Los secretos de 'Luzia', el espectáculo del 'Circo del Sol' que iluminará Sevilla este invierno

'Luzia' puede verse estos días (y hasta la segunda quincena de enero) en Madrid, pero después recalará en Sevilla, en una convocatoria que ha tenido que ser ampliada debido a la calurosa acogida que la compañía recibe en la capital hispalense cada año que se programa. De hecho, Sevilla fue la última ciudad europea en la que el Circo del Sol actuó antes de los confinamientos y ahora es uno de los primeros destinos españoles en su gira por el continente -tras Barcelona, Alicante y la capital del país-.

Este año, Cirque du Soleil cumple la mayoría de edad en sus tours por Andalucía. En este tiempo, un millón y medio de espectadores han asistido a sus montajes y sólo en la ciudad sevillana sus producciones han sido vistas por más de 867.000 personas. Cifras que se verán incrementadas con los asistentes que disfrutarán de 'Luzia' en el Charco de la Pava -lugar habitual donde el circo instala su carpa- durante su estancia en la ciudad, que en esta ocasión se prolongará desde el 3 de febrero al 19 de marzo.

Creado y dirigido por Daniele Finzi Paca, 'Luzia' transporta al espectador hasta un México imaginario. Un lugar salido de un sueño que durante más de dos horas nos lleva a la cultura azteca sorteando los clichés. En este recorrido onírico, el equipo creativo se ha inspirado en la mitología de México para hilvanar una historia de resultado sinestésico: la luz sacia el espíritu y la lluvia enciende el alma.

Todo contado por casi medio centenar de artistas con sus cuerpos. Sus acrobacias, contorsiones y malabares. Con una bella banda sonora y un cuidadísimo y sutil vestuario que nos deja en el desierto mexicano, nos recrea un plató de cine o nos invita a surcar el océano. Sobre el escenario, estos jóvenes artistas desafían la ley de la gravedad al tiempo que representan este camino onírico por las tradiciones y el folclore de México. Subidos en columpios, pértigas o bastones contienen la respiración del espectador. Haciendo malabares con mazas o balones, le dejan atónito. Y el 'clown', mientras tanto, en un soberbio ejercicio, hace el más difícil todavía del circo: sacarle la carcajada.

'Luzia', como la mayoría de los espectáculos de Circo del Sol, podrían verse una y otra vez. La magia de cada función resulta única, pero también, por su amplia iconografía. La sustenta una red de soluciones técnicas que permiten recrear bajo la carpa del Charco de la Pava hasta un cenote. Y es que este espectáculo es el primero en el que hay agua sobre el escenario (dejamos de contar para favorecer la sorpresa). Un elemento transversal del montaje, el protagonista líquido de un 'show' en el que impresiona tanto lo que se ve, como lo que se queda en el backstage.

Muchos mitos fundadores sitúan México en el centro del mundo. Los aztecas creían que Teotihuacán, una antigua ciudad mesoamericana situada al noroeste de la actual Ciudad de México, era la cuna de los dioses. Otras creencias hace de este lugar el sitio en el que se unen todos los lagos y ríos, esto es, el centro del mundo. Con ese telón de fondo arranca esta aventura de dos horas que corre vertiginosa a la par que los ráramuri -los de los pies ligeros-; recrea una danza con el jaguar, uno de los dioses más destacados de la mitología maya y prehispánica, o concelebra una de sus festividades más populares en el mundo: la del Día de los Muertos.

En 'Luzia', la flora y la fauna del país azteca tienen un papel principal. Basado en el el nagual, un concepto que explica la creencia de que un animal acompaña a cada ser humano desde que nace y lo cuida durante toda su vida, el espectáculo se llena de picaflores al comienzo mientras saltan a través de una combinación de aros. También sobrevuela a lo largo de los números la mariposa, además del citado jaguar, o el caballo, que en este caso simboliza la revolución mexicana.

Pero México es, además, fiesta, por eso 'Luzia' es una oda a la alegría. Hay música y baile, un festín para los sentidos. Desde los ritmos de la cumbia, hasta los animados sonidos de las bandas, con mariachis caracterizados con la elegancia de lo sutil, acompañan durante toda la función hasta la catártica reunión del final. Un epílogo que para muchos, extasiados por la belleza y la espectacularidad de la propuesta, se antoja muy pronto.

Los orígenes del Cirque du Soleil se remontan a hace 40 años en un pueblo cercano a Quebec y el club de los talones altos, un grupo de artistas callejeros fundados por Gilles Ste-Croix. En 1984 con motivo del 450 aniversario del descubrimiento de Canadá, este grupo propuso un espectáculo llamado 'Cirque du Soleil'. Fue un éxito rotundo y a partir de ahí comenzó una gira por el mundo. Y otra, otra, otra...

'Luzia' ha llegado ahora a Europa, pero es un montaje creado y exhibido por primera vez en Canadá en 2016. En esas fechas falleció Julie Hamelin, coautora del espectáculo junto a Daniele Finzi Pasca. Jean-François Bouchard está detrás de la dirección artística de este fascinante viaje por México.

Este periódico ha podido emprenderlo desde las entrañas del Circo del Sol durante su estancia en Madrid, en las horas previas a una de las funciones a las que religiosamente acuden cada día 2.600 personas.

En esa trastienda vemos a algunos de los artistas entrenando los números, otros maquillándose (lo hacen ellos mismos) y a las costureras haciendo los últimos arreglos a los trajes. En 'Luzia' existen unas mil piezas de vestuario, creadas en Montreal. Aunque hay 47 participantes, se necesitan unos 150 pares de zapatos para cada representación, habida cuenta de la presencia del agua en varios de los ejercicios y la peligrosidad extra que eso conlleva.

El elemento líquido constituye una novedad en los espectáculos del Circo del Sol, pero le reporta una espectacularidad singular. Supone además un desafío para el equipo técnico, que cada tarde tiene que obrar el milagro de la lluvia bajo la carpa. Fuera, una cisterna de 10.000 litros de agua que se filtra y renueva.

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A la familia del circo y todo el material necesario para crear cada tarde 'Luzia', lo trasladan 80 camiones. Artistas y el resto de profesionales del circo no dormirán en la explanada del Charco de la Pava, sino que durante su mes y medio de estancia en Sevilla, pernoctarán en hoteles y apartamentos. La presencia de un compañía de esta categoría en la ciudad favorece la economía local. El Circo del Sol viaja con 20 técnicos, pero en cada sede se necesita personal para el montaje y desmontaje de la carpa. Unas 100 personas se precisan para 'crear' la ciudad de lona -y unas dos semanas-. La compañía también contrata en cada localidad a diez 'guest experience', encargados de que al espectador no le falta de nada durante su visita al circo.

Fisioterapeutas, coach, contables y un empleado dedicado exclusivamente a los trámites de extranjería, completan la nómina de trabajadores de 'Cirque du Soleil'. Hasta 26 nacionalidades están representadas en 'Luzia'. Puede comprobarse en las banderas que coronan la carpa. Siempre ondean cuatro: la de Canadá, la de Quebec, la del Circo del Sol y la del país anfitrión.