Reyes Monforte: «El escenario hizo mucho más feliz a la Patti que sus tres matrimonios»
La periodista y escritora publica 'La diva', la historia de Adelina Patti, la soprano mejor pagada de la historia y la mujer más famosa del siglo XIX
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La periodista y escritora Reyes Monforte, en una periodo muy prolífico, acaba de publicar 'La diva' (Plaza&Janés), una novela sobre la apasionante vida de la soprano Adelina Patti, nacida en una pensión en Madrid a mediados del siglo XIX y todavía hoy la cantante ... mejor pagada de la historia.
-¿Cómo llega a la figura de Adelina Patti?
-De casualidad. Estaba de vacaciones en el Reino Unido y alquilé un coche para dar una vueltecita por Gales y en un restaurante, la encargada, al ver que éramos españolas, nos preguntó si veníamos a ver el castillo de la gran diva de la ópera que además era española. No me cuadraba que la Caballé tuviera un castillo allí y entonces ya me descubrieron la figura de Adela Patti, la soprano mejor pagada de la historia a día y a día de hoy sigue siendo la mejor pagada de la historia, la soprano favorita de la Reina Victoria, la mujer más famosa del siglo XIX. Como dice la frase que encabeza el libro: «la voz que enmudeció al mundo».
-¿Qué le hacía tan especial para que además de ser la cantante mejor pagada de la historia encandilara a reinas, príncipes, zares y un sinfín de personalidades artísticas?
-Al parecer tenía una voz prodigiosa, unos trinos que nunca se habían escuchado en la ópera, unos gorjeos, unos matices muy aterciopelados en la voz. Los tuvo desde pequeña. Sus padres eran también artistas, padre tenor y su madre soprano y la llevaban mucho al teatro. Ella escuchaba entre bambalinas y cuando llegaba a casa colocaba sus muñecas en un semicírculo y se ponía a cantar. Su madre la descubrió cuando tenía sólo 5 años. Adelina fue un niña prodigio que debutó con 8 años en un teatro de Broadway y ya entonces tuvo uno de sus brotes característicos. Se negó a cantar si no le regalaban una muñeca y no salió a escena hasta que no le regalaron una muñeca, una Henriette que en aquella época se llevaba mucho y era muy cara. Esa muñeca la acompañó siempre, la guardaba en una vitrina de cristal para que no se estropeara.
-La metáfora contraria de su vida.
-Ella fue una rompedora porque estamos hablando de la época victoriana, donde las mujeres estaban poco menos que en casa, organizaban algún baile y estaban más bien calladitas y ella recorrió el mundo, llenó los teatros calló bocas y enmudeció al mundo y además ganando más dinero que los propios tenores su frase favorita era cuando un empresario quería contratarla era muy bien ¿cuánto cobra fulanito? Y ella pedía el doble. Un empresario le dijo una vez que el presidente de los Estados Unidos no ganaba tanto dinero como ella. Y la Patti contestó: «Pues pídale que cante, a ver cómo sale». Tenía un papagayo que se llamaba Jumbo al que le enseñó a decir «más dinero, más dinero» cada vez que entraba un empresario en la sala. Marieta Alboni, que era su madrina, le dio un consejo. Le dijo que los empresarios de la ópera y del teatro eran hombres e iban a ver en su condición de mujer una debilidad y una razón para pagarle menos y que no debía permitirlo porque tenía la mejor voz y si querían la mejor voz tendrían que pagarla. Y así hizo hasta el final de su vida.
-¿Se podría considerar como una feminista?
-Sí, pero no creo ni que porque entonces hablar de feminismo no es como ahora pero por supuesto, defendió no solo su carrera, sino su manera de ser y su vida. Se casó tres veces en plena época victoriana y cada boda fue más polémica que la anterior. La primera vez con el Marqués de Caux, caballerizo del emperador Napoleón III. Era un noble un poco crápula y que se casó con ella por dinero y ella por la posibilidad de entrar en la corte francesa donde estaba su gran amiga Eugenia Montijo. El matrimonio fue un desastre y el divorcio muy sonado. Fue el primer caso en la historia donde la mujer tuvo que dar la mitad de su fortuna a su marido. Su segundo marido fue Ernest Nicolini, con el protagonizó el mayor escándalo del mundo de la obra que se recuerda aún hoy porque claro, todavía estaba casada con el otro cuando empezó el romance, que levantó mucho morbo porque ellos interpretaban la ópera 'Romeo y Julieta'. La tercera vez se casó con un hombre de 27 años menor que ella que hoy está más o menos admitido, pero imagínate en 1899 de hecho, bueno, en la prensa corrió el chiste de que la patria se había cargado a la reina Victoria del disgusto.
-¿Para ser diva y triunfar hay que asumir roles masculinos y ser altanera y caprichosa?
-Ella lo conseguía, es verdad que era muy diva, pero era muy diva como se era antes, ya hoy en día existen divas en el mundo de la ópera, pero son menos divas quizá porque son más accesibles a los medios. Adelina tenía mucho carácter, era muy divertida y fue la que allanó el terreno por ejemplo a la Calas. De ahí todas las leyendas que la acompañaban cuando por ejemplo decían que se desayunaba para conservar la voz un sándwich de 12 lenguas de canarios. Lógicamente no lo hacía, pero ella no lo desmintió nunca porque eso alimentaba su condición de diva. Ella dominaba muy bien a los periódicos y además fue precursora de hacer publicidad de anuncios de cremas antiarrugas. Por ejemplo, a día de hoy, sobre todo en Latinoamérica, todavía existe la crema rosada Adelina Patti. Hoy en día sería una influencer.

-La novela, además de darle un buen repaso a la historia de la ópera, es un retrato de la segunda mitad del siglo XIX, desde su infancia en el Bronx hasta su salto a Europa. ¿Cómo se ha documentado?
-Me he tenido que documentar no sólo con la vida de ella, que es verdad que fue la mujer más fotografiada del siglo XIX, la que más titulares acaparaba, con lo cual en la prensa he encontrado mucha información, pero también he recurrido a otras fuentes bibliográficas y sobre la historia en sí, pues recurres a otras fuentes, pero claro, pasaron tantas cosas en el siglo XIX, tanto sociales, económicas, como políticas. Incluso vivió la Gran Guerra que a ella le afectó mucho porque le pilló un poco mayor aunque no la aparentaba.
-'La diva' empieza con la historia de cómo se gestó su primer disco, ya en el final de su carrera.
Sí, ya tenía más de 60 años. Grabó dos discos con 10 canciones cada uno, en 1904 y en 1905. Ella siempre se había negado porque creía que la ópera se tenía que escuchar en un teatro no en un disco. Finalmente lo hizo con dos condiciones. Grabar en su castillo de Gales y cobrar el doble que Caruso.
-La suya era una empresa familiar. ¿Cómo consiguió no ser un juguete roto como tantos otros niños prodigio?
-La voluntad y sobre todo porque era muy feliz cantando. El escenario le hacía mucho más feliz que ninguno de sus tres matrimonios. Ella debutó con 8 años y el temor que tenía su cuñado que fue quien le llevó en su carrera y su padre era que cuando pasara la adolescencia la voz le cambiara, pero no pasó, se hizo más grande. Tenía un don y lo aprovechó. No se le fue la cabeza nunca, o sea ella tenía brotes de divismo, pero no se le fue nunca la cabeza, siempre llevó su carrera y su negocio, sabía dónde estaba y dónde quería estar.
-¿Da esta novela para una película o una serie, como ya ha ocurrido con otras obras suyas?
-Ya lo creo, de hecho, ya ha habido llamadas.
-Nació en España por casualidad y siempre se sintió española, ¿no?
-Sí, ella presumía de ser española y además tuvo muy buena relación con la Reina Isabel II que acudía siempre a verla al Teatro Real y también organizaba en palacio algunas cenas en su honor. Es famoso cuando la Reina estaba pasando un momento de popularidad bajo, porque decían que si no trabajaba, que tenía muchas amantes, que era una ninfómana llegaron a publicar. Entonces la Patti le dijo: «Majestad, usted no es ninfómana, lo que pasa que se casó con el hombre equivocado».
-¿Podría nuestra país presumir más de ella, no cree? Siendo una mujer que marcó un estilo que perduró un siglo, por qué no se le conoce tanto, al menos fuera de la ópera?
-En Italia no hacen más que presumir de ella y aseguran que es italiana, bueno, no es italiana, es española y de Estados Unidos también. En todos los países latinoamericanos hay calles con el nombre de Adelina Patti y en Madrid también había una plaquita donde nació. La Patti fue mucho más que la Calas en el siglo XX lo que pasa es que tenemos la memoria un poco cortoplacista y quizá por eso es menos conocido. 'La diva' es una oportunidad para descubrirla, mejor para mí porque la he podido descubrir y reírme con ella, porque era muy divertida. Todo esto que canta Shakira de que las mujeres no lloran, las mujeres facturan, esto ya lo hacía la Patti en el siglo XIX.
-En 2024 publicó 'La condesa maldita' y ahora 'La diva'. Además son novelas largas y muy documentadas. ¿Cómo lo hace para mantener ese ritmo de producción?
-Estoy on fire, sí. Y el año que viene, si todo va bien, publicaré otra. Me pasa como a la Patti, a ella le gustaba mucho cantar y a mí me gusta mucho escribir y disfruto mucho escribiendo y documentándome.
-¿Será de otra figura femenina?
-Otra pedazo de historia. Es verdad que todas las protagonistas de mis novelas han sido femeninas, pero no es algo premeditado es que yo, buscando buenas novelas y da la casualidad, sobre todo novela histórica, las mujeres que han logrado algo, es porque se han atrevido a hacer muchas cosas, y han ido más allá y han roto moldes y reglas, se han puesto el mundo por montera. Por eso sus historias son tan atractivas para contar.
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