Gala de los Grammy Latinos: a Sevilla no se le rompió el amor

La ciudad estuvo a la altura del evento y arrancó piropos de nominados y de la organización, que no descarta repetir

La alfombra de los Grammy Latinos en Sevilla fue roja... y flamenca

El centro de Sevilla, tomado por las estrellas de la música de los Grammy Latinos

Antonio Banderas y Nicol Kimpel ABC

Aún es una incógnita por despejar si los Grammy Latinos volverán a celebrarse en Sevilla pero lo que ayer quedó muy claro es que la ciudad sabe organizar estos eventos y que la huella sevillana impregnó toda la gala de principio a fin. Desde ... que comenzó el desembarco de estrellas en la ciudad hasta el final.

Mientras eso llega, está claro que estos premios han estado impregnados de sevillanía. Porque los artistas se han paseado por la ciudad, probando su gastronomía y pernoctando en los hoteles, donde además muchos sevillanos se agolparon a las puertas para ver a Shakira, a Rosalía, a Carlos Baute, a Maluma o a cualquier estrella latina.

Pero también se ha notado la huella sevillana en Fibes. Decorado con 36.000 claveles rojos y con una entrada con una decoración que evocaba la Feria de Sevilla, por la alfombra roja se pasearon algunas caras de la ciudad. Además del alcalde y el presidente de la Junta junto a su mujer Manuela Villena, por la alfombra roja se vieron caras conocidas sevillanas como las de la actriz Paz Vega (una de las más elegantes), Eva González, Vicky Martín Berrocal, la cantante Pastora Soler o la gaditana Paz Padilla.

Pastora Soler, Paz Vega y Eva González en la alfombra roja Raúl Doblado/Laura Liñán

La moda flamenca también estuvo muy presente ya que algunos artistas lo eligieron para su atuendo. Seguramente ignorando que en Sevilla las mujeres sólo se ponen el traje de flamenca en la Feria, la instagramer argentina, Barbie Muriel, se presentó en Fibes vestida de gitana. 

Seguramente esos looks tan llamativos fueron los que más llamaron la atención de las decenas de jóvenes que se congregaron a las puertas de Fibes para intentar ver a las estrellas de la música, hacerles fotos o ver sus trajes de gala. Sin embargo ayer se lo pusieron muy difícil. Porque las medidas de seguridad no es que fueran estrictas, es que ni siquiera les permitían la vista de lejos. Les pusieron una malla negra delante que les quitaba toda la vida. Y luego los alejaron más de la entrada de Fibes, enviándolos al otro lado de la carretera, en la zona de la hamburguesería que hay en frente. Por eso algunos se quejaban. «Llevamos aquí todo el día pero han puesto una malla negra para que no veamos ni de lejos a las estrellas», se quejaba una de ellas.

Estampita

Y los guiños a la ciudad se han sucedido. Rosalía, que inauguró la gala versionando «Se nos rompió el amor» y que había mostrado en las redes sociales una estampa de la Macarena, Ozuna rezando en la iglesia del Omnium Sanctorium, Carlos Baute cantando «Colgando en tus manos» y Manuel Carrasco haciendo lo propio con Camino en un improvisado concierto por las calles de Sevilla. Ya en la gala Niña Pastori se arrancó junto a Israel Fernández. Y Alejandro Sanz, que eligió un fondo de imágenes de la Plaza de España, cantó su legendario «Corazón partío».

Alejadro Sanz antes de su actuación en la gala Raúl Doblado

Para colmo no faltaron los rumores. A media tarde se daba por hecho que el recién reinvestido presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acudiría a la gala. Se dijo que el jefe del Ejecutivo lo había decidido para celebrar que había conseguido (con el apoyo de los votos independentistas) la confianza de la cámara. Lo hubiera tenido fácil cogiendo el Falcón. Sin embargo, como la toma de posesión está prevista para este viernes en la Zarzuela, finalmente Sánchez no acudió a Sevilla y, de paso, no se encontró con los manifestantes que protestaban contra la amnistía.

En su lugar sí estuvo el ministro de Cultura en funciones, Miguel Iceta. Aunque obviamente al ministro no le siente el smoking igual que a su jefe, sí que tuvo palabras de reconocimiento del hecho de que la gala sea en la capital hispalense. «Pocos lugares podían ofrecer la cercanía y el calor de Sevilla», dijo.

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