María José Solano: «La Jerez de mi libro es epidérmica, sensorial»

—¿Cómo le llegó el proyecto para publicar un libro sobre Jerez?

—En realidad fue un encargo. Publicaba en Publishers Weekley. Conocí a su director Manuel Mateo, que a su vez es editor de Tintablanca, que es la que edita estas guías literarias. Me hizo un encargo sobre Jerez. Le propuse Palermo, que me hacía mucha ilusión. Él me decía que veía perfectamente que podía encajar en una narrativa de Jerez de la Frontera, que no es mi ciudad, porque soy sevillana. Una nunca habla objetivamente de la ciudad que ama. Nunca había visitado Jerez con la idea de escribir sobre ella. Pero al preparar el libro me quedé fascinada por la cantidad de libros que han escrito sobre Jerez y me empapé de todos ellos. La fascinación estaba sobrevolando ese conocimiento. La guía literaria tenía que ser como una ensoñación, una carta de amor hacia Jerez.

—¿Qué puede aportar esta obra sobre Jerez que no tengan otros libros?

—Realmente mi Jerez es una ventana hacia todas las demás obras documentadas sobre esta ciudad y que son mucho más contundentes que la mía. La Jerez que hay en mi libro es epidérmica, sensorial. Quería que fuera el primer paso para un conocimiento más duradero. Que el lector pueda acceder con mi obra a libros más contundentes. He incluido pocas citas para no cansar y para que el lector tenga más curiosidad y siga investigando. Una ciudad tan antigua y tan rica como Jerez tiene muchas historias. Quiero que el lector, seducido o intrigado por este paseo del asombro, acuda a saber más.

—¿Se puede decir que este libro es un retrato sentimental de Jerez?

—Absolutamente de acuerdo. Soy una viajera sentimental y no me podía salir otra cosa. Pero también hay que tener en cuenta que los sentimientos sin biblioteca son emociones huecas.

—Cuenta con ilustraciones de un gran artista como es el también sevillano Miki Leal. ¿Cómo fue el trabajo con él?

—Miki Leal es el padre de mi hijo. Hemos sido pareja durante muchos años. Es la primera vez que hemos trabajado juntos. He escrito textos para sus catálogos. Ha sido muy divertido. Fuimos juntos a Jerez con nuestro hijo y cada uno se independizó en la tarea de la creación. Yo fui a Jerez, él se encerró en su estudio y con las notas que yo le iba pasando fue creando su Jerez. Son dos ciudades las que contiene el libro: la contada por la autora, es decir, un Jerez de la emoción y la memoria, y la contada por Miki Leal, que es muy lírico en su pintura. Me di cuenta de que las dos formas que tenemos de enfocar las cosas encajaban muy bien.

—¿Qué papel ha jugado su experiencia como viajera a la hora de hacer este libro?

—Dándome cuenta de que al final cada sitio esconde una sorpresa o un misterio por mucho que se conozca. Por mucho que uno viaje y sepa esos destinos, siempre hay una sorpresa que contar. Este tipo de ciudad de tanta memoria y tan antigua, casi con 3.000 años de historia, tiene muchas aristas e infinitas facetas.

—En un siglo en el que hay tantos youtubers y páginas web que hablan de viajes, ¿cómo hay que acudir a un libro de estas características?

—Hay que acudir con la curiosidad del que va a encontrar algo nuevo. Como un explorador. Yo como lectora siempre acudo a los lugares como un explorador. Todo se complementa, las nuevas tecnologías y lo tradicional. Pero la imagen en movimiento no puedo captar esos sentimientos. Yo quería captar esa mirada epidérmica del 'stendhalazo', cuando el vello se te eriza.

—Este retrato de Jerez es también en el fondo un retrato de una parte de Andalucía que usted conoce bien, ¿no es así?

—Absolutamente. Jerez es una uva en el racimo. Ese racimo es Andalucía. Es un fragmento de tierra que está en un lugar geográfico determinado. Es un lugar en el mapa con 3.000 años de historia. Además, se trata de la historia de occidente. La historiadora Carmen Iglesias decía que si arrancaran de los libros de historia la historia de España, no se entendería la historia de occidente. Y es verdad. La historia de cada uno de los territorios explica la historia del ser humano. La historia de occidente está en España y en Andalucía desde la prehistoria hasta nuestro días. Todo lo de occidente ha pasado también por el sur.

—¿Qué es lo que distingue a un viajero de un turista?

—Para el turista nada, para el viajero todo. No sé qué ha pasado. El ser humano es turista hasta en su propia vida. Hay un dicho en latín, «Sapere aude», que significa «atrévete a saber». Conocer los lugares es conocer el álbum de nuestros abuelos.

—Tras esta experiencia, ¿está ya preparando otra obra de viajes?

—Soy cofundadora de Zendalibros.com, donde escribo sobre reseñas literarias además de sobre viajes literarios. El próximo 21 de septiembre publico en Debate un libro de viajes que se inspira en la Grecia de Patrick Leigh Fermor, un autor que a mí me gusta mucho. Se llama 'Una aventura griega'. Ese viaje que hizo Leigh Fermor lo he contado en este libro.