La espontánea mirada de Colita sobre el flamenco se muestra en la Bienal

Colita no se tomó el trabajo como un encargo, sino como un reportaje con el que levantar acta de los ambientes gitanos de Barcelona, donde pudo entrar gracias a la ayuda de la protagonista de la película, la mítica bailaora Carmen Amaya, quien le descubrió un género que fascinó a esta fotógrafa reconocida el pasado año con la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes.

A partir de ahí, Colita profundizaría en su relación con el género jondo, viajando al Sur para colaborar con el escritor José Manuel Caballero Bonald y poner imágenes al libro 'Luces y sombras del flamenco', para el que realizó instantánas que se han convertido en icónicas, como la de Antonio Mairena en la calle Pureza o la de este cantaor junto a Chocolate, Curro Torres y Pepe Pinto en el bar de este último, que ha servido de inspiración para el cartel de la XXII Bienal de Flamenco.

Ambas fotografías cuelgan junto a un centenar en la Sala Atín Aya del Ayuntamiento, que ha organizado la exposición 'Archivo Colita' como una de las principales actividades paralelas de la XXII edición de la Bienal de Flamenco de Sevilla, de la que ABC es patrocinador oficial, y que tiene entre sus principales atractivos el mostrar numerosas imágenes inéditas de la fotógrafa catalana.

La muestra, cuyos comisarios son Francesc Polop -director del archivo Colita- y el galerista sevillano Julio Criado, se ha inaugurado este viernes en este espacio expositivo de la calle Laraña con la presencia de la propia fotógrafa barcelonesa, el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, y la directora general de Cultura del Ayuntamiento, Isabel Ojeda, entre otras autoridades.

La exposición está estructurada en tres secciones. La primera es 'Mundo Gitano', que recorre el reportaje que realizó Colita para la figuración de 'Los Tarantos', con numerosas imágenes inéditas que capturan la vida cotidiana de los gitanos barceloneses, con espontaneidad y una especial atención a la infancia y sus juegos, explica Criado. Una obra, señala Polop, que realizó la fotógrafa con tan solo 22 años y que demuestra que la mirada «se tiene o no se tiene».

La segunda sección se titula 'Viaje a Andalucía' y presenta las instantáneas realizadas para el libro que firmó junto a Caballero Bonald. Una treintena de fotografías que se detienen en momentos de fiesta en casa de Fernanda y Bernarda de Utrera, en la geografía urbana de Chocolate e, incluso, en el Gran Poder y la Macarena.

Sobre la foto del Bar Pinto, una de las imágenes más icónicas del flamenco, la fotógrafa señala que la encontró sabiendo esperar ese momento en el que todo se resuelve con espontaneidad en el encuadre y la composición perfecta, como muestran otras instantáneas tomadas en la misma sesión. «La oportunidad pasa por la calle», explicó Colita, y hay que estar para aprovecharla.

El recorrido se cierra con 'Ocaña/Colita', un reflejo de la amistad que mantuvieron la fotógrafa de la 'Gauche Divine' y el artista de Cantillana y figura de la contracultura barcelonesa. Aquí se muestran imágenes de la primera sesión que realizaron el día después de conocerse. Fue en una fiesta, relata Colita, «a la que llegó Ocaña con un bombín, un ramo de manzanillas y unos zuecos. Pregunté quién era este chico y le dije que viniera al día siguiente a mi estudio. Luego nos hicimos amigos».

Con el documento de esta amistad se cierra una exposición sobre la que Antonio Muñoz señaló que «contiene y justifica las actividades paralelas que se realizan dentro de la Bienal de Flamenco más allá de lo que es la estricta programación artística y de espectáculos. Una exposición que muestra el flamenco al desnudo y su carácter transgresor al mezclarse con otras artes«.