La ampliación del Bellas Artes de Sevilla: una década en vía muerta

Pero lo cierto es que la actuación de los responsables políticos ha sido, en la mayoría de los casos, muy poco razonable, porque han usado durante décadas al Bellas Artes como elemento de confrontación , que se han arrojado alternativamente PSOE y PP, dependiendo del partido del presidente que se sentara en la Moncloa.

Pero para que prospere la tan reforma es necesario el acuerdo entre la institución que ostenta la titularidad, el Gobierno , y la que se encarga de su gestión, la Junta de Andalucía , correspondiendo a la primera de ellas acometer el coste la ampliación, como ha sucedido en la renovación del Arqueológico , pero a la que la administración autonómica contribuye trasladando las piezas al Centro Logístico del Patrimonio Cultural de Andalucía .

Esta responsabilidad del Gobierno, sin embargo, no supone un descargo de la que debió mantener la Junta durante los treinta años de mandatos socialistas, en los que se antepusieron al Bellas Artes como prioridades en la agenda de Cultura proyectos como el Museo Íbero de Jaén o el C3A de Córdoba . Solo el coste de construcción de este último fue de 30 millones de euros .

Por este motivo, los desencuentros entre ambas administraciones han sido continuos, no sólo a la hora de acometer la renovación, sino en los posibles modelos de gestión , que permitieran acabar con la confrontación y lograr más fondos para el museo, además de en las posibles ubicaciones de la ampliación.

Respecto a la primera cuestión, se ha propuesto desde un consorcio de administraciones, similar al del Teatro de la Maestranza , que permitiría la entrada del Ayuntamiento de Sevilla , como planteó el Estado en 2007, o una fundación , similar a la que gestiona el Bellas Artes de Bilbao , que permitiera, además, la acción de mecenazgo de grandes empresas , que barajó la Junta ocho años después.

Sobre las posibles ubicaciones, se habló del antiguo Convento de San Laureano , en la Puerta Real; y el que fuera palacio de los condes de Casa Galindo , frente al Museo haciendo esquina con la calle San Vicente. A estas se suma la reciente ocurrencia de transformar el centro comercial de Plaza de Armas en una suerte de ampliación al estilo del parisino Museo de Orsay .

Al final, se impuso la opción del Palacio de Monsalves , que sigue sobre la mesa. Porque la que fue sede de la Consejería de Presidencia permitiría, junto con la incorporación de otros edificios colindantes, duplicar la actual superficie del Museo y alcanzar los más de 9.100 metros cuadrados .

De esta forma se conseguiría que el Bellas Artes se convirtiera en un museo del siglo XXI , porque no solo permitiría la ampliación del espacio expositivo —manteniendo pintura antigua, renacentista y barroca en el antiguo Convento de la Merced y trasladando la de los siglos XIX y XX a Monsalves—, sino, lo que es aún más importante resolver las carencias que han lastrado su modernización.

Solo la falta de espacio explica que el Museo no disponga de más dependencias para sus talleres de restauración y para potenciar la investigación, además de carecer de espacios educativos, biblioteca, salón de actos y cafetería .

La ampliación a Monsalves, sin embargo, una década en vía muerta , tras dos intentos frustrados de llevarla a cabo. El primero, tuvo lugar en 2007, cuando el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero, con Carmen Calvo de ministra de Cultura, firmó con la Junta un protocolo para ampliar a Monsalves y crear un consorcio al que se adhiriera el Ayuntamiento, de ahí que junto a los entonces consejeros José Antonio Griñán y Rosa Torres acudiera a la firma el alcalde Alfredo Sánchez Monteseirín .

No se volvió a saber nada más del tema hasta tres años después, cuando Griñán, ya presidente de la Junta, acordó con la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde , que el Gobierno invertiría 16 millones de euros con el objetivo de culminar la ampliación en 2015. El acuerdo se formalizó en un Consejo de Ministros de julio de 2010 que planteaba aportaciones anuales entre 2011 y 2014 para acometer la ampliación en Monsalves.

El grueso de la inversión, 15,5 millones se dejó en manos de la voluntad política del Gobierno que saliera de las elecciones de 2011. Ganó Mariano Rajoy y su Ejecutivo no consignó ni un euro para ello, aduciendo que no había dinero por los duros ajustes que realizó para conjurar la crisis económica .

El proyecto tampoco lo recuperó el Ejecutivo de Pedro Sánchez , que sí ha impulsado la remodelación del Arqueológico que se fraguó con Rosa Aguilar de consejera de Cultura y el popular Í ñigo Méndez de Vigo de ministro, y que está consiguiendo llevar a buen puerto el ambiente de colaboración que ha sabido crear la consejera Patricia del Pozo con sus homólogos en el Ministerio, de José Guirao a Miquel Iceta .

Esa sintonía sería la ideal para promover la ampliación del Bellas Artes , que no retomarán Gobierno y Junta, lógicamente, hasta que no concluyan las obras del Arqueológico , como mínimo, en 2025. Ese será el momento mantener ese entendimiento y consensuar una solución definitiva para el Bellas Artes.