Lorenzo Silva: «No he conocido a ningún ser humano que no tenga un código moral»

Preguntado por los atractivos principales que encontrará el lector en estas páginas, Silva comenta que «aquí hay un personaje no habitual dentro de mi obra. Son historias oscuras narradas por alguien que tiene la oscuridad dentro. Es un viaje a ciertas experiencias del ser humano. Otro de los atractivos que creo que muestra el libro son los conflictos de personas que tienen la necesidad de combatir al margen de la legalidad. No es una novela trepidante, ya que no me gusta esa palabra, pero es una obra escrita de una forma muy ágil en la que el lector se verá implicado».

Aclara también el escritor madrileño que esta novela «no retrata un determinado episodio» dentro de la guerra sucia que libró el Estado en los años del terrorismo. «Es una historia de ficción inspirada en ese tipo de situaciones. Esa guerra sucia se hizo en toda Europa occidental contra el terrorismo. No he intentado ofrecer un testimonio de unos hechos concretos, sino una trasposición literaria de los caminos morales que condujeron a esas situaciones. En este tipo de historias están quienes toman las decisiones pero no se manchan las manos y también quienes al final ejecutan las cosas. Son los soldados quienes se acaban manchando las manos».

'Púa' está escrita en primera persona, un recurso narrativo que le da un carácter más íntimo a los sucesos. A este respecto dice el autor de 'La llama de Focea' que «a lo largo de mi carrera he escrito indistintamente en primera y en tercera persona. En este caso iba a escribir en tercera persona, pero si quería llevar más al límite al lector, tenía que quitarlo de esa comodidad que da la tercera persona. Deseaba que el lector se implicara más y que la historia fuera un poco más perturbadora. Decía Nabokov que la literatura debía perturbar».

Otra de las cosas más originales que presenta esta novela es que está narrada desde la perspectiva de un antagonista, un 'malo' que en otras novelas no tendría tanto protagonismo. A este respecto, Lorenzo Silva subraya que «la primera frase es muy elocuente. El protagonista dice que soy una mala persona. Es alguien que ha hecho el mal, que ha tenido malas ideas y que las ha puesto en práctica. Pero también es una persona y se da parte de su otra dimensión. Es alguien que no quería hacer el mal, pero que lo ha acabado haciendo por diversas cuestiones».

¿Ha conocido usted a alguno de esos malos que han actuado al margen de la justicia? «Sí —responde el escritor—. En otro tiempo me dediqué a la abogacía y también con algún trabajo periodístico que he hecho me he acercado a ciertas personas malas. Como escritor he hecho clubes de lectura en las cárceles con los delincuentes. He obtenido testimonios de gente que combate a los delincuentes, que comete delitos o que ha combatido contra los terroristas, ya sea dentro o fuera de la ley. No quería narrar los hechos que vivieron esas personas, sino las sensaciones. Cómo se viven esos escenarios de violencia y qué queda después».

Afirma el autor de 'La forja por delante' que «todos somos capaces de delimitar el bien del mal. No he conocido a ningún ser humano que no tenga un código moral. Todo el mundo tiene presente que torturar o matar a una persona son actos viles. Lo que pasa es que a veces hay individuos que tienen que matar a una persona que iba a matar a un compañero suyo o que lo tortura para sacar una información para salvar la vida de otra persona. No he querido juzgar a nadie. Yo no sabría qué podría hacer si estuviera en una situación en la que la vida de una persona estuviese en juego. Hay que ponerse en la piel de los demás. Si a los servidores les acredita el Estado de derecho me parece que es una decisión difícil».

En estas últimas semanas se ha hablado de una famosa anécdota que le ocurrió a Lorenzo Silva cuando intentó publicar su primera novela de la serie de Bevilacqua y Chamorro, 'El lejano país de los estanques'. Esta obra fue rechazada por todos los editores. «Escribí la novela en 1995, pero no me la publicaron entonces. Me contestó uno solo de los editores y me dijo que la había rechazado porque la novela negra no vendía en España, salvo Vázquez Montalbán. También me aseguró que muchos lectores no se identificarían con una novela protagonizada por guardias civiles. Al final apareció publicada tres años después».

Una de las bazas de 'Púa' es que un thriller sobrio, con un lenguaje contenido donde falta ni sobra nada, especialmente las descripciones innecesarias. Sobre este asunto, el escritor madrileño confiesa que «nunca he sido muy amigo de la prolijidad en la descripción de las crueldades humanas. Hay novelas de Bevilacqua que llevan más espacio a la imaginación y a la reflexión, Pero Púa es un personaje más directo, primero en esa guerra sucia del Estado y luego para cumplir el encargo que le pide su amigo. Él asume que tiene que hacerle el mayor daño posible a la organización terrorista y también intenta hacerle daño a las personas que han capturado a la hija de su amigo».

¿Seguirá Lorenzo Silva dándole cabida al personaje de Púa en otra futura novela? Ante esta cuestión, dice que «no he pensado darle una continuidad, aunque hay varias personas que me lo han planteado. No lo tengo claro. Hay personajes que van creciendo, como Manuela Mauri, que nació para un relato colectivo y ahora es la protagonista de una serie que estoy coescribiendo junto a Noemí Trujillo».

Precisamente esa inspectora de homicidios centra la nueva historia que está escribiendo este autor junto a Trujillo. «No puedo adelantar mucho porque es una historia escrita a cuatro manos. Lo que sí puedo decir es que está basada en un hecho real y también que hay un homenaje a un escritor del siglo XX», concluye.