Novedad editorial
Sale a la luz la obra teatral de Stevenson que inspiró ‘El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde’
Athenaica publica ‘El diácono Brodie o La doble vida’, obra teatral coescrita con William Ernst Henley y traducida por la sevillana Victoria León
Andrés González-Barba
En el año 1880, Robert Louis Stevenson y su por entonces íntimo colaborador e inseparable amigo, William Ernest Henley , publicaron la obra teatral ‘El diácono Brodie o La doble vida’ . En ella se narra la curiosa historia de ... William Brodie (1741-1788), más conocido por su título de Deacon Brodie (‘Diácono Brodie’), que llegó a ser presidente de la Cámara de Comercio de Edimburgo y que se ganó el respeto de sus vecinos como maestro ebanista, cerrajero y diácono de la corporación de carpinteros de la iglesia anglicana.
Sin embargo, esa intachable imagen que tenía durante el día no se correspondía a la que mostraba por las noches, momento que aprovechaba para arrastrarse por los bajos fondos y convertirse en ladrón y asesino . Detenido tras huir a Holanda, Brodie fue finalmente ajusticiado en la horca.
Esta historia, que es un claro precedente de una de las obras más universales de Stevenson, ‘El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde’ (1885), sale ahora publicada por primera vez al castellano gracias a la editorial sevillana Athenaica , que ha realizado una cuidada publicación. De hecho, la poeta Victoria León (Sevilla, 1981) se ha encargado de la traducción y de un meticuloso prólogo, mientras que Luis Alberto de Cuenca escribe un epílogo.
La amistad entre Stevenson y Henley cristalizó en cuatro obras teatrales: ‘El diácono Brodie o La doble vida’, ‘Beau Austin’ (1884), ‘Admiral Guinea’ (1884) y ‘Macaire’ (1885). Estos dos escritores se conocieron en un sanatorio en 1875. Hay que tener en cuenta que Henley —autor de ‘Invictus’, uno de los poemas más conocidos dentro del mundo anglosajón y también traducido al alimón por Victoria León y Luis Alberto de Cuenca— sufrió de pequeño una tuberculosis ósea que finalmente derivó en la amputación de su pierna izquierda , lo cual le obligó a convalecer en una enfermería de Edimburgo durante doce meses.
Henley era Long John Silver
El propio Stevenson se inspiró en su amigo lisiado —que usaba una prótesis de madera— a la hora de crear uno de sus personajes más conocidos, Long John Silver , el famoso pirata de ‘La isla del tesoro’ . Asimismo, la hija del escritor inglés, Margaret Emma Henley —que falleció prematuramente a la edad de cinco años—, fue tomada como modelo por James Matthew Barrie a la hora de escribir el personaje de Wendy de su clásico ‘Peter Pan’ .
Tanto Stevenson como Henley se sentían muy atraídos por un personaje tan contradictorio como Brodie. No en vano, conviene recordar la fascinación que sentía el autor de ‘La flecha negra’ por el tema de la doble condición del ser humano . De hecho, esa dicotomía entre el bien y el mal no sólo la plasmó en ‘El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde’, sino en otras narraciones notables como ‘Markheim’ , ‘Olalla’ y ‘El barón de Ballantrae’ , entre otras. Ambos autores eligieron el tema de la azarosa vida de este ebanista de Edimburgo «como trama de la primera de las cuatro obras teatrales escritas en colaboración con la que los dos jóvenes escritores se habían propuesto renovar el empobrecido teatro de la época victoriana», señala en el prólogo Victoria León, a lo que añade que « la figura siniestra y fantasmagórica de William Brodie debía de tener algo de sobrenatural , un aura que le confería cierta similitud o parentesco con arquetipos legendarios del folklore y la literatura como Don Juan o el pacto diabólico fáustico».
Experiencia bohemia
Sostiene también esta poeta, traductora y crítica literaria que el propio Stevenson vivió la experiencia de los bajos fondos de Edimburgo, al igual que Brodie, ya que el autor escocés se rebeló contra la asfixiante moral que imperaba en su hogar. «Conocería así de primera mano la más sórdida vida bohemia (que poco tenía en aquel caso de artística o de intelectual) entre las tabernas y burdeles de Princes Street, donde se dijo que malgastó su ya precaria salud y que se enamoró perdidamente de una prostituta llamada Kate Drummond (quizá el personaje de Jean Watt en la obra tenga algo de recuerdo suyo)».
Tanto la seductora historia del ebanista criminal como las propias experiencias vitales de Stevenson y Henley cristalizaron en una obra en la que intentaron renovar el teatro del momento de «presupuestos neorrománticos» , recogiendo y reivindicando «la herencia de Walter Scott a finales del siglo XIX». Pero ese ansiado cambió de la escena británica llegó finalmente gracias a « los intentos mucho más sólidos y certeros de Oscar Wilde y Bernard Shaw» , indica León.
A pesar de las expectativas de sus autores, ‘El diácono Brodie’ se estrenó en Glasgow sin ninguna repercusión. En Estados Unidos sí tuvo cierto reconocimiento, «y aún llegó a representarse por poco tiempo en Londres en 1884, seguramente al calor del éxito de ‘La isla del tesoro’», subraya la traductora.
La estrecha amistad de Stevenson y Henley comenzó a quebrarse a partir del primer viaje que hizo el escritor escocés a Estados Unidos en 1887. Años después, y tras amargos cruces de acusaciones, fue imposible una reconciliación, aunque eso no impidió que el autor de ‘Bajamar’ aprendiera con esta pieza teatral una lección que le serviría para el futuro. «Decía Chesterton que en las obras de Stevenson el mal podría imponerse sobre la desolada sordidez del mundo, pero el individuo siempre hallaba el modo de salvarse moralmente en la eterna lucha entre el bien y el mal que se libra dentro de cada alma », concluye Victoria León.
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