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Esperanza Fernández, naufragio rumbo a Cuba

La cantaora trianera fracasa con un espectáculo en el que el flamenco fue una mera excusa

Esperanza Fernández durante el espectáculo «Oh, vida» JUAN FLORES

ALBERTO GARCÍA REYES

Por delante echo la maledicencia porque no me gusta hablar por la espalda. Que Esperanza Fernández , cantaora importantísima, se presente en la Bienal con un homenaje al cubano Beny Moré es algo que no entiendo. Porque esto no es un festival de ... flamencos que cantan lo que quieren, sino de Flamenco. Y además ella es de las que conoce el sabor de las llagas de la boca cuando canta por seguiriyas. Es lógico que los cantaores buenos tengan inquietudes, pero hay que saber elegir donde se enseñan. Así que de entrada no encajo el envío. Pero como el arte jondo es la infinitud resumida en un pellizco, ahora me voy a hartar de echarle piropos a la hija de Curro Fernández. Porque la zambra que pintó con Arcángel fue un monumento al gusto. No se puede cantar mejor. No creo que se vaya a cantar mejor en lo que queda. Hay que ser además muy honrada para traerte a un bicho como el de Huelva a que te haga un quite caracolero en tu tarde grande. Porque te puede mondar. Esperanza le aguantó el tipo desde que abrió el cerrojo del carcelero. Y se mataron en el romance de Juan de Osuna . A ver quién puede más. Y luego en la Salvaora. Hasta Caracol dijo ole. Fue un momento. Una ráfaga. Pero valió la entrada y el billete de avión a la Habana. O no. Yo qué sé.

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