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Soraya: «Dentro de diez años me sigo viendo dando saltos encima de un escenario»

Hablamos con Soraya sobre música, su vida y lo que significa seguir al pie del cañón después de dos décadas en la industria. Su mundo sigue girando con fuerza

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Soraya Arnelas durante la entrevista en ABC de Sevilla RaÚl doblado

LAURA SÁNCHEZ-MATAMOROS MUÑIZ

Sevilla

Soraya, exconcursante de Operación Triunfo y representante de España en Eurovisión 2009, estrena una nueva versión de su canción 'La Noche es para mí'. Además, con motivo de su veinte aniversario en la música se va de gira con su 20 aniversario Tour. Nos cuenta los momentos más destacados de su carrera.

- Tengo que empezar preguntándole en el 20 aniversario de su carrera musical por OT. Entró sin haber cantado profesionalmente antes. ¿Recuerda el momento en el que supo que quería dedicarse a la música?

- Pues yo no tenía tan claro lo de querer dedicarme a la música, pero sí a algo artístico. Tú piensa que yo vengo de varias generaciones atrás, de un pueblo muy pequeño. En aquel momento, cuando yo era pequeña, decirle a tu madre o a tu padre que querías ser artista era como «baja los pies al suelo, no idealices con eso», porque es prácticamente imposible.

De hecho, en mi pueblo apenas había clases de actuación o clases de piano. Ser artista era algo muy de la élite, era un sueño. Yo en aquel momento tenía dotes artísticos, pero no tenía herramientas.

Tengo recuerdos desde muy pequeña haciendo playback en el colegio, teatro, zarzuela, participando en programas de radio... Siempre he estado vinculada al mundo artístico.

-No recuerda el momento en el que decidió dedicarse a la música, pero siempre hubo algo artístico en usted, ¿no?

- Creo que a lo mejor el primer momento en que yo me vi como artista fue a través de los vinilos de mi padre. En el salón de mi casa había un mueble donde se metían las vajillas con un cristal muy grande. Recuerdo mirarme con cualquier cosa que tenía a mano y hacer los playbacks de la música que estuviera sonando. Creo que ese es mi primer recuerdo, cantar delante del espejo.

- Y de cantar a componer. Entiendo que también entró en la academia sin tener mucha idea de composición. ¿Cómo ha cambiado su proceso creativo?

- Probablemente existen técnicas de composición, pero yo te digo aquí, de una mujer a otra, que se compone desde la necesidad de compartir experiencias personales. Más allá de si luego rima o no rima. Yo de hecho, cuando empiezo a componer, escribo cartas hacia mí misma.

Escribo una historia y después de esa historia voy sacando frases que creo que pueden llegar a ser parte de la letra una canción. Pero no sigo técnicas de ningún tipo. Cada artista compone de una manera, hay artistas que empiezan con la música, otras que empezamos con la letra, con las historias... Yo empiezo desde la necesidad.

A veces surge más fácilmente desde un mal momento. De repente, coges tu bolígrafo o incluso una nota de voz y empiezas a escribir desde la necesidad de curar algo. Las canciones curan, creo que la música al final es una terapia.

«Para componer hay detrás una necesidad, una experiencia vital »

- ¿Cuál es la historia más curiosa detrás de alguna de sus canciones?

- Pues la verdad es que muchas. Por ejemplo, he tenido canciones que han servido para la celebración de muchas bodas. 'Yo brindo', 'Te quiero a ti también', esas canciones de amor las utilizaban muchas parejas para el día en que se casaban, para el momento del baile.

Una de mis canciones que representa uno de los pilares de mi carrera es 'Mi mundo sin ti', en la que mandaba al cuerno al que en aquel momento era mi pareja, y ha servido de terapia para muchos hombres y mujeres que han querido hacer lo mismo con lo que se les presentaba en ese momento.

Hay otra canción que para mí fue muy importante y que también lo fue para mi público que se llamaba 'Sin miedo', que hablaba de las relaciones tóxicas y de enfrentarse a los miedos, a la vida. Tengo muchas canciones que se han convertido en bandera, pero porque han sido historias personales. Al final no dejamos todos de tener puntos en común.

- Repasando su carrera, tuvo la oportunidad de representar a España en Eurovisión. ¿Cómo fue esa experiencia? ¿Qué fue lo mejor y qué fue lo peor?

- Mira, depende de cómo se mire. Con la distancia todo ha sido bueno. Es verdad que en aquel momento a mí me hubiese gustado traer el micrófono de cristal. No seamos hipócritas, una va al concurso a intentar ganar. Yo iba a por todas.

Pero claro, yo salgo de operación triunfo en el año 2005 y en el año 2009 yo estoy representando a España. Tuve cuatro años para aprender a coger el micrófono, para hacerme a los escenarios y para construirme como un artista profesional, viniendo de no haber cantado antes. Tuve que enfrentarme a 300 millones de personas, que son los que ven Eurovisión... Tenía un peso a mis espaldas bastante heavy. Pero venía también con mucha ilusión, lo cual equilibraba un poco el asunto.

Salí al escenario intentando hacer lo que habíamos ensayado durante de tres meses, que era una coreografía que prácticamente a mí no me gustaba. Estoy tranquila porque lo que pasó en ese escenario fue lo que nosotros planteamos, a pesar de que no ser lo que a mí me hubiera gustado llevar, eso siempre lo he dicho claro. Aunque también aprendí muchas cosas. Estar en un escenario con esas características técnicas, viajar, conocer a otros artistas, otras maneras de funcionar en otros países... A mí sirvió muchísimo para construir un montón de proyectos. Y luego, por supuesto, el honor de ser elegida por un público para representar a tu país.

Imagen - «Fue un gran honor representar a España en eurovisión, era como estar en las olimpiadas de la música»

«Fue un gran honor representar a España en eurovisión, era como estar en las olimpiadas de la música»

- Ha tocado varios géneros musicales a lo largo de tu carrera. ¿Le queda alguno por explorar?

-La electrónica tiene muchas patitas. Tiene desde un pop, un dance... Me ha acompañado desde el día uno hasta veinte años después. Siempre. Otra cosa es que haya hecho ritmos más melódicos o rápidos. Todo parte de la necesidad que yo tengo en ese momento.

Solo ha habido un paréntesis en estos veinte años (de siete años) que tuvo que ver mucho con el nacimiento de mis dos hijas, en el que bajé un poquito las revoluciones. Me apetecía cantar desde el corazón, hacer otro estilo de música y de letras. Tanto antes como después, Soraya siempre ha estado unida a ese sonido electrónico.

Soraya Arnelas, de Operación Triunfo 2005 raÚl doblado

- Ahora que ha mencionado a sus hijas, imagínese que una de ellas decide presentarse a Operación Triunfo y la seleccionan. ¿Cómo se tomaría que sus hijas quisieran seguir sus pasos?

- Pues se repetiría la historia, porque cuando yo me presenté a los castings de Operación Triunfo, mis padres no sabían que yo cantaba. A mí me pasaría lo mismo.

Sí que es verdad que Manuela (la mayor) ahora tiene 8 años y sí que le gusta bailar, cantar, como a muchas niñas. Sería una sorpresa, pero tendría todo mi apoyo. Yo lo único que quiero es ver a mis hijas felices. Quiero que prueben en la vida, las animo a que viajen, que experimenten, porque de ahí nacen las reafirmaciones de lo que somos cada persona.

- Además de cantante, ha estado en varios proyectos actorales ¿Si se le ofreciera alguno, ahondaría más en esa faceta?

- Hace poco me dejaron caer que les gustaría contar conmigo para un proyecto cinematográfico. Y te digo la verdad, tampoco me supuso como algo que se me fuera la vida en ello. Creo que donde yo realmente estoy cómoda y feliz es en la música.

Si el papel estuviera muy adecuado para mí o fuera un reto a lo mejor sí, pero no me quita el sueño. Al final cuando cantamos compartimos con el público a través del acting. Yo con eso me he quitado mi espinita. A final son dos cosas que están muy combinadas.

- Uno de los obstáculos que habéis superado los artistas que lleváis una trayectoria más larga ha sido el cambio a la era digital. ¿Cómo cree que ha impactado la forma en que los artistas llegan a su público?

- Cuando salí de Operación Triunfo, no existía Twitter, Instagram... Esto se ha apoderado de todo. Yo creo que es un arma de doble filo, y se le ha dado una cara buena que no es tan buena. Es cierto que te acerca a tu público, es bonito porque llegas a inspirar y a ti te inspiran artistas a los que tú sigues. En ese sentido sí nos acerca, pero también es un salto al vacío en lugares donde hay mucho loco, mucho desequilibrado emocional y es verdad que al final te preguntas si es bueno o no. Yo creo que esa gente que no nos suma, mejor apartarla. Tengo 42 años, ahora mismo ya me he vuelto muy exquisita de lo que me rodea.

Lo que trato de hacer es buscar ese equilibrio. Subo mi contenido pero no necesito leer mis críticas. Al principio me enfrentaba a ellas e incluso contestaba. Hace ya años que me di cuenta de que yo era demasiado sensible para eso, que era innecesario y además no era constructivo, no me venía bien.

He controlado muy mucho las redes, me he quitado de algunas. Creo de verdad que el artista debe tener la mente muy limpia para poder para poder crear. Todo ser humano al que se le empiecen a poner inputs negativos termina en un bucle muy nocivo. Al final, ahí está el tema de la depresión, suicidios... y el bullying. No termino de comprender cómo permitimos esto como sociedad. Porque lo permitimos, y esto pasa.

- Para terminar, queremos preguntarle: ¿Dónde se ve dentro de diez años?

- Pues mira, yo pensaba que iba a estar en una finca de Extremadura con diez años más. Con mi marido, mis hijas y disfrutando de la música. Con un ritmo más tranquilo.

Pero tal y como veo las circunstancias del mercado y de la vida, creo que me quedan más años en Madrid de lo que yo pensaba. Más años de trabajo. Yo con 52 años me veo todavía pegando saltos encima del escenario. Me veo fuerte, con ganas.

Lo que sí te digo es que dentro de 10 años probablemente esté ayudando a otros artistas a hacer carrera, porque yo tengo mi sello discográfico desde hace 17 años. También me veo viajando un poquito más por ocio que por trabajo.

Parece que el ser humano solo empieza a disfrutar de la vida cuando ya ve la recta final, cuando le vemos las orejas al lobo. Yo creo que hay que disfrutar de la vida un poco más, se pasa muy rápido, me estoy dando cuenta.

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