Crítica de música
Buscando la luz
La ucraniana Anastasiya Petryshak abordó junto a la Sinfónica de Sevilla dos obras del repertorio violinístico con las que indudablemente buscaba el deslumbramiento

Programa variopinto con tendencia a la espectacularidad, el brillo, la presencia del público, pero ni aún así se terminaba de llenar el teatro, suponemos que por miedo a la ola vírica reinante. Y eso que vimos a un núcleo de jóvenes ... entusiastas y que supieron guardar la compostura mejor que algunos adultos en ciertas ocasiones de postín.
Precisamente los jóvenes, los compositores, parece que evitan los registros más hirientes y puntiagudos de los elementos musicales y no descartan conseguir el reconocimiento del público, que acoge sus obras con cierta empatía. Fue el caso de la 'Fantasía sonora nº 3' de Rafael Cañete (estreno absoluto), quien optaba por presentar su obra mediante grandes pinceladas acórdicas, como un acompañamiento sin melodía, o bien recurría a células melódicas recurrentes, sobre todo en la cuerda, como ejercicios académicos o minimalistas; al igual que en otras ocasiones hemos mencionado, tanto texturas como búsquedas del color orquestal demuestran la preparación de estos nuevos compositores, una sólida formación, y un encuentro con la tradición que, por sus elementos evocativos, podrían entroncar perfectamente con el lenguaje cinematográfico.
Luego la joven y bellísima ucraniana Anastasiya Petryshak abordaba dos obras del repertorio violinístico con las que indudablemente buscaba el deslumbramiento, debido a su virtuosismo técnico . Sobresalía así una técnica fantástica, que proporcionó tersura, limpieza e increíble afinación en todos y cada uno de los retos a los que se enfrentó, sobre el sonido de un violín extraordinariamente claro, poderoso, cálido y capaz de hacernos llegar cada una de las intenciones de su dueña.
La 'Tzigane' de Ravel lo plantea desde el principio, en ese malabarismo zíngaro que el autor perseguía emular, y luego Saint-Säens en su 'Introducción y Rondó Capriccioso', donde por cierto Finzi dirigió a la orquesta de modo un tanto indolente en algunas secciones.
Indudablemente, hubiéramos preferido un repertorio que hubiese compaginado su virtuosismo (¿hay algún concierto para su instrumento que no lo tenga?) con una composición de mayor calado . Y sobre todo, que se se hubiese desenvuelto dentro de su temperamento y formación: por mucho que le guste Bach , su manera de abordarlo (al menos todavía, que es muy joven) dista de una interpretación atractiva.
La expansión de la ópera supuso en Italia el progresivo desinterés por la música instrumental, que la había consagrado en el barroco. Hubo intentos a lo largo del siglo XIX por reengancharse al género, pero no fue hasta principios del XX donde autores como Malipiero, Pizetti, Casella o Respighi decidieron dar el paso definitivo. Y concretamente este último aglutinó las grandes influencias europeas, las impresionistas francesas y las más plásticas de la música alemana, para construir un estilo propio, partiendo de su impresionante legado musical, que lo arrancaba desde la Edad Media y llegaba hasta Richard Strauss o Stravinski .
Poemas sinfónicos
Los poemas sinfónicos precisamente se convirtieron en el vehículo ideal para plasmar este «nacionalismo» italiano , en «apuntes» o impresiones del pálpito capitolino, recogido en la llamada «Trilogía de Roma», de la que se seleccionan habitualmente los correspondientes a las fuentes y los pinos. Guardan un mayor reconocimiento los segundos sobre los primeros, tanto para los especialistas como para el público, como pudo demostrarse al final, debido a su carácter más espectacular.
Así lo debió entender Finzi, que hizo una interpretación más rutinaria , apenas leída, de las 'Fuentes', mientras que guardó el trabajo más detallado para los 'Pinos'. Los primeros, los cercanos a la Villa Borghese, dibujaron con exactitud y denuedo los canturreos infantiles que los chiquillos dejarían oír entre sus pinares; junto a la simplicidad melódica de los mismos, un despliegue orquestal extraordinario los arropaba y recordaba esa riqueza colorística de Strauss, que la batuta de Finzi detalló con precisión.
Pero tras el jolgorio, descendíamos en caída libre hasta las catacumbas y, con ellas, a los modos medievales sobre las sobrias armonías del «organum» medieval (4ª y 5ª vacías y superpuestas), sobre un motivo que se repetía 19 veces, dibujando con él un gigantesco arco dinámico ('crescendo'-'diminuendo'), dejando oír una melodía de carácter salmódico (triunfal), que fue brillando desde la oscuridad hasta ir perdiéndose. Ambas ideas principales fueron extraordinariamente destacadas por Finzi, ya que el motivo en 'ostinato' iba de un lado al otro (secciones) en distintas intensidades, y el italiano siempre se ocupaba de que no se perdiera, al igual que el carácter reflexivo de los dos temas principales. Pero todo ello estaba inserto en esa arcada sonora que había que dosificar con tino para alcanzar la cumbre en su momento e ir desapareciendo después.
Los pinos del Janículo eran sin duda los más impresionistas , página introducida por el piano y con protagonismo excepcional del clarinete, llenos de sonoridades estáticas dibujadas con largas notas de quintas superpuestas que el director supo recrear con el mismo acierto que las partes más ostentosas.
El final, «Los Pinos de la Vía Apia», recoge todo el esplendor del imperio romano, cuyos pinos vieron desfilar a las victoriosas legiones romanas. Gran despliegue sinfónico, con trompetas, trombones y trompas distribuidas por la sala, en un efecto envolvente que nos hacía sentir entre el bullicio del desfile. Otra vez Finzi acertado para organizar el ensanchamiento sonoro , de manera que se oyesen perfectamente todas las secciones, sobresaliendo sin recato los metales, ya que Respighi escribe para la cuerda a veces el pulso sobre una o pocas notas, para que sólo marquen el pulso, tal cual o subdividido, dando prioridad al espectáculo. Y la sonoridad no debe ser sólo fuerte: debe ser triunfal.
Noticias relacionadas
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete