Crítica musical
Músicas de y para niños que alcanzan llenos hasta la bandera
Tuvieron a bien dedicar la última, el 'Alleluia' de Hagenberg, a la figura de Antonio Burgos
Carlos Tarín
Sevilla
No nos cansamos de repetir que los conciertos para niños y/o jóvenes son los más señalados de cualquier programación, por dos razones básicas: acercan a los chavales a una música desconocida o tal vez, aunque trabajada en clase, enriquecen la sensación al ... oírla en directo; y, por otro lado, el hecho de que vengan con sus padres puede dar lugar a que a lo mejor son ellos los que se queden sorprendidos ante semejante sonido.
Asistimos a los dos conciertos que comentamos la misma tarde gracias a una compatibilidad temporal, ya que el del Maestranza fue en horario 'infantil', las seis de la tarde, y el de la Catedral a las ocho y media, en este caso porque los chavales eran quienes cantaban para un público mayoritariamente adulto.
A veces consignamos la poca asistencia del público a programas increíbles, mientras que en otras ocasiones ya ni lo hacemos, por darlo por supuesto. En el caso de la ROSS tales ausencias pueden resultar sangrantes, así que el espectáculo 'Dmitrenco' fue aprovechado por él mismo para recordar al público adulto que hay una programación clásica muy interesante durante toda la temporada, cosa que nos parece más que adecuado cuando se tiene un lleno hasta rebosar y hay un comunicador de primer orden que se metió al público en el bolsillo desde el primer 'gag'. Pero debemos recordar al admiradísimo y carismático líder tanto como grandísimo violinista que hay que empezar por mantener al público que se tiene (y recuperar al que se tenía).
Música de Navidad
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- Programas: 'Concierto de Navidad' / 'Jubilate Deo'. Obras de Carey-Afanasieff, Wade, Coots-Gillespie, Adam, Davis, Boronat, Michael, Helms, Grüber / Doyle, Hagenberg, Bach, Forrest, Prizeman, Brahms, Gounod, Anglea, Leontóvich, Adams, Gevaert.
- Intérpretes: Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Coro Yago School (Dir.: John Richard Durant) / Escolanía 'Domus Carmina'.
- Directores: Vladimir Dmitrenco, concertino / Jesús Becerra.
- Lugar: Teatro de la Maestranza / Santa Iglesia Catedral.
- Fecha: 22/12/2023.
Aunque se suelen repetir los villancicos más populares en el programa -además de que no hay versiones para orquesta de todos los que quisieran- este año contamos con novedades como el villancico de los villancicos desde 2009: 'All I Want for Christmas Is You' de Mariah Carey y W. Afanasieff. El tema es tan intenso entre otras razones porque su base rítmica es explosiva, para empezar. Así que Ignacio Martín comenzó así desde la batería, pero la percusión suele 'comerse' a la orquesta entera, sobre todo cuando esta presenta una formación reducida, especialmente de violines, que son los que suelen llevar la melodía. Poco a poco la veteranía del músico fue ajustándose hasta un equilibrio total (piensen lo difícil que es cuando él oye a sus compañeros desde su potente instrumento). Y hablando de veteranía, Dmitrenco quiso despedir a Gabriel Dinca, violinista de la ROSS desde su creación, y agradecer su trabajo en ella, felicitación a la que nos sumamos.
En 'Adestes fideles' se alcanzó ya ese punto exacto, tal vez por el carácter de polifonía homofónica muy nivelada, que aunaba las voces con proporción y equilibrio. Ya en 'El tamborilero', después de otro divertido momento con la participación músico-escénica de Ignacio Martín, Dmmitrenco pidió la participación del público para cantar 'Campana sobre campana', donde intentó que una parte del público mantuviera notas tenidas del acorde de tónica (él la entonaba antes) según las distintas divisiones del teatro (paraíso, terrazas, balcón y patio), y luego acompañado de distintos ritmos, desde el de 'We Will Rock You' al reguetón. En 'Arre borriquito' hizo dirigir a niños voluntarios, o en 'Last Christmas' de George Michael pidió al público cantarla también (en inglés), capacitándolos finalmente con un 'B2' general para todos.
La presencia del coro de jóvenes suponía su vuelta a esta participación festiva tras el Covid, en la que el magnífico trabajo de su director garantizó una perfecta dicción, afinación y trabajo de los jóvenes coralistas, especialmente los que se encontraban en el centro, a quien nos pareció oír de manera más destacada: 'Pastores a Belén', una estupenda versión del 'Jingel Bell Rock', 'Los peces en el río' (en el que Dmitrenco llegó a su zénit paródico), 'Blanca Navidad', 'Navidad, Navidad' y 'La Marimorena', con un divertido inicio en la caja imitando a la sintonía de presentación de la Metro Goldwyn Mayer, driblando en las fanfarrias hacia el pasodoble y luego un ritmo entreverado con el habitual. Como propina, el 'Jingle Bells' habitual cantado en español (para los que no tenemos el 'B2', suponemos). El público salió con una sonrisa de oreja a oreja, tanto niños, padres o músicos.
Atravesando el Guadalquivir de gente en el que convertimos en Navidad la avenida de la Constitución, llegábamos a la Catedral para un concierto igualmente festivo, pero con un carácter muy diferente.
Hablamos de un coro cuyo hábito recuerda vivamente el de los padres dominicos, sin distingos de género, que canta generalmente en latín o en español, formado por niños, jóvenes y adultos -en más de un caso además padres de los pequeños coralistas- y que no reciben ayudas institucionales. Podría pensarse en una estética cercana a la polifonía renacentista, dado la mayoría de las características presentadas, y que bebiera de las fuentes de Francisco Guerrero, sevillano que fuera maestro de capilla de la Catedral hispalense, o de Cristóbal de Morales, los dos grandes representantes de la música española junto con Victoria y de larga y conocida obra relacionada con la Navidad. Sin embargo, el proyecto del maestro Jesús Becerra prefiere una visión más cercana a nuestros días, al contar con composiciones, armonizaciones o instrumentaciones que miran más al siglo XX e incluso el XXI, en el entorno de una tradición anglosajona, cuando no mirando directamente al góspel ('Jubilate Deo', por ejemplo).
A modo de 'introito' los niños cantaron mientras se acercaban desde el pasillo central hacia el escenario entonando el 'Non nobis Domine' de Patrick Doyle, que ya figuraba en la banda sonora de la película 'Enrique V' de Kenneth Branagh. Viene a anticipar la naturaleza hímnica del programa, es decir, de celebración, de gloria, vinculada apropiadamente con la Navidad. Ya desde aquí pudimos observar otro carácter asociado al coro: la polifonía, el complejo canto de melodías simultáneas, ya de todas a la vez o de melodías iguales o diferentes que se entrecruzan, lo que supone una dificultad para seguirlas, pero aún más para cantarlas, sobre todo en una agrupación no profesional donde no todos saben música. Y ahí el milagro, la conjunción de las voces, el empaste, la afinación (reforzada en esta 'introducción' por una nota referencial en el piano para que los jóvenes pudieran mantener el tono de la pieza en el camino hacia el escenario).
Este espíritu hímnico se reforzaba mediante su forma por excelencia, que es el 'Alleluia', en este caso compuesto por Elaine Hagenberg, una joven compositora norteamericana nacida en 1979, y que nos presenta una obra a cuatro voces sobre un ritmo de amalgama para simbolizar el estado de júbilo libre. Ni que decir tiene que esto plantea una acomodación rítmica no habitual, y que sin embargo fue cantada con precisión y a la vez cadenciosa elocución.
Ya les habíamos oído anteriormente el bellísimo 'Ave María' de Prizeman creemos recordar que por otros solistas (imaginamos que a pesar del esfuerzo tiene que haber siempre cambios por necesidades personales) que requiere una ligero trabajo hacia la búsqueda de un registro más redondito, que saldrá por la conjunción de la excelente técnica y el rodaje frecuente.
Peter Anglea es un compositor también joven y que reconoce el éxito de su 'Jubilate Deo' entre sus diferentes composiciones, porque de nuevo recurre a la mixtura de ritmos para expresar esa alegría irrefrenable. Sin embargo, su 'Noche de paz' nos parece magistral y resume como ninguna otra pieza el fondo último que mueve a este coro: la renovación, el nuevo lenguaje desde los textos y formas pasadas. Hay una evidente referencia a la obra de Grüber, pero no se puede decir que sean variaciones o una interesada y descarada copia: hablamos de una pieza de hondo espíritu, que rinde homenaje al original pero que lo expresa mediante un lenguaje cuyas disonancias se elevan y rompen en distendidos puntos de reposo, sobrepasando las sencillas armonías y peleando cada acorde, cada línea melódica, con esa seguridad y con esa transparencia.
'El mensaje de los ángeles' es un célebre villancico francés, cuyos orígenes hay quien los remonta al siglo XIII, incluso hay que habla de una raíz latina en el siglo III. Lo que sabemos con certeza es que fue armonizado por el belga François-Auguste Gevaert, y cuyo texto habla de la búsqueda por los pastores del pesebre. El violín limpio, prístino de Mª Elena Fernández anunciaba ese momento, seguido por dos voces jóvenes que entraban consecutivamente con el violín doblando la primera voz. Luego fue entrando el resto del cuarteto y el piano, que por cierto lo estrenaban y vaya si se notaba el cambio, tanto en el sonido de piano como el de órgano. Ya decíamos que un coro así no merece menos.
Musicalmente, la Catedral supone siempre un problema para instrumentos y voces, si exceptuamos el magnífico órgano que todo lo llena. Por eso, la amplificación parece necesaria, ya que la propuesta de actuación que presentó Domus Carmina fue prontísimo contestada con la retirada de las 600 invitaciones presentadas inicialmente, y que tuvo que ser ampliada hasta 1000, que también se agotaron. Es verdad que el concierto era gratis, pero no estuvo apenas publicitado, la tarde era de frío decembrino y dentro del templo puede que el fresco fuera a más, y no sabemos si por eso o por el mencionado carácter del programa y las fechas, se decidió colocar el escenario en el llamado 'altar del Jubileo'. Por ello, se recurrió a la amplificación con los propios altavoces de la Seo, que son extraordinariamente claros para la voz hablada, pero no del todo para la cantada y desde luego no para los instrumentos de cuerda, que tendieron a sonar algo metálicos. También hemos de decir que mejor que muchos conciertos a los que hemos asistido en nuestra Catedral.
En las propinas, tuvieron a bien dedicar la última, el referido 'Alleluia' de Hagenberg, a la figura del recientemente fallecido don Antonio Burgos, a cuyo recuerdo nos unimos de corazón.
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