Suscríbete a
ABC Premium

El flamenco desentierra a Lorca

La cantaora Marina Heredia lidera el espectáculo jondo más importante que se ha hecho sobre el poeta granadino en los últimos años con coreografías magistrales de Eva Yerbabuena

Marina Heredia reflexiona sobre el amor femenino en su obra «Lorca y la Pasión, un mar de sueño» EFE

Alberto García Reyes

A Lorca lo han machacado con la misma herramienta que a Camarón: la ignorancia. Quienes siguen buscando los huesos del poeta granadino todavía no saben que Federico vive. Porque lo han leído poco. Por eso los lorquianos y los camaroneros tienen una cosa ... en común: sólo les gusta la parte menos buena de sus ídolos. La más popular. La parte asequible. El Romancero y «Soy gitano» son obras tan manoseadas post mortem que se ha acabado convirtiendo en tópicos, sobre todo en el flamenco, que ha sobado tanto la literatura popular en el último medio siglo que ha conseguido justo lo contrario de lo que pretendían los autores del 27: ensalzarla. El binomio flamenco-Lorca ha llegado a ser aborrecible en los últimos años porque, salvo contadas excepciones, apenas ha salido de las canciones populares de la Argentinita, la versión próxima al sainete de Bernarda Alba, Yerma o Mariana Pineda o el Romance del Amargo. Desde que Manolo Sanlúcar compuso «Locura de brisa y trino» con algunos pasajes de «Poeta en Nueva York» y los «Sonetos del amor desesperado» o Morente se atrevió con «Doña Rosita la Soltera», el cante flamenco mantenía viva su relación con Federico en «La leyenda del tiempo» y, sobre todo, en una obra maestra y olvidada del Lebrijano , el «Encuentro» del «Poema de la soleá» por bulerías.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia