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Flamenco SinCejilla

Los flamencos, una historia de lo insólito

Dieguitos que se llaman Ramón, gordos que son flacos y cojos que no lo son, así se establecen los apodos

La Niña de la Puebla y Luquitas de Marchena ABC

Luis Ybarra Ramírez

El Cojo de Huelva nació en Triana y no era cojo. Pues como eso, todo. Y así disfrutamos de tipos como Diego El Cigala , que en realidad se llama Ramón. Fue su padre el que tomó un atajo a las voces críticas de ... la familia: que le pusieran como les diese a ellos la gana, su hijo, aún llamándose Ramón, iba a ser Diego. A veces es la no procedencia de un lugar eso que extrañamente otorga el apellido artístico. Este es el caso de Luquitas de Marchena , cantaor, como su propio nombre indica, de Linares. Trabajó en la compañía de Pepe Marchena, se casó con la Niña de la Puebla y vengó su destino con un joven artista de la provincia de Jaén. Aquel chiquillo de voz despuntada, a quien sugiero escuchar en los fandangos por soleá, era Alejandro Cintas, de Sorihuela del Guadalimar. Luquitas, que no veía clara esa remota población en los carteles, le cambió los orígenes. Así pasó a llamarse el Niño de Orihuela . A saber cómo sentaría aquello en el pueblo, donde espero que nadie se ofenda por este caluroso debate que ahora saco a la luz, entendiendo que estará de rabiosa actualidad.

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