades de una cueva española, ignorante del final de la Guerra Civil) que transformados convenientemente logran siete galardones literarios tan dispares como el «IV Certamen de Cuentos Espeleológicos «Cueva de la Pileta»», el «II Premio de Literatura Gastronómica «La cuchara de oro»», o el «III Certamen de Narraciones Breves «Bajo de Guía y su marisma»».
El libro rebosa de «irreverencias humorísticas y reverencias japonesas» que el autor sintetiza en el «Decálogo del concursante consuetudinario», que ya advierte en su primer punto: «Los cuentos que envíes a los concursos nunca serán importantes para la historia de la literatura. En realidad, ni siquiera para la literatura». En ese mismo decálogo humorístico recuerda las palabras de Groucho Marx «Los grandes éxitos los obtienen los libros de cocina, los volúmenes de teología, los manuales de ´cómo hacer...´ y los refritos de la Guerra Civil», una máxima con 60 años de antigüedad pero que para él continúa vigente y que en el caso español lo resume así: «Si escribes sobre la Guerra Civil, aunque sea sobre la improbable relación de la Orden de los Templarios con el conflicto, tienes el éxito garantizado».
Iwasaki reproduce en el libro, detrás de cada relato, el acta del fallo del jurado, que resulta casi tan relevadora y humorística como las bases del concurso literario, que también incluye al principio e cada cuento.
Iwasaki explica a ABC que «el reto de este libro era realizar un ejercicio de estilo y compartir la risueña perplejidad que se produce cuando lo verdadero es inverosímil y lo imposible más bien probable». Para conseguirlo, añade, «era imprescindible que todos los protagonistas fueran japoneses ocultos en España durante décadas, como los soldados que se escondieron en las islas del Pacífico cuando acabó la II Guerra Mundial». Para Iwasaki, «la disciplina, el sentido del deber y la delicada minuciosidad niponas están en los antípodas de la idiosincrasia hispánica y por esa razón un japonés empeñado en ser vasco, andaluz o catalán es capaz de triunfar donde fracasan los chilenos,argentinos o peruanos». Iwasaki, que nació en Lima pero tiene ascendientes japoneses, dice de ellos que «no sólo les gusta el flamenco sino que hasta triunfan con la cocina vasca» y además, -añade-«les gusta pasar despercibidos». El autor de «Helarte de amar» sostiene que «no hay nada más peruano que un japonés sin papeles en España».
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