«A nuestros lectores les da igual quién está detrás de Carmen Mola»

Pero más allá de cuestiones extraliterarias, lo cierto es que ‘La Bestia’ es, con permiso del ‘Terra Alta’ de Javier Cercas , uno de los Planeta recientes con más atractivo, gracias a la combinación de lo policiaco, el thriller y el género histórico alrededor de unos violentos crímenes de niñas en un Madrid isabelino en plena epidemia de cólera. Ayer la presentaron en la Fundación Cajasol en un acto que contó también con la autora finalista, Paloma Sánchez-Garnica , por ‘Últimos días en Berlín’ .

¿Para ganar el Planeta es ideal una novela pasapáginas como esta?

Nosotros lo que queremos es que las novelas lleguen al lector, que sean entretenidas, con finales en alto —es lo que ponemos desde nuestra formación de guionistas— y con una narrativa que sea un pelín impredecible. Para el Planeta más que una novela pasapáginas hay que ir con una novela más ambiciosa, con más calado literario.

Uno de los grandes atractivos de ‘La Bestia’ es esa reconstrucción del Madrid isabelino y lumpen.

Para nosotros Madrid ha sido siempre un personaje desde la serie de Elena Blanco, en la que pretendíamos desde el principio que los cadáveres aparecieran en sitios muy madrileños, recuperándolo para la literatura.

Aquel Madrid decimonónico puede verse como un espejo deformado del actual, con una epidemia de peste, inestabilidad política... ¿Había alguna intención?

No queríamos, pero nos salió. Entonces hubo una epidemia de cólera y se tomaron medidas que nos iban recordando las actuales. E igual que en el cólera, también había lujo, miseria, había una cerca que dejaba los pobres fuera. Ahora somos más globales y la cerca se llama mar. Son hallazgos felices que en encuentras en el proceso de escribir una novela.

Los crímenes de la Bestia son extremadamente violentos.

Era un Madrid violento, donde la sensación que te da al documentarte es que la vida valía menos que ahora. Parece que es muy violento lo que hacen con las niñas, pero te vas al crimen de Gádor a principios del siglo XX y era lo mismo, o la vampira de Barcelona. Son crímenes con esa idea de matar a alguien a quien sacarle una especie de elixir de la eterna juventud. Lo que pasa con la violencia en nuestras novelas es que nosotros sí la describimos.

¿Esta violencia en los crímenes es algo muy español o eso no tiene país?

Si haces un repaso histórico de la delincuencia en España y hay crímenes muy bestias y el siglo XIX es especialmente salvaje. Criminal estilizado o elegante, no tenemos. Aquí no se mataba con chaqueta de tweed.

La polémica producida a raíz de que se conociera que tras Carmen Mola había tres hombres, ¿ha venido bien para que se hable de la novela?

Supongo que sí porque se hablaba de la novela en los bares durante unos días en lugar de si fue o no penalti la jugada del día anterior. Lo que hemos recibido mayoritariamente son gestos de apoyo y de lectores que dicen que les da exactamente igual quién está detrás del pseudónimo y que nos piden que sigamos escribiendo porque le gustan nuestras novelas. Hacía tiempo que una novela española no generaba esto ni salía de repente en todos los periódicos europeos o en la CNN, y eso me parece que es muy positivo para todos los que nos dedicamos a las novelas y la literatura.