«La mejor ciudad del mundo», un homenaje de Julio Muñoz Gijón a Sevilla lleno de ternura

El protagonista de la historia es 954 , un prebebé al que se le da la oportunidad de conocer una ciudad antes de nacer en ella. Como quería ser astronauta y llegar a la luna, su deseo es ir a una capital muy moderna, pero luego visita Sevilla por azar y ese será al final el lugar que elegirá para nacer.

Según comenta Muñoz Gijón a ABC, «éste es un libro muy diferente ya que nos hemos arriesgado mucho y le hemos dado otro giro . Es mi libro más personal, pues hemos cambiado la intención con respecto a los otros. Si en los anteriores lo que pretendíamos era hacer llorar de risa a los demás, aquí buscamos hacer llorar a la gente de emoción , aunque tenga elementos de humor».

Por otra parte, este periodista y escritor sevillano comenta que con este libro « he querido reivindicar a los héroes anónimos , a los héroes de la madrugada». En ese sentido, aclara que «he intentado introducir cosas que le gustan más a Julio Muñoz que a Rancio». Por eso asegura que se trata de un libro «con muchas lecturas».

Comenta también que su hijo Silvio, que tiene sólo dos años y medio de edad, ha disfrutado mucho cuando éste le leía el cuento, además de ser la razón principal por la que ha cambiado de registro con esta nueva obra, realizando una incursión dentro de la literatura infantil. Incluso en la guardería de su hijo, este cuento está teniendo ya muchos devotos admiradores.

Uno de los principales aciertos de «La mejor ciudad del mundo» es que aparece una galería de personajes sevillanos que son representados de una forma muy simbólica, no exenta de grandes dosis de surrealismo. Así, hay que destacar la incursión de auténticos iconos de la ciudad como Antonio Machado (representado como un limonero); El Pali (que es un búho); Silvio (que aparece como una torrija); el grupo Triana (retratado en las aguas del Guadalquivir); Paco Gandía (como un garbanzo); Pepe Peregil (que es una tortuga); Luis Cernuda (como un arcoíris) o Manuel Chaves Nogales (como un nogal). Aparte de éstos, se incluyen asimismo personajes más anónimos pero que son igual de importantes para conocer Sevilla, como la abuela del Winston ; Anselma Giménez (que aparece como una paloma); la Pantojita (como una guitarra) o Howard Jackson , el célebre vendedor de pañuelos de Plaza de Armas que es retratado como un semáforo.

« La Pantojita para mí tiene tanta identidad para Sevilla como Chaves Nogales, Cernuda o Machado . Quería meter en un mismo saco a la literatura y a la canción callejera de la Pantojita. Había que tratarlos a todos en el mismo nivel», asegura Muñoz Gijón. También éste ha querido criticar el ombliguismo sevillano, ya que aparece en el libro un gran ombligo que representa el narcisismo que existe en la ciudad.

Por su parte, el libro cuenta con las ilustraciones de Patricio Hidalgo (Ibiza, 1979), un artista plástico, ilustrador, videocreador, director cinematográfico y escénico. Éste comenta que cuando Julio le pasó el guión, «me dediqué a hacer fotos por Sevilla en cuatro o cinco ocasiones. « He querido hacer un paseo por la ciudad y por los personajes jugando con el surrealismo . Muchos personajes se transforman en animales u objetos». Además, confiesa que es inevitable el referente de «El principito» , de Antoine de Saint-Exupéry . «Es el gran libro que puede leer tanto un niño como un adulto. Yo le hice un homenaje muy directo poniendo a 954 en la luna. Esta obra tiene muchas lecturas y además incluye juegos para buscar a personajes, porque es una cosa que me encargó el editor, David González Romero».

Por otra parte, Hidalgo dice que «la cubierta y la contracubierta son una metáfora hacia la Sevilla del futuro desde la del pasado. En la cubierta está la Sevilla del pasado y en la contracubierta, la del futuro». Por su parte, @Rancio agradece el apoyo que le ha dado David González Romero, «que desde el primer momento dio luz verde a este proyecto y que además ha hecho una edición muy cuidada , algo que se ve en detalles como el papel de gran calidad que se ha usado, el mismo que empleó un dibujante de la revista “Charlie Hebdo”. Hasta que David no consiguió ese papel no empezamos con el libro», dice Julio Muñoz Gijón.