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Arte y demás historias

Señores y criados en el Barroco: familiaridad y protección de unos para con otros... y viceversa

En los palacios y grandes casas, el servicio podía estar formado por decenas de personas de ambos sexos. La servidumbre era un trabajo esencialmente urbano

El señor tenía una serie de obligaciones para con ellos, de hecho no debía desatender sus necesidades como la dote, ropa para vestir, alojamiento y comida, incluso si habían nacido en la casa se les podía costear el aprendizaje de un oficio.

Diego Velázquez. La cena de Emaús. La Mulata. Hacia 1618. National Gallery. Dublín. Wikimedia Commons
Bárbara Rosillo

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El servicio doméstico fue durante siglos una de las profesiones más habituales para las capas bajas de la sociedad. La nobleza empleaba numerosísima servidumbre dentro de la cual se diferenciaba entre los de «escaleras arriba» y los de «escaleras abajo». En los palacios y grandes ... casas, el servicio podía estar formado por decenas de personas de ambos sexos. La servidumbre era un trabajo esencialmente urbano. A finales del siglo XVII se censaron en Madrid más de 280.000 criados, es decir, un 35% de la población total de la ciudad. Incluso otras fuentes apuntan que un 43% de la población de la capital se dedicaba a esta actividad.

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