Aula de Cultura
José Calvo Poyato: «Mis libros son un pulso entre el novelista y el historiador»
‘La travesía final’, donde recupera la figura de Elcano a su regreso a España, es su última novela. El 1 de junio la presenta en el Aula de Cultura de ABC de Sevilla
Luis Ybarra Ramírez
Uno dicta con rigor y otro fantasea con verosimilitud acerca de lo que pudo haber sido, pero no gana ninguno en ese pulso. Ni escritor ni historiador. Ambos se le agolpan a José Calvo Poyato (Cabra, 1951) al arrastrar a los lectores por el barro ... en ‘El último tesoro visigodo’ y al añadir ojos anhelantes alrededor de la corona española en distintas épocas. Vuelve a su trinchera de documentos y ficciones con ‘La travesía final’, que se sitúa en el regreso a España de Juan Sebastián Elcano , dentro de un clima de tensión internacional y con nuevas expediciones en el horizonte. Con un ojo en cada siglo, el 1 de junio, acudirá al Aula de Cultura de ABC.
¿Cuáles son las claves para hacer una buena novela histórica? El reto parece claro: humanizar a personajes de los que conocemos sus hazañas, pero no cómo andaban, cómo reían...
La historia nos da perfiles públicos. Los datos que nos entrega, hay que utilizarlos. Cuando no nos revela los aspectos cotidianos de los personajes más épicos, yo trato de hacerlos de carne y hueso. El lector encontrará en este libro un Elcano que es quien ha dado la vuelta al mundo, pero que tiene preocupaciones, ambiciones...
Al otro lado: ¿qué mata una novela histórica? No sé si hay una serie de pecados capitales que no se han de cometer bajo ningún concepto.
En mis escritos se produce un pulso entre el novelista y el historiador que no gana ninguno. Si la novela no engancha, mal asunto. Eso se combina con el rigor. Los acontecimientos no se alteran. No se es infiel a los hechos, por eso se utilizan tramas paralelas que sean verosímiles, aunque no reales, para que el lector no conozca el final y se sorprenda. Tampoco se es pedante. Y se deben conocer a fondo los contextos: la gente del siglo XVI tiene unos códigos sobre el honor que nada tienen que ver con los de hoy. La religiosidad lo impregnaba todo... Cuando leo en una novela de esa época que un personaje corrió doscientos metros... Estoy fuera. La gente del siglo XVI no medía así.
«Encuentro una barbaridad de gazapos en las novelas históricas. Tenen muchos lectores y algunos usan la etiqueta para vender más, pero en realidad no lo son»
Como lector, ¿encuentra muchos gazapos?
Una barbaridad. Las novelas históricas tienen muchos lectores y algunos usan la etiqueta para vender más, aunque no lo sean. También tenemos autores excelentes: José Luis Corral, Juan Eslava Galán, Santiago Posteguillo... Los novelistas españoles somos traducidos a otros idiomas. Nuestras historias tienen éxito en el extranjero, con lo que esto supone: escribir tu propia historia.
Sobre Elcano se ha escrito mucho. No tanto de sus últimos años. ¿Qué fue de él después de realizar la primera circunnavegación del planeta? Tenía una pensión vitalicia y gran reconocimiento, pero quizá no la paciencia para permanecer en tierra...
Las cartas eran secretos de estado muy valiosos en ese momento. La información era poder. Y Elcano fue un marino de raza. Cuando regresa, las tensiones con los portugueses por el dominio de las rutas marítimas y por las Islas de las Especias se intensifican. España y Portugal se repartieron el mundo en Tordesillas. En esos años posteriores a la vuelta, intentan llegar a acuerdos entre geógrafos y navegantes de un lado y de otro. Ni que decir tiene que no hubo manera. Y Elcano formaba parte de la delegación española, como Hernando Colón, Juan Vespucio, Diego Ribero... Él quería ser capitán general y lo conseguirá en esta travesía final, pero ¿a que precio? No desvelaré más al lector.
Siempre parte de una curiosidad, de un hecho concreto y a menudo original para escribir. ¿Tiene más ideas que le gustaría ficcionar que tiempo para hacerlo?
Me temo que no voy a tener vida para contar todo lo que quisiera.
¿En qué período histórico no le leeremos nunca?
La más próxima que he escrito es ‘Sangre en la calle del turco’, relacionada con el asesinato del general Prim. Quizá llegaría a finales del siglo XIX: la pérdida de Cuba, Filipinas, etc. Más acá de esta fecha, no.
¿Le cuesta más interpretar la historia o analizar la actualidad?
Lo primero me ayuda a lo segundo. Estamos donde estamos por nuestros antepasados. España pudo ser un país islámico si no se empeñan unos individuos al Norte de la península en resistir al poder de los andalusíes. Si no se expulsa al islam, no perteneceríamos hoy a la cultura occidental. Seríamos otros país. Por eso el presente se explica mucho mejor conociendo el pasado. Siempre tengo en cuenta las piedras con las que ya tropezamos.
«Los españoles somos poco generosos con nuestra historia, por eso otros pueden falsearla»
Entre los pecados que matarían a una novela de este género no mencionó eso de falsear los hechos con una intención ideológica.
Pues es quizá el más grave de todos: alejarse intencionadamente de la verdad. A mí me ha dolido que algunos reivindiquen la vuelta al mundo como una epopeya portuguesa. Es rotundamente falso. Lo que pasa es que los españoles somos poco generosos con nuestra propia gente, por eso damos pie. Quien da la primera vuelta se llama Juan Sebastián Elcano, y por eso escribí ‘La ruta infinita’ y ‘La travesía final’.
Lo objetivo no es interpretable.
Magallanes es el gran traidor de la historia portuguesa. Prototipo de traidor si uno lee la historiografía. Y, además, el que regresó a Sevilla fue Elcano.
¿Enseña y crea pasión por esta materia en los más jóvenes el sistema educativo español?
Me temo que un alumno termina el colegio, empieza una carrera, Arquitectura, por ejemplo, y probablemente desconoce los aspectos fundamentales. El sistema se centra en lo contemporáneo, pero se obvia más allá de la crisis del Antiguo Régimen. El mundo romano, qué significó la Bética, la Tarraconense, el mundo medieval... se estudia mal.
Una novela para que el padre se la regale al hijo y el hijo le pida otra.
¿Mía? ‘El manuscrito de Calderón’, del Madrid del siglo XVII, para que se metan en el teatro. Muy asequible para muchachos. ¿De otros autores? Que lean los ‘Episodios nacionales’, de Pérez Galdós; quizá los más creciditos. No han perdido vigencia.
Martes 1 de junio a las 19.30 horas. Fundación Cajasol. Más información en www.auladeculturaabc.es .
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