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Mercado de Triana: La vieja plaza de abastos

Mercado de Triana: La vieja plaza de abastos

Hubo un tiempo, antes de que se llevaran el paisaje humano del mercado de Triana (en larga provisionalidad) entre las calles Pagés del Corro y Alfarería, en el que los placeros eran familias tanto por apellidos como por cuarteladas. Fue cuando aún se pisaban los ... huesos sepultados del Castillo de la Inquisición y nadie pensaba en el repelús de vender o comprar sobre la historia. Ya ha llovido desde que en el sigo XIX unos vendedores ambulantes empezaran a tomar un solar junto al Altozano para ofrecer sus mercancías a los vecinos del arrabal, y ya ha habido inundaciones del Guadalquivir, que impedían llegar a los vendedores de los pueblos ribereños al mercado, en funcionamiento desde que en 1830 el Ayuntamiento decidiera desarrollar unas instalaciones que sufrieron pocos cambios durante unos cien años. La imagen que viene hoy a esta página fue tomada a mediados de los años setenta por Ángel Doblado desde el puente, junto a la Capillita del Carmen. Ofrece una visión en claroscuros de una plaza que se venía abajo. La decadencia es evidente, con jaramagos creciendo en los tejados y en las chapas onduladas para dar sombra a los puestos, cuyo abandono es palpable. El bar del primer término, con un parroquiano mirando directamente al fotógrafo, el luto de algunas mujeres, cestas y carritos de la compra, nos llevan a un tiempo no muy lejano, en el que pese a su estado, el mercado no había perdido su luminosidad y alegría. Hoy, la nueva plaza cerrada, inaugurada en 2005, se eleva junto a las viejas piedras de la intolerancia, la tortura y la muerte, justo donde una placa recuerda al concejal que luchó por el mercado, Alberto Jiménez-Becerril, asesinado por ETA.

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