Cultura
El legado vivo de Manuel Ferrand, un humanista irrepetible
Este lunes 14 de julio se cumple el centenario del nacimiento de un hombre que brilló como escritor, periodista e ilustrador. Su familia está preparando numerosas actividades para conmemorar la efeméride, como reediciones de libros, una gran exposición retrospectiva con su obra gráfica, conferencias, conciertos, etc.
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Sevilla
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Iniciar sesiónUn 14 de julio de hace justo cien años nacía en una casa en la calle Rodrigo Caro Manuel Ferrand Bonilla (Sevilla, 1925-1985). La fecha no es arbitraria, ya que ese día se celebra la fiesta nacional francesa, país del que era oriundo ... el abuelo paterno de Ferrand, el ingeniero Teodoro Julio Mateo Ferrand y Couchoud. Definir a este hombre del Renacimiento es complejo, pues era un humanista que brilló en todas las facetas que abordó, ya fuera como escritor -era de los principales autores de la llamada generación de los 'narraluces' y ganó el Premio Planeta con su novela 'Con la noche a cuestas'-, como articulista e ilustrador -en ABC de Sevilla dejó cientos de textos y en La Codorniz publicó dibujos magistrales-, como profesor universitario, etc. Conscientes de ese gran legado, la familia Ferrand contará con el apoyo de distintas instituciones sevillanas para organizar el próximo otoño una serie de actividades destinadas a celebrar este centenario como se merece. De este modo, se harán charlas y presentaciones de libros en la Feria del Libro, se reeditarán algunas de sus obras literarias más importantes, se celebrará una gran exposición retrospectiva con sus ilustraciones más destacadas o se pondrán en marcha una serie de conciertos que resaltarán la faceta de Manuel Ferrand como el gran melómano que fue.
Una de las personas que están siendo más cómplices de este centenario es el editor de El Paseo, David González Romero, quien destaca la importancia de recuperar algunos libros de Manuel Ferrand que sólo se podían adquirir en ediciones de segunda mano. Así, la editorial sevillana publicará a mediados del mes de octubre la trilogía de ensayos sobre Sevilla: 'Calles de Sevilla', 'La naturaleza en Sevilla' y 'Gastronomía sevillana'. Igualmente rescatará su novela más conocida, 'Con la noche a cuestas', con la que ganó el Premio Planeta en 1968, siendo el único sevillano que hasta la fecha ha obtenido tan prestigioso galardón.
Para González Romero, 'La naturaleza de Sevilla' «es un libro maravilloso». Además, señala que estos ensayos se van a poder comprar de forma independiente o en una caja los tres juntos. 'Con la noche a cuestas' saldrá, por su parte, dentro de la colección Opera Prima, donde están rescatando obras primerizas de otros grandes escritores, como Fernando Iwasaki, Eva Díaz Pérez, Ángel Vázquez, etc. Señala asimismo este editor que «es incomprensible que no se lea a Ferrand hoy en día. Todo el mundo conoce 'Calles de Sevilla'- que considera su obra cumbre en cuanto a ensayos se refiere-, pero muchos no saben que lo escribió él. Era una persona con un talento muy especial, por eso es un escritor que no debe estar en la nebulosa del olvido. Si el centenario sirve para poner su obra en los escaparates de las librerías, me parecerá un triunfo». Estas novedades editoriales se presentarán en la Feria del Libro de Sevilla, donde además de dedicarle un espacio con su nombre, se organizarán conferencias y mesas redondas en torno a la figura de este escritor y periodista.
Ana Ferrand, una de las hijas de Manuel Ferrand, es gran experta en artes plásticas. No en vano, estuvo al frente de las exposiciones del Casino de la Exposición y de la Sala Atín Aya del Ayuntamiento. Según apunta, la idea que tiene la familia es que el nombre de su padre, «que está bastante olvidado, se recupere». Esta lleva años trabajando, junto a otros hermanos suyos como Lourdes y Pablo Ferrand, en la catalogación de la obra gráfica de este escritor y periodista. Comenta asimismo que está organizando una gran exposición retrospectiva que se celebrará aproximadamente hacia el mes de noviembre y que rescatará la faceta más desconocida de Manuel Ferrand como ilustrador y dibujante. Aunque aún se tiene que cerrar el espacio que la albergará, la muestra contará con un comisario de excepción, Fran G. Matute, crítico cultural y autor de libros indispensables como 'Esta vez venimos a golpear. Vanguardismo, psicodelias y subversiones varias en la Sevilla contracultural (1965-1968)'.
Dice al respecto Ana Ferrand que ya ha hablado con el Museo de ABC de Madrid y que la idea es hacer una exposición de dibujos. «Mi padre hizo dos exposiciones a principios de los años setenta con sus dibujos de humor. Eran muy finos y claros. Queremos hacer una retrospectiva con una visión cronológica». No hay que olvidar los dibujos que realizó Ferrand para La Codorniz, que era la revista de humor gráfico más importante de España y en la que también publicaron otros grandes genios vinculados a ABC, como Antonio Mingote.
Aparte de esta exposición, hay un proyecto de reeditar algunas de las novelas más destacadas de Manuel Ferrand, además de un libro de humor que quedó inédito y que la editorial Planeta no llegó a publicar porque cerró la colección donde iba a aparecer. «Estaba listo con su prólogo y todo y ahora se está preparando para que salga publicado. El libro incluía ilustraciones y microrrelatos», dice Ana Ferrand, quien adelanta que asimismo hay un libro de relatos, 'Fábulas sin remedio', que nunca se ha reeditado. «A lo mejor hacemos una miscelánea con los relatos de 'Fábulas sin remedio', algunos artículos de ABC y dibujos», comenta.
Manuel Ignacio Ferrand, otro de los hijos del escritor y periodista, destaca la faceta humanística y de hombre del Renacimiento de su padre, «pero fue también un hombre de su tiempo y estuvo en todo momento atento a las nuevas corrientes de la creación literaria, artística, cinematográfica, musical, etc.». Resalta además que, como escritor, «tenía una prosa muy visual y plástica, algo que le venía por su condición de pintor y dibujante». Esa prosa «está llena de sensualidad, humor y de una gran musicalidad. Tenía un ritmo y una melodiosidad que provenían de su condición de melómano», asegura.
Por tal motivo, Manuel Ignacio Ferrand, que es director del Festival de Música Española de Cádiz, adelanta a ABC que en el centenario no faltarán tampoco varios conciertos en homenaje al escritor. «Mi padre era un gran melómano. Estaba en contacto con el legado histórico musical, pero también estuvo atento a las nuevas corrientes. Como la música impregnó su literatura, no queríamos que esta faceta quedara fuera de las actividades del centenario». A este respecto, destaca la gran amistad que le unió al compositor sevillano Manuel Castillo, «que viene a ser el equivalente en música contemporánea a lo que fue mi padre en su condición de narrador. Por eso, queremos dedicarle un concierto en el que se entreveren obras de su querido amigo Manuel Castillo, músicas que eran de referencia absoluta para ambos, como la de Joaquín Turina, alguna obra que fue dedicada a él como persona y autor literario y también se incluirá música vinculada al mundo de los jardines, la naturaleza, las aves y los pájaros, que reflejó especialmente en 'La naturaleza en Sevilla'».
Igualmente, Manuel Ignacio Ferrand adelanta que están preparando un espectáculo en torno a un relato de este escritor que tiene como protagonista al mundo del flamenco. «Habrá recitado, cante y letras inéditas. A él también le gustaba el flamenco aunque no era especialista. Tiene un cuento magistral, 'La promesa', que da pie para hacer este espectáculo y alguna mesa redonda en torno a la generación de mi padre en relación a la música y al flamenco».
Texto de Francisco Márquez Villanueva
Finaliza recordando unas palabras que le dedicó Francisco Márquez Villanueva, el gran hispanista sevillano que fue amigo de Ferrand desde los tiempos universitarios en la facultad de Filosofía y Letras: «Intelectualmente no era aquel tiempo de silencio muy propicio a grandes hazañas. Era, en todo caso, el momento de algún que otro empollón agarbanzado, y claro está que no era Manolo uno de ellos. Espíritu bañado en luz y de altísimas miras, no perdía como otros el tiempo en una estéril rebeldía de boquilla, que a las primeras de cambio se manifestaba hoja de parra para la vagancia estudiantil más clásica. Su lucha (y en sustancia también la mía) consistía en aprovechar cualquier resquicio de aflojar el encorsetamiento ambiental para proporcionarnos un pequeño espacio de normalidad, en vislumbre ansioso de cuanto (por algo) se nos privaba con tanto celo. Lector de lo que nadie leía, despierto viajero aunque fuera a la esquina de su casa, superdotado para la literatura y las bellas artes, buscaba sin descanso Manolo un cauce propio y audaz para sus inquietudes»
Por su parte, Pablo Ferrand, que es el mayor de los hijos del escritor y periodista, conserva también muchos recuerdos imborrables que ayudan a trazar mejor la personalidad de su padre. Aparte de destacar su faceta humanística y que estuviera abierto a tantas disciplinas artísticas, subraya el interés que mostró desde pequeño por los tebeos. «Cuando era pequeño, mi abuelo le compró cuentos y tebeos. Empezó a leer así. Esa etapa fue muy importante. Luego estudió Filosofía y Letras, aunque él no sabía si iba a ser pintor o escritor». Además de resaltar su sentido del humor irónico, comenta la importancia que supuso para su progenitor ser profesor de la Facultad de Bellas Artes a partir de 1973: «A él le gustaba dar clases. Descubrió como profesor una nueva dimensión. Llenaba la pizarra de dibujos que luego costaba borrar. Con sus alumnos hablaba de lo divino y lo humano. Estos lo querían mucho».
Pablo Ferrand recuerda asimismo que cuando su padre trabajaba en la redacción de ABC de Sevilla a veces realizaba algunos dibujos para distraerse. Cuando los acababa los tiraba a la papelera. Sus compañeros los cogían y los coleccionaban». Además de estar atento a la literatura de su tiempo, «mi padre siempre ayudó a los escritores y periodistas que fueron a visitarlo». Igualmente, subraya la condición de Manuel Ferrand no sólo como crítico de cine, sino también como crítico de televisión, algo que fue pionero en España-
En la biblioteca de este genio renacentista había libros de cine -era muy amigo del padre Alcalá, que creó el cine club Vida-, de temas paranormales, biografías, novelas, libros de historia del arte y un largo etcétera. «Era una persona que veía siempre lo positivo y ayudaba mucho a los demás. En el periódico la gente se sentaba a su lado y depositaba en él su confianza y siempre tenía una palabra amable para todo el mundo y una sonrisa». Finaliza diciendo que «tenía una capacidad para abstraerse del ruido. Se concentraba en casa y se ponía a escribir. No le importaban los niños llorando o la radio del vecino. Pero también era una persona que cuando tenía que escuchar lo dejaba todo y se ponía a escucharte. Nunca le faltó la ironía, el humor y la buena conversación», concluye Pablo Ferrand.
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