José Manuel Quesada: «Pese a los problemas, la Feria del Libro Antiguo de Sevilla se ha celebrado ininterrumpidamente desde 1977»

—¿Qué publicaciones tendrá la feria este año?

—Como en anteriores ediciones, la Feria del Libro Antiguo de 2023 presentará dos nuevas publicaciones. Una de ellas en colaboración con la editora de la Universidad de Sevilla, con la que llevamos colaborando más de veinte años. En ese volumen se rescatarán obras sueltas de Manuel Chaves Rey, ya que muchas de estas están dispersas y la mayoría se encuentran en la biblioteca de la Universidad de Sevilla. La recopilación correrá a cargo de Agustín Agudelo, el mismo que el año pasado realizó la selección para 'Sevilla mariana', un ejemplar que tuvo mucha repercusión. El segundo libro girará en torno a la colección de bibliofilia, que tan buena respuesta del público lector ha tenido en los últimos años. La editorial Renacimiento recopilará textos de Juan Manuel Bonet que ha publicado en revistas y catálogos. Son textos de difícil acceso. Muchos de ellos son sobre escritores, bibliofilia, bibliotecas y algo tan interesante como las necrológicas sobre escritores y libreros que han desaparecido en los últimos años.

—¿Habrá actividades paralelas?

—En primer lugar habrá actividades orientadas para los niños, pensando en que estos son la cantera y los compradores del futuro. Además, organizaremos conferencias en colaboración con la Casa de los Poetas y otras actividades que se irán concretando dependiendo de las subvenciones que aún tenemos pendientes, porque sin ellas la celebración de la Feria del Libro Antiguo correría peligro. En ese sentido, la Asociación de Amigos del Libro Antiguo de Sevilla, organizadora del evento, contó en la edición de 2022 con una subvención de 25.000 euros del Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS), 6.000 euros de la Diputación Provincial de Sevilla y una subvención de 9.000 euros por parte del Ministerio de Cultura. Era la primera vez que el Ministerio nos la otorgaba y fue por la labor de difusión que hacemos de la lectura y del libro. La Junta de Andalucía nunca ha aportado subvención a la Feria del Libro Antiguo, ni cuando estaba bajo el gobierno del PSOE ni desde que está el PP. Cuando gobernaba el PSOE nos dijeron que ya daban dinero a la feria del libro nuevo y que no iban aportar a dos ferias. Ya con el PP, cuando Mar Sánchez Estrella era directora general de Patrimonio Histórico e Innovación y Promoción Cultural, nos facilitó una entrevista con la persona responsable, pero al final no nos dieron nada. No es cuestión de partidos, sino de personas, pues Sánchez Estrella nos aumentó la subvención en 5.000 o 6.000 euros cuando era delegada de Cultura del Ayuntamiento. Me gustaría añadir que este año, aparte de los apoyos públicos, contaremos con la ayuda del portal Todocolección, con el que organizaremos la exposición fotográfica. Además, esta empresa privada también aportará publicidad.

—¿Cuáles son las principales trabas que han encontrado en los últimos años?

—Uno de los principales problemas que tiene la Feria del Libro Antiguo es el mal funcionamiento burocrático del Ayuntamiento de Sevilla, ya que aún está pendiente la tan necesaria reforma administrativa del ICAS, algo que se paralizó desde hace más de un año por la cercanía de las elecciones municipales, pero que ahora deberá solucionar la nueva corporación. En 2019, un año antes de la pandemia, el dinero de la subvención nos llegó mucho después y los libreros tuvimos que hacer una derrama para afrontar los pagos. Cuatro o cinco meses después recibimos la subvención y devolvimos la derrama a los compañeros. Paradójicamente, en 2020 los libreros recibimos un mes antes del inicio de la feria la ayuda municipal, pero con el Covid decidimos no organizarla quince días antes de que diera comienzo. Quisimos devolver esa subvención al Ayuntamiento, pero nadie en Cultura sabía cómo hacer los expedientes de devolución. Al final de muchos trámites devolvimos la cantidad que nos prestaron, pero tuvimos que pagar un plus de algo más de trescientos euros de penalización.

—¿Qué consecuencias ha generado esta situación?

—Desde entonces arrastramos problemas económicos serios porque recibimos la subvención del Ayuntamiento muy tarde. Los montadores de las casetas y los responsables de seguridad tienen que cobrar por su trabajo. Eso nos está coartando mucho a la hora de crecer porque no podemos implicar a gente a la que no sabemos cuándo vamos a pagar. Esperemos que el nuevo equipo municipal logre solucionar eso para que no tengamos que hacer derramas y que nos endeudemos.

—El otro gran problema que tienen ahora es el de las fechas, ¿no?

—Pese a los problemas, desde 1977 hemos logrado celebrar la feria ininterrumpidamente e incluso en 2020 la hicimos de forma virtual, pero somos la cenicienta de las actividades culturales sevillanas. Nadie nos informó del cambio de fecha a otoño de la feria del libro nuevo cuando estos no pudieron organizarla en primavera de 2020. Ya llevan tres ediciones en otoño y muchos sevillanos no acaban de ver la celebración de dos ferias del libro de forma consecutiva. A eso se suma el tema de la Feria de la Artesanía. Cuando en 2002 fui director de la Feria del Libro Antiguo por primera vez estábamos en la Plaza Nueva un mes desde mediados de noviembre a mediados de diciembre. Sin embargo, el año pasado tuvimos que terminar el 8 de diciembre en mitad del puente de la Inmaculada, algo que no se entendió con el centro lleno de miles de turistas. Este año acabaremos el sábado 9 de diciembre y tendremos que pagar a personal de seguridad para que vigile un espacio acotado en la Plaza Nueva con los libros de los libreros que vienen de fuera de Sevilla. Todo eso lo hacemos para dejar espacio a los artesanos.