Manuel Olivares: «Harold Bloom me convenció de que Shakespeare fue el "inventor de lo humano"»

Llevas casi treinta años dedicándote a la literatura, especialmente al teatro. ¿Cómo podrías definirme tu trayectoria?

Como una vocación inagotable. Nunca he dejado de escribir poesía desde que, muy joven, quise imitar a Juan Ramón Jiménez y los Epigramas de Ernesto Cardenal. Desde que empecé a escribir en la infancia y en la adolescencia podría tirar una cuerda que llega hasta hoy sin interrupción, con diferentes experiencias en todos los géneros.

2)Recientemente ganaste el VI Certamen Nacional de Textos Teatrales Cuenca a Escena con la obra «Sólo tú sabrás si lo hicimos», que además se va a representar a finales de este año en el auditorio de Cuenca por alumnos de Palanka Teatro. Háblame sobre lo que supone para ti ganar este prestigioso premio y también sobre la obra galardonada.

Es un reconocimiento a mucho tiempo dedicado a la escritura dramática. Presenté el texto a última hora porque no sabía qué obra enviar a concurso. Modifiqué algunos aspectos de la estructura porque solicitaban textos innovadores. Y me acosté con la certeza de que tendría éxito. Es una obra satírica con los elementos propios de la sátira: crítica y humor . Trata sobre nuestras contradicciones; en este caso, cómo nuestra defensa del medio ambiente choca con nuestros hábitos como consumidores, de la dificultad de predicar con el ejemplo.

¿Cómo ha evolucionado tu modo de entender el teatro desde que ganaste en 1992 el Certamen de Teatro Joven de Granada con «Por ti, septiembre»?

Es inevitable que haya sido a través de los visto, lo leído y después pensado. «Por ti, septiembre» es una obra adolescente bajo la influencia de Lorca y de «Hamlet» . El teatro de estos años es poético, centrado en la subjetividad y con elementos mágicos. Cada obra de teatro que leo o a cuya representación asisto, me obliga a repensar la forma de escribir. La evolución consiste en ese diálogo con «Bernarda Alba», «La cantante calva», «Marat-Sade» , «El abanico de la vieja dama» , «Muerte accidental de un anarquita» o «Arte» , además del estudio de propuestas como las de Alonso de Santos , Peter Brook o David Mamet .

Otra obra que te ha dado muchas satisfacciones es «Farsa memoria», también muy galardonada.

Sí. Un trabajo muy bonito con mis alumnos de la asigantura de teatro del Colegio Aljarafe , con Gema Rancaño a la cabeza y una propuesta visual rica del escenógrafo Vicente Palacios . Todavía está en escena con la Jauría de Sevilla.

Eres profesor de filosofía del Colegio Aljarafe. ¿En qué medida crees que es importante fomentar el teatro en el ámbito escolar?

En toda medida. Es una asignatura completa cuando la imparten profesionales de arte dramático porque incorpora elementos culturales, físicos, expresivos, emocionales que no se dan en otras materias. Los niños y los adolescentes están en una etapa muy sensible, lo que los convierte en dramáticos fabulosos . Eso sí, siendo teatro, hay que ser muy cuidadosos en el trato con ellos y nunca inventar experiementos psicológicos.

¿Crees que en Sevilla en particular y en Andalucía en general se fomenta lo suficiente el teatro en la escuela?

Gracias a que en el cuerpo docente hay muchos entusiastas, en muchos centros siempre hay experiencias teatrales. No obstante, defiendo el teatro como asignatura impartida por profesionales de la dramaturgia (profesores de teatro). Es una tarea por hacer en todos los centros.

¿Con quién te quedarías, con Shakespeare o con Ionesco?

Creo que me dejé convencer por Harold Bloom de que Shakespeare fue el «inventor de lo humano» ; es decir, que desde «Hamlet» la obra teatral es la mostración del sujeto consciente que se interroga por su propio ser y que pone del revés -a través del cuestionamiento crítico- todos sus esquemas existenciales. Ionesco , que recoge también esta herencia, es para mí el prodigio de «La cantante calva» . Pero Shakespere es todo él una obra prodigiosa.

¿Qué autores crees imprescindibles dentro de la escena teatral española actual?

Es sorprendente la de dramaturgos y dramaturgas que escriben en español. No hay oportunidad para conocerlos a todos. He leído recientemente a Angélica Liddell , «La casa de la fuerza» , un texto vigoroso que, desde la perspectiva de la creación dramática, me ha forzado a una revisión de mis planteamientos aunque no sea el teatro al que me adscriba. Las obras de Juan Mayorga a las que he asistido lo convierten en un imprescindible. No hay un solo hilo suelto en su propuesta escrita: hace pensar, incomoda, exige atención… Destacaría también a Alfredo Sanzol porque merece la pena asistir al teatro para pasar la noche.

¿Te consideras un escritor polivalente, sobre todo por haber destacado también en otros géneros tan dispares como la narrativa y la poesía?

Sí. Cada folio en blanco y cada idea me exige el planteamiento del género.

¿Cómo crees que afectará la crisis del coronavirus al mundo del teatro a partir de ahora?

Lamentablemente en pérdidas económicas en un amplio sentido. El hecho teatral en sí mismo buscará su espacios para seguir vivo y se adaptará a cualesquiera circunstancias.

¿En qué proyectos estás metido ahora mismo?

Estoy escribiendo dos obras de teatro, una comedia y un monólogo. Y siempre a la espera de que se representen mis textos. Ha sido un buen año, con dos publicaciones ( «Nosotras, las viejas» y «Sólo tú sabrás si lo hicimos» ) varios premios y una obra todavía en cartel.