Rafael Santandreu: «Las personas que superan sus miedos muestran más coraje que los soldados que van a la batalla»

Robles ha iniciado el acto relatando los cuatro pasos que propone Santandreu ante un ataque de pánico: afrontar, aceptar, flotar y dejar pasar el tiempo. Por su parte, Luis Ybarra ha subrayado el «sentido de la responsabilidad» que posee este psicólogo «cuando el mensaje llega a la audiencia a través de sus libros, de sus charlas o de su canal de Youtube, porque ese mensaje tiene que ver con la salud mental de la persona. Por todo ello ha logrado convertir las presentaciones de sus libros en verdaderos eventos».

El protagonista de la tarde se ha dirigido a un abarrotado auditorio del teatro Cajasol diciendo que «todas las historias de superación que recoge el libro son súper bonitas. Las personas que superan estos miedos son como héroes y muestran más coraje que los soldados que van a la batalla». Y sin solución de continuidad, ha relatado el primer testimonio, el de Sigi, una joven de 25 años de origen árabe nacida en Barcelona. Desde los 16 años se independizó de su casa y logró un gran éxito profesional trabajando con una tienda de ropa muy cara. «De repente, un día comenzaron a entrarle ataques de ansiedad y dejó de ir al trabajo. Una amiga suya la convenció para que fuera a la playa. Allí la vio otra amiga y, como Sigi tenía tan mal aspecto, su amiga le recomendó mi anterior libro, 'Sin miedo'. Se lo compró ese mismo día y lo devoró por la noche. Gracias a esa lectura superó sus miedos».

Por otra parte, Robles ha mencionado que el capítulo XIX del libro está dedicado a una paciente sevillana que se llama Loli. Sobre este caso, Santandreu ha destacado que «ella pasó muchos años con el miedo al miedo hasta que tropezó con este sistema y superó ese miedo al miedo o trastorno obsesivo compulsivo (toc). Para dejar de tener miedo a algo hay que conocer esa cosa muy bien. Los meditadores budistas se sienten bien y, por una vez en la vida, dejan de huir del displacer y buscan el placer o bienestar».

Ante la pregunta que le ha formulado Ybarra de cuál es la fase más dura que plantea su método, el autor de 'Nada es tan terrible' ha dicho que sin duda es la que se refiere a aceptar. «Estamos sacándonos de encima lo que tenemos buscando salidas. Si ves que te conviene el malestar, tienes que aceptarlo. Ese sitio del malestar es el que necesito. La mente quiere huir del malestar».

Para ilustrar esto último, Santandreu ha relatado otro caso real del libro, el de la futbolista profesional Carla Bautista, que ha jugado en distintos equipos como el Atlético de Madrid. «Vino a mi consulta por un problema de bulimia, ya que se pegaba cada día atracones de comida. Ella tuvo que aprender a no comer nunca emocionalmente y a quedarse con el malestar. Ante esa adicción que tenía a los atracones, le dije que hiciera lo que quisiera, salvo comer. Se tiene que comer con hambre, no emocionalmente. Por eso aceptar es la parte más difícil».

En esta fase de la conversación, el acto ha adquirido un tono muy íntimo cuando Francisco Robles ha preguntado si el miedo se cura. A continuación, este ha contado una experiencia que tuvo en la UCI cuando sufrió hace unos años un ictus. «Yo he descubierto que el miedo se cura ahora que no tengo miedo a nada. Eso me lo ha permitido mi estado actual, ya que antes era agnóstico y quería luchar por creer. Cuando estuve durante catorce días en la UCI prácticamente muerto tuve un encuentro muy real con Jesús. Después de comentarle en dos ocasiones que me encontraba mal y que me dejara ir, Él me respondió muy serio: ¿Yo qué te he dicho. Tú estás aquí y te irás cuando yo quiera».

Al hilo de este testimonio de uno de los directores del Aula de Cultura, Santandreu ha informado de que en su próximo libro dedicará un capítulo completo a un fenómeno que han experimentado millones de personas: las experiencias cercanas a la muerte. «Son personas que estando en una muerte clínica ven una luz y un túnel, tienen una revisión rápida de su vida y hasta pueden vivir un encuentro con familiares u otros seres espirituales». A la pregunta de si alguien del público había tenido una ECM, una asistente ha confesado que la tuvo a la edad de 6 años. «Me pusieron una vacuna antitetánica y la reacción fue tan negativa que me encontré en una situación de muerte clínica. Vi el túnel y sentí mucha paz. Cuando volví a la vida, le relaté a mi madre que la había visto arrodillada y llorando mientras creía que yo estaba muerta, pero en verdad me había salido de mi cuerpo y la estaba viendo desde arriba. Yo no era consciente de lo que me había pasado, pero al leer posteriormente libros de Elisabeth Kübler-Ross, supe que había tenido esa experiencia cercana a la muerte».

También en el acto se han hablado de otros miedos como el miedo a la muerte o el que sufre un 80 por ciento de la población a la hora de hablar en público. En cuanto a si vuelven o no estos temores, Santandreu aclara que «a la hora de superar un miedo, no hay que quedarse a medias, sino que hay que superarlo con un 10, si no, recaerás». El psicólogo ha finalizado diciendo que «hay una relación muy clara entre bienestar económico, opulencia y malestar, por eso los países nórdicos tienen más niveles de consumo de antidepresivos y suicidios. En India o en otros países pobres de Asia, América o África hay muchos problemas, pero no emocionales. Cuanto más opulenta es una sociedad, más se exige la gente».