«En una novela negra, si el lector descubre el asesino antes del final, no se lo perdona al escritor»

¿Qué sensaciones tiene después del gran éxito de crítica y de lectores que ha cosechado con «Progenie»?

Estoy muy ilusionada porque esta novela me llena mucho. Espero que a los lectores les guste tanto o más que «Progenie». Hay más Sevilla y más acción.

En el primer caso de la inspectora Vargas la maternidad era el tema central, ahora es el trato que le damos a los animales.

Siempre me gusta buscar un tema de fondo más allá de la acción. En esta novela reflexiono sobre cómo el ser humano se considera muy superior a las demás especies, sin importarnos que la más mínima rentabilidad llega a provocar el sufrimiento en los animales.Estamos hablando de productos cárnicos, experimentación en textil, abusos en los circos... Este tema se va a atacar desde distintos frentes, aunque el foco está en los crímenes que se está perpetrando sobre los seres humanos.

¿Haber creado un personaje tan redondo como Camino Vargas es la clave para el éxito de sus últimas novelas?

Creo que a los lectores les gusta Camino Vargas por su agudeza y porque es muy tosca. Le falta mucha empatía y sensibilidad, algo que damos por hecho que deben tener las mujeres. Pascual Molina es un policía grandullón, pero es el sensible, el empático, el que sabe dar el pésame, mientras que Camino es más bruta. Es una persona disfrutona, sabe desconectar, baila salsa, juega partidas de ajedrez «online» en su móvil con rivales rusos y también cuida un terrario de hormigas. En este libro se pondrá en situaciones extremas. Como contrapunto a Camino está Evita Gallego, una joven policía que llega a la sección de Homicidios y que tendrá un papel fundamental. Evita es otra mirada, ya que es una chica muy «healthy», animalista y vegana. Es un contrapunto divertido que ayudará a Camino a resolver los asesinatos.

¿Qué similitudes y diferencias hay entre Camino y Annika Kaunda, protagonista de su anterior trilogía de novela negra?

Son muy contrapuestas. Annika es una policía más joven e idealista. Vino de pequeña a raíz del conflicto de la guerra de la independencia de Namibia y recaló en un centro de menores de Extremadura. Su propio tono de piel ya le marca una diferencia. Camino es mucho más mayor, unos 44-45 años. Annika no es una policía de vida traumatizada. Camino es una mujer feliz. Se pone una especie de antifaz y no quiere ver más allá.

¿Qué le permite a un escritor la novela negra que no puedan ofrecerle otros géneros?

Por un lado, ese juego especial entre escritor y lector. El escritor tiene un reto porque tiene que darle unas pistas limpias al lector. El lector se mete, juega y quiere rescatar esas pistas y descubrir quién es el culpable. Si descubre quién es el asesino antes de que acabe la novela, no se lo perdona al escritor. Además, la novela negra permite que la escritura sea también una herramienta para mostrar las partes que no nos gustan de la sociedad. Estas novelas nos adentran en capas de la sociedad que normalmente no están expuetas. La novela negra es propicia para ellos. Desde pequeña mi abuela me daba a leer novela negra. A ella siempre había que regalarle algún libre de Conan Doyle, Agatha Christie, etc.

¿Se ve escribiendo otro tipo de obras que no sean novela negra?

De vez en cuando cambio. He escrito relatos y tengo algunos premios. Recientemente he creado una colección de cuentos infantiles que saldrá a finales de año. Ha sido un giro brutal y lo he disfrutado mucho. Hago algunos guiones y me intriga la novela histórica, pero requiere mucho tiempo para la documentación.

Su carrera empezó en 2013 con «Más que cuerpos». Luego consiguió ser finalista de varios premios con «Náufragos». ¿Cuál ha sido el momento clave para su obra?

Mi trayectoria ha sido como una escalera. Empecé con «Más que cuerpos» con la editorial Anantes, editorial sevillana que también empezaba en esa época. Soy una escritora muy escrupulosa. Me di a conocer en festivales de novela negra. Hice una gira por Colombia en 2017. Cuando más público ha leído mi obra ha sido a partir de la publicación de «Progenie», con Alfaguara, porque una gran editorial te asegura estar en todas las librerías. A raíz del éxito de «Progenie» muchos lectores han descubieron a Annika. Por eso le debo mucho a Alfaguara porque apostó por mí.

¿Quedan más casos pendientes de la inspectora Vargas?

Hay algunos más. Esto de las bilogías no funciona mucho, parece que a los lectores les gusta más las trilogías. A ver cómo va «Especie».Esta nueva novela me ha permitido profundizar en los personajes de «Progenie», ahondando mucho más en sus psicologías. Cada vez conozco más a los personajes.