La pintura de Manolo Cuervo se expande por Sevilla

Entre ellas, la más reciente que se ha inaugurado es la que presenta el Cicus, que tiene su origen en los años 2020 y 2021, donde coincidiendo con el confinamiento por la pandemia, Manolo Cuervo se encierra en su estudio y realiza una veintena de cuadros sobre un tema recurrente para él: la música y, más concretamente, el jazz y el pop-rock. Así surge, ‘Hits a gogó’ que es como un mix o una playlist de los temas que escuchaba en esa época reciente.

«He oído que hay pintores que se paralizaron durante la pandemia, pero con los que yo he hablado han pintado muchísimo. Mi miedo era que se me acabaran los materiales, pero no, al final no sólo hice esta exposición, sino cuadros para mi marchante americana».

Cuervo había hecho muchos cuadros de jazz, pero no de rock «y ahora en esta muestra les he dedicado cuadros a los Rolling Stones, Jimmy Hendrix, Allman Brothers. .. y en una época oscura me ha salido muy colorista y muy alegre».

En la Fundación Cajasol se presenta, en cambio, ‘Manolo Cuervo. Una visión de las cofradías desde la vanguardia’ . La muestra reúne la obra cofrade no sólo del autor el cartel de la Semana Santa de este año, del que se muestra la obra final y todas las versiones realizadas de ella, sino también los carteles que realizó para las hermandades de las Hermandades de la Macarena y la Hiniesta.

Finalmente, en la Casa de la Provincia se presenta ‘Cuervo la exposición ‘ADN. Crónicas urbanas de alta fidelidad’ en la que hay 75 pinturas, realizadas entre 2009 y 2019 en su estudio de Castilleja de la Cuesta. Además, ha reinterpretado series como ‘Ventana al mar’, ‘Tratamiento de Choque’, ‘La Mirada Indiscreta’ o ‘Jazz’, sumándose otras obras inéditas. La muestra, comisariada por Antonio Torres y Pepe Mateos , presenta algunos cuadros y carteles de la época de Sevilla cuando Cuervo comenzó a hacer carteles para los Festivales de Jazz y Cita en Sevilla, eventos creados en los años 80.

En esa década Manolo Cuervo, que hizo el primer y el último cartel del festival de Jazz de la Universidad, conoció a figuras de la talla de Leonard Cohen y Frank Zappa, sumergido en su pasión por el jazz y el pop, a los que se suma el trabajo de carteles de teatro. «En un festival el saxofonista Ornette Coleman les dijo a los de la organización que le había encantado el cartel y que me quería conocer. A mí me daba mucha vergüenza por no hablar inglés, y al final no entré en su camerino».

En cuanto a la coincidencia de todas las exposiciones, dice que ha sido pura casualidad. «Sólo tenía programada la de Cicus, pero el pasado noviembre me encargaron el cartel de la Semana Santa y después el Consejo de Cofradías me cuenta que van a hacer una exposición de carteles. Paco Ros, de la Hiniesta, ha hecho un trabajo excelente, porque al fin y al cabo yo sólo he hecho cuatro carteles de Semana Santa».

Como diseñador gráfico se lamenta de que «el cartelismo está desaparecido. En Andalucía trabajan ahora los diseñadores mejor formados de la historia. Para nosotros, nuestra clientela era la Administración. Desde la aparición de los ordenadores y la crisis del 2008, el diseño deja de interesar y hacen los carteles los técnicos de Cultura con el ‘Photoshop’. Un cartel lo hace ahora mismo cualquiera, pero un cartel bueno, no. Hay empresas como las de los toros que siguen haciendo carteles o el festival Nocturama, que también elige diseñadores. Pero la época gloriosa del cartelismo fueron los años 80, cuando todo el mundo, por ejemplo, quería tener un cartel de Mariscal ».

En cuanto a la reedición de carteles no sabe si alguna institución llevaría a cabo esa tarea, «pero están todos muy contentos. Por ejemplo, las hermandades. La Macarena está encantada con su cartel y también la Hiniesta, y presumen de que fue el primero. El único cartel que se consigue ahora es el de Semana Santa que los da el Consejo General de Hermandades», dice.