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El Carambolo cumple hoy medio siglo con un museo en obras y un yacimiento olvidado

El Carambolo cumple hoy medio siglo con un museo en obras y un yacimiento olvidado

El municipio sevillano de Camas fue —hace hoy medio siglo— escenario privilegiado del hallazgo de uno de los tesoros arqueológicos más emblemáticos: Veintiuna piezas de oro de 24 quilates, bautizado como Tesoro del Carambolo. Mucho ha llovido y se ha escrito desde que en 1958 el profesor Juan de Mata Carriazo dirigiera el inicio de exploraciones en aquel yacimiento y estableciera los primeros exámenes de unas piezas únicas que, con el devenir del tiempo y el desarrollo de nuevas excavaciones y estudios, han permitido revisar la imagen que se tenía de Tartessos y de la colonización fenicia. Hoy, cincuenta años después, el brillo que debía rodear a la efeméride se halla empañado por algunas sombras. La principal relacionada con el estado en el que se encuentra el yacimiento, convertido prácticamente, y como ya denunció en su día ABC, en un «vertedero» pasto de botellas vacías, preservativos, escombros, matorrales... signos inequívocos de dejadez y abandono por parte de las instancias responsables de su protección.

La Delegación Provincial de la Consejería de Cultura ha asegurado al respecto que, con objeto de promover «las herramientas necesarias para la adecuada protección y conservación» del yacimiento del Carambolo en Camas, ha elaborado en los dos últimos años, desde que terminaran las excavaciones arqueológicas, «la documentación técnica completa sobre su delimitación y valor arqueológico».

Las mismas fuentes señalan que la Consejería «ha analizado la documentación técnica» y estudia «la mejor manera de llevar a cabo la protección en este lugar». El delegado provincial de Cultura, Bernardo Bueno, ha precisado a este periódico que todo ello se va a «delimitar» junto al propietario de los terrenos anexos al yacimiento, el empresario Gabriel Rojas, que los adquirió en junio de 2000 con el propósito de construir un complejo hotelero que revitalizara la zona. El proyecto arquitectónico incluía, además, una sala de interpretación de los restos arqueológicos; una iniciativa que la Consejería de Cultura detuvo en su momento por considerarla perjudicial para el yacimiento. El nuevo PGOU del Ayuntamiento de Camas contempla ahora la realización de un parque en el Cerro del Carambolo. En todo este tiempo la Junta sólo ha procedido al revestimiento de las estructuras de adobe con geotextil, una cobertura de arena y a la instalación de una losa de hormigón.

La asociación Ben Baso ha venido denunciando reiteradamente la situación de abandono en la que se halla el yacimiento, donde «continúan haciéndose botellonas y han ardido matorrales, sin que exista vigilancia alguna». Jorge Palma, presidente de esta asociación, apunta la necesidad de «declarar el yacimiento con alguna figura de protección que garantice su conservación y que en el futuro se va a seguir investigando». Para Palma, se trata de «un yacimiento emblemático» e indica que «es una pena el estado en el que se encuentra desde hace años por irresponsabilidad de los organismos encargados de su protección». Desde la asociación, se reclaman medidas urgentes «para su conservación que permitan mantener el entorno paisajístico así como preservar la zona del yacimiento con una labor de mantenimiento».

Con miras de futuro, Palma considera que un centro de interpretación podría ser una de las soluciones más adecuadas para el entorno, tanto por su ubicación como por la relevancia de la información que podría ir apareciendo. «Ello habría de contar —dice— con una importante inversión en la que podrían participar tanto organismos públicos como entidades privadas. Tampoco sería mala idea que el yacimiento con el centro de interpretación pudieran integrarse en un parque cultural con los dólmenes e Itálica gestionado por un organismo autónomo.Ojalá —añade— que este 50 aniversario no quede en unos fuegos de artificio y vuelva a caer en el olvido».

Como no debería de caer tampoco en el olvido, y ha vuelto a poner de manifiesto esta efeméride, la necesidad de un plan integral para la rehabilitación y mejora del Museo Arqueológico de Sevilla, que servirá de sede a la exposición «El Carambolo 1958-2008. Cincuenta años de un tesoro», programada inicialmente para hacerla coincidir con este aniversario. Las condiciones de espacio y seguridad que requiere una muestra de estas características para la exhibición de las piezas originales del Tesoro —actualmente depositadas en la cámara acorazada de un banco de la ciudad— sembraron durante un tiempo la incertidumbre en torno a su organización. Las dudas comenzaron a despejarse el pasado mes de febrero cuando la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico informó a favor del proyecto para la adecuación de salas temporales en este Museo por un importe de 650.000 euros a cargo de la Junta, una cantidad que finalmente se elevará hasta 1.130.000 euros con los trabajos preparatorios de la exposición, según han precisado a ABC desde la Consejería de Cultura. La supervisión que implica la complejidad de estas obras en un edificio que fuera pabellón de la Exposición del 29 ha incidido, según Bernardo Bueno, en el retraso de la muestra. Con los trabajos aún pendientes de adjudicación, la exposición se proyecta ahora para febrero o inicios de marzo de 2009. Las obras en cuestión —junto a las que viene practicando el Ministerio de Cultura— habrán de permitir finalmente la ubicación definitiva del Tesoro en el Arqueológico. Ayer, precisamente, el Consistorio confirmó su intención de ceder estas históricas piezas para la muestra temporal e informó que pedirá «un exhaustivo informe» a la Universidad de Sevilla sobre condiciones de seguridad y de conservación para decidir sobre su muestra permanente.

Hay que recordar, por otra parte, que el plan museológico del Arqueológico se halla actualmente en manos del Ministerio.

Con todo, la Hispalense, el Ayuntamiento, la Consejería de Cultura y la Fundación Cajasol vienen trabajando desde hace meses en esta importante exposición, de la que son comisarios Fernando Amores y José Luis Escacena. Su propósito es dar a conocer los hallazgos y las nuevas interpretaciones sobre los orígenes del Tesoro a lo largo de este medio siglo, proporcionando una visión amplia y actualizada del yacimiento, su época y entorno geográfico. El Carambolo y el Guadalquivir se alzan así como protagonistas de un contenido expositivo que contará, entre otras, con piezas procedentes de Carmona, Huelva, Cádiz, Jaén, Estocolmo y Chipre, que vendrán a refrendar ese mundo de la religión fenicia con el que las últimas investigaciones relacionan este yacimiento.

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