Flamenco SinCejilla
Camarón de la Isla, mientras el alma le suene
Irene Mala y Salva F. Romero firman la biografía ilustrada «Camarón, la alegría y la pena», coincidiendo con el 70 aniversario de su nacimiento

Se cumplen 70 años de su nacimiento el 5 de diciembre y por su garganta sigue fluyendo la corriente. Camarón no es un artista en el recuerdo, sino un símbolo coronado de redes que siguen atrapando a esos cientos de adeptos que ni siquiera fueron ... sus coetáneos, pero que son sensibles a la magia. Camarón es una ventana en la nuez. Una rendija por la que nos colamos todos, aficionados y curiosos, torpes que con él nos hemos topado para quedarnos aquí para siempre. En sus jadeos, en su sangre. Irene Mala y Salva F. Romero han publicado recientemente una biografía ilustrada que nos abre una vía para llegar a su eco. «Que el padre se lo lea al hijo y que el hijo se lo lea al padre. Da igual. Este libro es para todos los públicos» , señala ella, que se ha encargado de dotar de color la vida al galope de un gitano genial que todo lo hizo deprisa.
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Por las páginas de «Camarón, la alegría y la pena», nos cruzamos en tonos claros con los rostros de Juana, su madre, y de Rancapino , compañero y amigo. También con Caracol y Mairena, Madrid, Torres Bermejas, Paco de Lucía para alentar la gracia y convertirla en precocidad. Por este contexto desembocamos en la escena setentera del rock andaluz. Su debilidad, La Chispa, sus delirios, Tomatito , el desenfreno, la familia, Curro Romero , el éxito, las dudas. Ese todo agitado en el que se movió hasta su muerte por cáncer a la temprana edad de los 41 años.

«Eso es lo que más nos ha llamado la atención», explica Salva, quien ha escrito el texto: «La rapidez con la que lo hizo todo. Empezó a cantar muy joven y cuando murió había hecho mucho. También estuvo en activo en un momento muy interesante, lo que nos permite a su vez hablar de personajes como Las Grecas y Silvio . Hizo tanto que hay un montón de datos que habitualmente se nos escapan, como que grabó la película “Casa flora”, de Lola Flores. Eso no lo sabíamos antes de empezar el proyecto; ni eso ni muchas otras anécdotas y detalles de su personalidad».
Con la cabellera aún pajiza marcó el punto de partida de su verdadera revolución, tan intuitiva. Colaboró con el guitarrista Antonio Arenas a finales de los 60, antes de armar su discografía en solitario, y alzó la voz de una nueva era. Fresco en lo antiguo. Con palos novedosos, como la canastera, y estilos refrescados de una hondura diferente como previa a la eclosión que supuso «La leyenda del tiempo», resultado de todo ello. José Monje Cruz cantó a la inspiración de los demás, por eso continúa alumbrando discos, ensayos, libros y otros estudios . Estos dos hermanos de Sevilla, Irena y Salva, una fecunda creadora y otro debutante literario, suman sus nombres a la divulgación de su obra. Camarón vivirá, como en aquel verso de Miguel Hernández que se arrancó por bulerías de la lengua, mientras el alma le suene. Sagrado ruido de las evocaciones.
Por dónde empezar a escuchar a Camarón
Este laberinto, por suerte, nos revela mil entradas y muy pocas salidas. A Camarón, desde luego, se le puede, y se le debe, escuchar desde cualquier punto. Sin embargo, grabó una serie de cantes que hoy gustan tanto a los aficionados al flamenco como a los oídos más remotos : «Soy gitano», «Como el agua», «La leyenda del tiempo», «Volando voy», «Potro de rabia y miel»...
Conocidas estas y otras muchas bellas esquirlas que deja desde el año 79 en adelante, yo acudiría rápidamente a su primera etapa, junto a Paco de Lucía, que ocupa toda una década. En ella observamos a un cantaor más cercano a la raíz, aunque plagado ya de hallazgos. Sus delicias se encierran en amplios arcos melódicos, como el de la soleá «El espejo en que te miras». Su ópera prima, «Al verte las flores lloran» , rezuma lo que desarrolla en los ocho siguientes discos de este período: desgarro y libertad. Por bulerías, por tientos, por seguirillas. Por todo canta en «Son tus ojos dos estrellas» , «Canastera» , «Arte y majestad» o «Rosa María» , algunos de los más populares. Y en esos surcos deja parte de lo mejor de sus facultades. Genialidad por goteo.
«La suite jonda», de Fernando Otero: Granada, fantasía del 22

El Concurso de Cante Jondo de Granada de 1922 fue el evento que organizó la intelectualidad de la época, dirigida por Manuel de Falla, para recuperar las esencias entonces ya perdidas de este arte. El Tenazas de Morón y un jovencísimo Manolo Caracol compartieron el primer premio. Desde entonces, el acontecimiento se ha convertido en germen de toda una ristra de iniciativas: desde la creación de otros certámenes que lo evocan, como el Concurso Nacional de Córdoba, a la producción de ensayos, libros y estudios desde muy diversos vértices. Fernando Otero, autor de las novelas «La sonanta» y «Donde la muerte te encuentre», ha realizado con «La suite jonda» una aproximación desde la ficción. Aventura de lo que pudo haber sido.
Por sus páginas entran y salen en círculos los personajes ilustres que por allí pasaron y los que no: Federico García Lorca, Edgar Neville, Gerald Brenan, Picasso, la Niña de los Peines, Antonio Chacón, periodistas, espías . Un informe sobre el desastre de Annual que la monarquía trata de ocultar sobrevuela los aledaños de la cita y roba parte de su protagonismo. En el contexto, que aparece bien documentado, se encierra en realidad el principal atractivo de la obra, y no en su vasto elenco, que nos impide profundizar en los hombres y mujeres que se entrecruzan, ni en la trama, donde en ocasiones el dato se supedita al misterio. Otero, aún así, concluye una labor interesante al devolvernos el relato con carácter más fantasiosamente historicista que nostálgico.
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